Mi cariño de 18 años romance Capítulo 88

¡No podía tolerar la traición!

Su tono indiferente hizo que Fernanda se quedara estupefacta. No esperaba que a estas alturas Isidro todavía quería que ella quedara como su esposa.

Pero lo que dijo su madre de verdad fue muy insultante.

Si fuera otro hombre, habría estado tan enojada que no podía más con ella y la habría expulsado.

Fernanda miró a Isidro y inquirió, -¿No estás enojado con mi madre?

Isidro se fijó en su expresión culpable, y sabía que esta temía que Isidro se enojara con ella por la culpa de su madre.

Sus ojos negros miraron a Fernanda, -No pienses demasiado, no te culparé por los asuntos de tu madre.

Fernanda se inclinó la cabeza, porque las palabras de Isidro no la hicieron sentirse mejor, -Pero, ¿tus padres tampoco me culpan? Y tu hermana, Incluso si ellos no me echan la culpa, siento mucho...

Si la gente pudiera elegir su origen, ¿qué bueno sería?

Fernanda no esperaba que sus padres fueran ricos. Su mayor deseo era que sus padres pudieran actuar como los padres normales: Cuando ella no quería asistir a la escuela, la obligaban, y se preocupaban por su futuro... En lugar de pensar que era una chica, no le hacía falta estudiar.

Isidro miró a la mirada avergonzada a Fernanda, y sabía que era una persona muy responsable. Incluso si todos no la culparan, ella todavía sentía que todo era su culpa.

Le acarició la frente ligeramente con los dedos, -¿De verdad te sientes tan culpable por mí?

-Sí -asintió Fernanda.

Más de culpa, ella moriría de vergüenza.

Él dijo con expresión seria, -¿Te sientas culpable por mí?

-Sí.

Al verla así, Isidro dijo, -¡Entonces dame un beso! Dame un beso y te perdonaré.

Fernanda salió rápidamente con su billetera.

Después de la broma de Isidro, se sentía mejor y menos estresada.

Los dos salieron del restaurante, y el conductor de la familia Rivero los llevó a casa.

Por lo general, pasaban el fin de semana en la villa de la familia Rivero, pero hoy, Isidro le pidió al conductor que los llevara de regreso al lugar donde vivían los dos ahora.

En el auto, Fernanda miró al sol afuera y estaba un poco distraída.

Después de lo ocurrido de hoy, sentía que tenía que romper por completo la relación con Juana.

Sin embargo, lo que le vino a la mente fue el recuerdo de la infancia.

Alejandro y ella fueron criados por sus padres. Sin ellos, ella no podría tener una vida tan cómoda.

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