Mi esposa con múltiples identidades romance Capítulo 447

"Sí. Soy todo oídos", respondió Iván.

El policía le dijo: "La señora Aubree vino anoche a nuestra comisaría para presentar las pruebas criminales de Hanson Moran en el pasado. Cada prueba es suficiente para conseguirle la pena de muerte".

Iván respondió con calma: "Ehn". No era sorprendente.

"Otra actualización. Hanson Moran se ha escapado de la casa de detención", continuó el oficial Chapman, sintiendo una intensa migraña. "Me pregunto qué ha salido mal. Algunos equipos de vigilancia esenciales se han estropeado. Lo estamos arreglando ahora".

"¿Se ha escapado?" Iván se sorprendió, ya que no esperaba que Hanson pudiera escaparse ante las narices de la policía.

Sus ojos se volvieron fríos y su corazón se hundió.

"Por favor, esté tranquilo, señor Marsh. Le atraparemos y descubriremos a su patrocinador. Le llamo ahora porque tememos que se vengue de usted. Espero que mi recordatorio sea útil".

"Entendido." Iván terminó la llamada.

Marcó el número de Finnley y ordenó: "Finnley, pon en marcha el sistema de emergencia para localizar y detener a Hanson Moran. Comprueba su respaldo. Debo meterlo en la cárcel".

"¿Buscarlo y arrestarlo?" Finnley se sorprendió. "¿Se ha escapado?"

"Sí. Acabo de recibir una llamada de la policía. Ese bastardo se escapó anoche y el equipo de vigilancia se rompió".

"De acuerdo, señor Marsh", contestó Finnley con calma, "los revisaré ahora".

Iván colgó el teléfono.

Spencer le miró confundido. "¿Hanson Moran se ha escapado?" Le resultaba difícil de creer.

"Ehn", respondió Iván con frialdad, preguntándose quién había sido lo suficientemente audaz como para liberar a Hanson.

Nunca dejaría de lado a esa persona.

Mientras tanto, Jennifer conducía el Volvo, en dirección a Emerald Bay.

Un todoterreno negro la adelantó y se detuvo de repente delante de su coche, bloqueando el paso.

"¡Ah!"

Jennifer no reaccionó con la suficiente rapidez. Sujetando el volante con fuerza, pisó el freno.

"¡Crujido!"

Miró por la ventana, preguntándose a dónde la llevarían.

Su teléfono empezó a sonar de repente en su bolsillo.

Jennifer estaba tensa, tratando de liberarse.

Un hombre sentado a su izquierda sacó el teléfono. Al ver el identificador de llamadas, lo colgó.

Era de Iván, y Jennifer lo había visto.

"¿Adónde diablos me llevas? ¿Qué quieres?" Jennifer empezó a averiguar su propósito. ¿Por qué el hombre no había respondido a la llamada de Iván si su objetivo era el dinero?

"Estate tranquila. Verás a nuestro jefe más tarde". El hombre no la trató con rudeza. Volvió a poner el teléfono en su bolsillo.

El todoterreno aceleró, dirigiéndose al destino.

¿Su jefe?

Jennifer no consiguió averiguar quién era su jefe. Era la mujer de Iván. Nadie en la ciudad podía permitirse ofenderla.

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