Al escuchar a los niños terminar la canción, Aubree sintió calor. Las lágrimas brotaron de sus ojos.
Alfie y Diana saltaron del sofá y se apresuraron a cogerle las manos a ambos lados. "Abuela, pide un deseo y sopla las velas".
"Abuela, ¿qué deseos tienes? Cierra los ojos para que se haga realidad".
Aubree fue arrastrada por ellos hasta la mesa de centro. En realidad, le disgustaba todo lo que fuera supersticioso, ya que la haría parecer infantil, lo que no encajaba con su edad e identidad.
"¿Se harán realidad?", preguntó, sin acabar de creérselo.
Diana respondió: "Abuela, si lo crees, tus deseos se harán realidad. Todos nuestros deseos de cumpleaños se han hecho realidad hasta ahora".
Aubree se sentó en el sofá y juntó las palmas de las manos. Cerró los ojos y pidió deseos para sus adentros.
"Espero que Iván se recupere pronto. Que no le pase nada malo en el futuro".
Luego sopló la vela.
Los niños aplaudieron felices.
A continuación, Aubree cortaría la tarta, lo que era muy esperado por los niños.
Levantó la cabeza y preguntó, sorprendida: "¿Habéis hecho vosotros la tarta?". Descubrió las manchas de crema en sus mangas, pero no eran del pastel que había en la mesa.
Alfie y Diana asintieron, sonriéndole alegremente.
El mayordomo añadió: "Alfie y Diana son muy buenos con las manos. Hicieron la tarta de cumpleaños solos sin pedirme ayuda".
Los niños sólo tenían seis años. Aubree apenas podía creer que hubieran hecho la tarta para ella.
"Date prisa en cortar la tarta, abuela", le indicó Alfie. "Tendrás longevidad después de comer el pastel".
Sus palabras hicieron que Aubree se sintiera feliz.
"¿Qué has puesto en la tarta?", preguntó con curiosidad. "Es cremoso. Me gusta".
Diana la miró fijamente, con los ojos brillantes. "Con cariño, abuela".
Aubree la miró a los ojos. Después de unos segundos, una brillante sonrisa se dibujó en su rostro.
Es cierto. Es amor".
Un momento después, Alfie dijo, intencionadamente o no, "En el pasado, cuando celebrábamos nuestro cumpleaños, mamá nos hacía una tarta. Decía que la tarta estaba llena de amor".
Aubree charló con ellos. "¿Sólo teníais una tarta de cumpleaños para celebrar vuestro cumpleaños?"
"Mami también nos preparó pudín", respondió Diana. "Está muy rico, también está lleno del sabor del amor. Podemos pedirle a mamá que te haga uno en el futuro".
Alfie añadió: "Siempre que celebrábamos nuestro cumpleaños, echábamos de menos a papá, pero no nos atrevíamos a decírselo a mamá. Diana y yo mirábamos la luna por la noche mientras hablábamos con papá".
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi esposa con múltiples identidades