Mi Chica Melifluo romance Capítulo 146

Sólo entonces Gonzáles giró la cabeza y le dirigió una mirada seria, preguntándole con un tono de voz que podía dejarla sin palabras de incredulidad,

—¿Qué quieres hacer?

—No te preocupes, tengo novio, no me atrevo a ir por ahí ligando con la gente, sólo quiero invitarte a cenar —Dulce reprimió una carcajada y dijo con sinceridad.

—Vale —Sólo entonces Gonzáles enarcó una ceja y la siguió hacia adelante.

Había un pequeño restaurante comercial a sólo cincuenta metros del edificio, y no fue hasta que los dos entraron uno tras otro que un BMW rojo aparcado frente al edificio bajó lentamente sus ventanillas en ese momento.

Elene García se quitó las gafas de sol y miró a Dulce pensativa. La persona sentada en el copiloto era en realidad Felipe Díaz, que encendió un cigarrillo y dio una fuerte calada, mirando fijamente la espalda de Dulce sin soltarla.

—Esta mujer es realmente buena para seducir a la gente.

—¿Cómo es que no te sedujo? —Elene tiró sus gafas de sol y se burló de él.

—Soy yo el que no la quería, ¿para qué sirve tener un poco de dinero en la familia, aparte de poder poner cara de idiota? —Felipe se quitó la ceniza del cigarrillo y dijo con cierta maldad.

Elene resopló con frialdad, su dedo con anillo de rubí metió la mano en su bolso, sacó una pluma, firmó su nombre en el documento y dijo lentamente.

—¿Qué? Es claramente porque antes de la muerte de Santiago Rodríguez, descubrió que estabas manipulando la empresa e hizo que alguien te diera una paliza, le guardas rencor.

—¿Cómo lo sabes? —Felipe se sentó inmediatamente y miró fijamente a Elene.

—Ten cuidado, no la provoques de nuevo, Alberto la está criando ahora —Elene giró la cabeza y le recordó seriamente.

—¿No la odia Alberto? —Felipe miró a Elene con cierta extrañeza.

—Ve a preguntarle, bueno, ya he terminado de firmar, date prisa en bajar, tengo que ir a trabajar —Elene le arrojó el documento firmado y lo despidió con impaciencia.