Mi Esposa Astuta romance Capítulo 72

Leila no podía estar más familiarizada con esta voz. Miró inconscientemente en dirección a la voz y vio que la persona que estaba en la puerta era exactamente Camila.

El atuendo profesional de Camila era de color morado. La hacía parecer firme pero no rígida e iluminaba todo su ser.

El color púrpura no era adecuado para la gente corriente. Sin embargo, Camila no sólo estaba guapa con él, sino que también se las arregló para llevar una nueva moda. Sus ojos eran brillantes y hermosos y su aura era abrumadora.

¡Camila, por fin has llegado!

—Camila, esta es la famosa Escuela de Medicina de Capttar. No has recibido la carta de admisión. Va en contra de la norma que vengas aquí.

Leila sonrió y habló en voz baja.

—¿Oh? Leila, ¿de dónde sacaste el chisme que mencionaba que no me habían admitido?

Camila sonrió y miró a Leila.

Cuando Leila escuchó las palabras, dudó un momento y luego se volvió para mirar al señor Alarcón.

—Camila, ¿por qué lo preguntas sabiendo la respuesta? ¿No conoces tu propia situación? ¿Cómo puedes cambiar la carta de admisión? ¡Esto es la Escuela de Medicina de Capttar, no el mercado de verduras! Si tomas la iniciativa de ir ahora, puedo perdonarte. ¡No me obligues a llamar a la seguridad para que te deje salir!

Pascual miró a Camila con enfado y gritó con fuerza.

—Mira, estos son los dos que hicieron la apuesta, ¿verdad?

—Sí, hoy hemos conocido a la gente de verdad.

—Date prisa en hacer fotos, para poder publicarlas en tu círculo de amigos.

La apuesta entre Leila y Camila era bien conocida. Incluso en un lugar tan sagrado como la Escuela de Medicina de Capttar, siempre había transeúntes a los que les gustaba observar lo que ocurría.

Leila no se reconcilió. En el momento en que bajó la cabeza, había ira en sus ojos. Cuando volvió a levantar la vista, había puesto una mirada tranquila.

—Ya que te gusta luchar contra mí, te daré una lección —pensó.

—Camila, no tenemos una buena relación. Sé que me odias, y sé muy bien que fue un malentendido. Es bueno dejarlo claro. Mucha gente no puede ir a estudiar a la Escuela de Medicina de Capttar. Pretendes que te admitan y entras con desparpajo. Alterarás el orden normal de la Escuela de Medicina de Capttar.

Leila parecía completamente razonable y decente.

—Leila, eres demasiado amable, no me extraña que siempre te provoquen algunos ciegos. Camila ha vivido en la tierra estéril desde que era una niña. No ha recibido una buena educación y no tiene padres a su lado, por lo que ha actuado de forma bribona. Sólo tienes que luchar contra ella. No necesitas ser amable con una perra así.

Pascual siempre había admirado mucho a Leila. Ahora su favoritismo por Leila se ha disparado más. La aplaudía mucho en su corazón.

Aunque su diosa Leila era razonable, no podía dejarla sufrir. Pensando en esto, Pascual abrió la boca para ayudar.

—No seas así. Sé que eres bueno conmigo. Pero después de todo, es mi hermana. Siempre somos una familia.

Leila miró con desaprobación y comprensión. Se volvió para mirar a Pascual.

—Leila, eres realmente capaz. Dondequiera que vayas, hay fans que se arrodillan y te complacen.

Camila no pudo evitar reírse. Miró a Leila y a Pascual.

—Por qué estás...

replicó Leila inconscientemente, pero se interrumpió a mitad de la frase. Vio que Yesenia Palacio, la directora del departamento de enseñanza, se acercaba al grupo de grado, a la zona de inscripción de los alumnos de primer año.

Yesenia, la directora del departamento de educación, se mostraba muy seria y seductora. Cuando ella despreciaba a los demás, éstos sólo querían escapar al suelo.

—¡Eres tan audaz! ¿No sabes dónde estás? ¡La Escuela de Medicina de Capttar es el lugar para la investigación, no es una casa de té! ¡Cállate!

El rostro de Yesenia era muy sombrío. Cuando terminó de hablar, volvió a mirar a Pascual. Su tono era aún más impaciente.

—Sr. Alarcón, usted no es un recién llegado. ¿No conoce las reglas aquí? ¿Por qué conspira contra los recién llegados para que se metan en líos?

—Esto... por favor, cálmate. Sucedió demasiado repentinamente, estaba pensando en informarle cuando terminara de tratar con los nuevos estudiantes. No esperaba que su honor viniera aquí en persona. Entonces déjeme informarle directamente ahora.

Pascual se rascó la cabeza y esbozó una sonrisa halagadora con cautela. Luego levantó el dedo hacia Camila y continuó hablando.

—Esta es Camila. No es una estudiante de la Escuela de Medicina de Capttar. Está aquí para causar problemas. Quiero que la seguridad venga y la aleje.

Antes de que Leila llegara a la Escuela de Medicina de Capttar, había investigado bastante. Podía recordar con claridad la información sobre las personalidades, preferencias, temperamentos, etc. de todos los profesores importantes, jefes de equipo y dirigentes de alto nivel.

Yesenia era una mujer mayor que nunca se había casado ni había tenido novio. Por lo general, carecía del alimento del amor. Siempre que la otra parte fuera una mujer, le desagradaría. Esta vez Camila estaría condenada.

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