Mi Esposa Astuta romance Capítulo 59

En su vida anterior, Camila vivía en el infierno. Demasiada gente quería empujarla al abismo. En aquella época, era muy joven y no tenía poder para defenderse.

Camila siempre devolvía a quien le ofrecía su amabilidad. Tanto su mejor amiga, Amara, como la abuela, la señora Cambeiro, se convirtieron en las personas que más le importaban en su vida.

—¡Eres la mejor abuela!

Camila se sentó en la sala de estar con la abuela, la Sra. Cambeiro, disfrutando de los aperitivos y viendo la animación.

Más tarde volvió Lorenzo. Se quitó el traje y se quedó mirando a Camila.

—Lorenzo, ¿no estás ocupado hoy?

La señora Cambeiro miró a Lorenzo.

—Estoy un poco cansado. No quiero trabajar. Así que me voy a casa.

Lorenzo se aflojó la corbata.

Camila llevaba una camiseta de gran tamaño. Llevaba el pelo recogido en una cola de caballo. Tenía un aspecto suave y bonito.

—Eres muy trabajador.

La abuela Sra. Cambeiro debía estar preocupada si Camila no le decía nada a Lorenzo. Pensando en esto, Camila miró a Lorenzo y le dijo.

—Hoy no estoy tan ocupado —Lorenzo respondió.

Ninguno de los dos se hace eco de la situación. Camila siguió concentrada en la animación. Cogió un bocadillo, lo desempaquetó y empezó a comer.

Lorenzo se acuclilló lentamente frente a ella, la miró un rato y se sentó directamente a su lado. La fragancia única de ella lo encaprichaba.

—¿Te gusta esto? —preguntó Lorenzo.

—La abuela ha comprado hoy un montón de bocadillos. ¿Quieres probarlos? —preguntó Camila.

A Lorenzo no le gustaba comer bocadillos. Pero aun así quiso probar.

—Normalmente no como bocadillos. Pero quiero probarlo —Dijo Lorenzo.

—Ya que estás interesado, es tuyo.

Camila puso generosamente todo el bocadillo en su mano.

Lorenzo no habló.

—Señor y señora, la cena está lista.

El sirviente se acercó y dijo respetuosamente.

Obviamente, Camila no quería hablar con Lorenzo y quería levantarse directamente.

—¿Estás de mal humor hoy? ¿No quieres hablar conmigo?

Lorenzo se rió y besó a Camila en la frente.

—¡Para! —Camila evitó inconscientemente su beso.

—Te quiero a ti —Dijo Lorenzo con encanto.

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