Mi cariño de 18 años romance Capítulo 82

Cuando Fernanda se dio una ducha y luego bajó las escaleras, Isidro ya había terminado los trabajos, sentándose en la sala de estar y charlando con Victoria.

Victoria dijo, -Regresó Manuel anoche, le dije que se desvinculara con Mariana, pero no me escuchó. Por qué era tan terco? En el pasado él aprobaba todo lo que dije.

Pero Isidro estaba muy tranquilo, -Ya no es un niño, es normal que tenga sus propios pensamientos.

-Sin embargo, si está con Mariana, inevitablemente se encontrará con nosotros en el futuro. Me temo que Fernanda vaya a sentirse molesta -Victoria suspiró-. ¿Crees que mi cariño está en contra de Fernanda a propósito? Antes no fue así, pero ¿por qué no le gusta tanto Fernanda?

Las palabras de Victoria le hizo una suspensión a Isidro. Levantó la cabeza y vio a Fernanda de pie arriba.

Ella se llevaba una camisete holgada después de bañarse, con el cabello aún húmedo. Al ver eso, Isidro frunció el ceño habitualmente, -¿Por qué no se te seca el pelo antes de bajar?

-De todos modos, hace tanto calor que se secará pronto -Fernanda bajó, luego saludó a Victoria y se sentó al lado de Isidro.

Fernanda se sintió un poco miedosa cuando justo los escuchó hablar sobre su relación con Manuel.

Victoria y Isidro la trataban tan amablemente, si se enteraran de su relación anterior con Manuel, ¿la odiarían por eso?

Afortunadamente, frente a ella, Victoria no intentó volver a charlar sobre los asuntos entre Manuel y Mariana. Ella sonrió y dijo, -Así ya me voy, no molesto a vosotros, pareja joven.

Las dos palabras como pareja joven avergonzaron a Fernanda un poco.

Cuando ella reaccionó, Luisa ya había venido con una toalla seca por la orden de Isidro.

Isidro la tomó y miró a Fernanda, cuyos cabellos todavía estaba húmedo, -Ven aquí.

Fernanda sabía que él quería ayudarle sacar el pelo y se sintió un poco avergonzada de eso, -¡Lo haré yo misma!

-¿Oh? -Isidro alargó la voz-. ¿Ya comienzas a creerme molesto?

Fernanda sonrió, -¡Qué va!

Depués de ayudarle a sacar el pelo, Isidro puso la toalla a un lado y le dijo a Fernanda con toda seriedad, -Soy tal hombre un poco tirano, tal vez no puedo seguir tus deseos en todas partes. Si no me escuchas, posiblemente estaré enojado. Pues espero que puedas acostumbrarte rápidamente.

-¡Eres realmente tirano! -Fernanda parpadeó, miró a Isidro y luego golpeó contra su duro pecho con la cabeza, -Pero me gusta mucho, ¿qué debo hacer?

No permitirla comer helados era porque temía que le doliera el estómago; no permitirla pegar al teléfono móvil era por miedo de que se le perjudicaran los ojos; no permitir dejar el pelo mojado era por temor a que se resfriara.

Si “el tirano” fuera así, incluso si Isidro fuera un poco más tirano, Fernanda lo aceptaría con sumo gusto.

El sábado por la mañana llovió un poco, por lo que no hacía tanto calor. Fernanda se quedó de pie frente a la estación del ferrocarril ligero, vio a sus padres saliendo del interior y se apresuró adelante y a saludarlos, -Papá, mamá, ¿qué tal?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi cariño de 18 años