Mi Chica Melifluo romance Capítulo 59

—Sra. Luna. Dulce la saludó torpemente a ella.

—Siéntate. La voz de Luna era suave, aunque también llevaba una nota repulsiva de rechazo.

Dulce se sentó en una pequeña silla del balcón y Luna terminó de cortar las ramas de la flor de luna en maceta antes de girar la cabeza para mirarla.

—¿Has bebido? Un buen vino antes de acostarse ayuda a una mujer a mantenerse la juventud, pero no es elegante beber durante el día con la cara roja.

Dulce no sabía qué decir, Luna era tan imponente que la superaba desde el principio.

La criada trajo dos tazas de té y Luna señaló la taza de celadón que tenía delante y dijo en voz baja.

—Toma un poco de té para despertarte. Quiero hablarte de ti y de Alberto.

—Gracias. Dulce cogió la taza de té, tomó un sorbo y alabó suavemente:

—¡Qué bien huele ese té!.

—¿Te gusta? Llévate un poco más tarde.

La cara de la madre de Alberto era plana y en realidad le dio un regalo, lo que hizo que Dulce se confundiera un poco.

—Alberto ha pasado la noche en tu casa, ¿verdad? ¿Has tomado precauciones? Sólo entonces la madre de Alberto le dio la vuelta a sus palabras y le preguntó en voz baja.

La cara de Dulce ardió aún más, no esperaba que esta mujer hiciera una pregunta tan directa.

—He llamado al médico familiar y te dará una inyección de píldoras anticonceptivas de acción prolongada aquí mismo.

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