A Camila no se le ocurrió resultado así. ¿Qué pasó?
No quería que Tyler fuera el comprador.
También no entendía por qué Lorenzo no siguió. No le faltaba dinero y no le gustaba abandonar.
Ciento cincuenta millones no era nada para él.
Pero se fue y parecía que no tenía nada idea de saber qué pasaría Camila.
En la habitación de VIP.
—Fea, por fin te veo la cara.
Tyler entró y examinaba a Camila. Cerró la puerta lentamente y rio.
—Agradezco por tu ayuda y te pagaré más tarde, pero tengo que salir ahora.
Camila sabía que no podía engañar a tyler y no quería engañarlo. Lo miró y rio.
—Espera.
Tyler la impidió a la puerta.
—Me costó ciento cincuenta millones. ¿Solo me pagaré unas palabras?
—¿Qué quieres?
—Lo sabes. No me digas que no haces nada con tu marido.
Tyler se le acercó. Sabía que Camila le entendía.
—Sabes que me he casado. ¿Por qué no me dejas salir?
Camila retrocedió y cayó en la cama.
Cuando salvó a Eloise Bailey le dijo que se había casado pero no sabía el nombre de Lorenzo. Y por lo que hizo Raúl, casi nadie lo sabía.
—En realidad estoy curioso por su marido. ¿Por qué te vende? Si solo por dinero, ¿por qué te vende en lugar así. Y, ¿para qué quieres hombre así?
Tyler no entendía. ¿De verdad lo quería tanto?
No era así.
Camila lo replicó en su mente.
Lorenzo era rico. Para él, dinero era nada.
—Te agradezco por la ayuda pero solo quiero a mi marido y no haré amor con otro hombre.
Camila no dijo a Tyler que Lorenzo era su marido.
Y no lo creía Tyler.
—¿Por qué no? Puedes divorciarte. Eso no es amoral.
Se la acercó Tyler y puso el labio en su oído.
—¿Estás borracho? O ¿estás loco?
—Me he divorciado. Si quieres hacer amor conmigo, hazlo.
Camila no quería ofender a Tyler. No lo temía pero no quería ponerse en le peligro.
—Fea, ¿quieres escaparte?
Miró hacia Camila y acarició su mandíbula con dedos.
—Te echo de menos desde que volví de Ameriart. Ya que te has divorciado, ¿por qué no estar conmigo? Te trato bien.
Tyler apretó la falda de Camila. Quería romperla.
En la habitación vecina.
Lorenzo se detuvo frente a la ventana. Tomaba un tabaco. El humor apareció, se mezcló con el aire y desapareció.
El silencio era inquietante.
—¿No la ayuda? Están en la habitación cuarenta minutos.
Alejandro era más inquieto que lorenzo.
—Fea, tranquila. Camila, espera..
Tyler estaba respirando profundamente.
Lorenzo se quedó sin palabras.
¿Cómo se strevía a hacerlo?
¡Qué atrevida Camila!
Lorenzo quería romper la puerta. Respiraba profundamnete y se esforzaba por controlarse. Le dolía la inquietud.
Sabía que Camila no era mujer leal. No debía enamorarse de ella.
Se sumió en el vicio y podía hacer amor con todos.
Lorenzo se enfureció. Esperaba que no hubiera venido aquí. Estaba desesperado por lo que hizo Camila.
No quería ser un hombre emotivo. Creía que sería mejor macharse para la dignidad.
No sería engañado por Camila otra vez.
Se fue Lorenzo.
En la habitación de VIP.
Tyler estaba debatirse en la cama. No podía mover por la aguja de Camila. E incluso, eran atadas las manos.
—Fea, ¿estás loca? ¿Cómo te atreves a hacerlo? ¡Suéltame!
Tyler se enfadó. No sabía qué hizo Camila. Se desmayó de repente. Cuando se despertó, descubrió que le ató las manos Camila.
Camila gemía para fingir estar haciendo amor con él y le aguijoneaba.
—Te agradezco que me ayudes, por eso te dio el tratamiento de acupuntura para aliviar tu dolor de hombros y músculos. Todavía me quedan muchas cosas que hacer. Duerme y todo te va bien. Me voy.
Camila le aguijoneó y Tyler se desmayó otra vez.
Ella se aflojó y cambió de ropa para salir.
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