Mi Esposa Astuta romance Capítulo 239

En la oficina del director general del Grupo Cambeiro, Lorenzo se acercó al escritorio aguantando su incomodidad y se sentó en la silla de cuero. Viendo que el escritorio estaba cubierto de los archivos por revisar, él recuperó el ánimo y empezó a trabajar.

A medida que pasaba el tiempo, la incomodidad que sentía era más notoria. Tenía la cara pálida y las gotas de sudor caían a lo largo de su rostro. Lorenzo intentó respirar profundamente para mitigar el malestar de su cuerpo. Sacó el medicamento con la mano temblorosa desde el armario que estaba al lado del escritorio y lo tomó.

—Jefe.

Sonó la voz de Ignacio fuera de la puerta.

—Entra —contestó Lorenzo.

—Acabamos de confirmar que es cierto que señorita Camila va a irse del país. El destino será Fretston. Si usted no sale ahora, ya no tendrá más oportunidades de verla.

Ignacio respiró profundamente y miró a Lorenzo.

—Ya veo.

Lorenzo indicó a Ignacio que se marchara.

¡Camila Amengual le iba a dejar!

¡Ella iba a irse del país!

Ayer, Camila le dijo que le odiaba. Estaba llorando fuertemente por el colapso emocional.

Lorenzo tiró con todas sus fuerzas el cenicero de cuarzo que estaba frente él hacia el suelo. El cenicero se rompió en mil pedazos.

Lorenzo puso las manos en la cabeza y estiró su pelo fuertemente. Sus ojos enrojecieron.

Claro…

¡Se lo merecía!

¡Camila no le volvería a ver nunca más!

¡Una pareja con un amor tan grande que llegaba a su fin!

No era que Lorenzo quisiese dejarla porque ya no la quería, pero no había otra manera, sería mejor olvidarse en vez de estar juntos sufriendo. Sería mejor no verla en vez de verla morir sin poder hacer nada.

Lorenzo notó que se mareaba y que tenía ganas de vomitar. Se apresuró a dejar los archivos. Quería ir a ducharse para despertarse. No obstante, se desmayó el mismo momento que intentó levantarse.

***

Mientras tanto en el aeropuerto internacional…

Camila no llevó nada consigo cuando volvió a Ameriart, ahora que iba a marcharse de este país, tampoco iba a llevar muchas cosas, el DNI, unas mudas de ropa, Loto de tinta, el móvil, el pasaporte y nada más.

Camila no llevó ninguna cosa que le hubiese regalado Lorenzo.

—Camila, no te esfuerces demasiado en el trabajo. Te buscaré en cuanto acabe lo que tengo entre manos. Cuídate bien. Las relaciones con las gentes en Fretston son más complicadas que aquí. Si te pasa algo, me lo tienes que decir, no intentes aguantar todo tú sola. —Amara le miró con el deseo de que no marchara— Está bien si no quieres que Lorenzo se entere, pero me lo tienes que decir. Dos cabezas piensan mejor que una, ¿no?

Ella estaba a punto de llorar.

—Amara, así me haces sentir triste. No nos vamos a separar para siempre, solo voy a Fretston para buscar el mejor tratamiento médico. Nos veremos algún día.

Camila sonrió y consoló a Amara. Fretston no era para nada desconocido para Camila.

—Vale.

Amara también miró a Camila sonriendo.

Daniel no estaba cerca de Camila, pero tenía la sensación de que ella no podría subir al avión sin percances. El párpado del ojo derecho continuaba con un tic desde la mañana hasta ahora.

Mateo se acercó a Daniel y le dijo con una reverencia:

—Señor, ha llamado la Señora, dijo que ya está esperando para recogerle, pero en Fretston no estaba muy tranquilo.

Daniel frunció el ceño y dijo:

—Explícamelo bien.

—Nos acaba de llegar la notica, que Tyler Chapman está con Eloise Bailey. La gente de la Familia Amengual ya ha mandado gente al aeropuerto. Su objetivo claramente es… recoger a Camila.

Mateo dijo con la cabeza baja.

Daniel no dijo nada y se quedó allí en silencio mirando a Camila en la distancia. No esperaba que los movimientos de una chica así podían afectar a tantas partes, incluso al círculo social superior de Fretston.

Camila era una única persona. ¿Acaso ellos estaban preparados para pelear para conseguirla?

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