Era probablemente el momento más feliz de la vida de Jennifer, y todos los invitados lo esperaban con ansias.
Alfie y Diana no estaban, por lo que la boda no tenía ni florista ni portador de anillos.
En su lugar, Mya, que llevaba un precioso vestido, y Finnley, que iba de traje, hicieron su aparición y abrieron la caja del anillo para Iván.
Ivan cogió el anillo y se arrodilló, poniendo el anillo en el dedo anular de Jennifer, lo que significaba un compromiso de por vida.
El sacerdote dijo: "El anillo es a la vez un vínculo de vuestros votos y un símbolo de vuestro amor".
Jennifer sacó otro anillo de la caja y lo puso en el dedo de Iván.
La sala resonó con aplausos, que recordaron a Catherine lo que estaba ocurriendo.
El sacerdote dijo,
"Ivan Marsh y Jennifer Brooks, habéis intercambiado los anillos y os declaro marido y mujer".
Las palabras del sacerdote provocaron un aplauso aún más atronador.
"¡Dios os ha unido, y nadie puede separaros por ningún motivo!" El sacerdote estaba apasionado. "¡Quien intente interponerse no acabará bien!"
Al oír esto, Catherine frunció el ceño, ¡y luego dio un paso hacia el escenario!
También llevaba un vestido de novia blanco y estaba cuidadosamente vestida de novia.
"Ahora el novio puede besar a la novia", dijo el sacerdote.
Todos los invitados del público se pusieron de pie y volvieron a aplaudir tumultuosamente.
Cuanto más entusiastas eran los aplausos, más triste estaba Catherine.
Iván levantó suavemente el rostro de Jennifer, la miró con gran afecto y la besó lentamente. En respuesta, Jennifer cerró los ojos felizmente.
Bajo la luz, se besaron mutuamente, lo que supuso un buen espectáculo para todos los presentes.
Catherine entró en la alfombra roja sola con su vestido de novia.
Cogió dos copas de vino tinto de la bandeja en la mano de un camarero y caminó rápidamente hacia el escenario con ojos fríos.
Catherine entró en el escenario, tan fría como un pepino.
Fijó sus ojos en Iván y se puso delante de él. "Felicidades". Luego le entregó una copa: "Un brindis por tu largo y feliz matrimonio".
Con ojos fríos, Iván no alargó la mano para cogerla.
Jennifer se sintió un poco avergonzada. Con las cámaras haciendo clic alrededor de sus oídos, sonrió y quiso dejarlos solos en el escenario.
Sin embargo, Iván le pasó el brazo por el hombro y la miró con profundo afecto, lo que le dio mucha confianza.
Lo que hizo Iván casi mató a Catherine, pero aún así tenía una sonrisa en los labios.
"¿Qué? Las bendiciones de todos se reciben, así que no puedes rechazar las mías". Con una sonrisa más amplia, Catherine continuó: "No te preocupes por el vino. No lo he derramado".
Las palabras de Catherine le recordaron a Iván lo ocurrido siete años atrás, por lo que pronto se sintió abrumado por el disgusto.
Jennifer no quería avergonzar a demasiada gente, así que tiró de la esquina del abrigo de Iván como recordatorio. Si Iván no se bebía el vino, se le consideraría implacable.
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