¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 165

―Ella es tan linda, compartió dichas flores tan costosas con la oficina entera. 

A ese punto, Elías se paró en seco y su atractiva cara ensombreció de inmediato, regresó hacia el área de trabajo y al instante, miró que todos y cada uno de los floreros del personal estaban adornados con un tallo de rosa roja. Por lo que pudo observar, eran, de hecho, las rosas importadas que había escogido con mucho cuidado y a mano con el florista antes de la junta de la mañana. 

«¡¿Esa mujer las regaló después de mirarlas?!». 

Su cara atractiva estaba tan fría como el hielo y tenía una mirada de enfado en sus ojos, así que dio la vuelta y caminó hacia la sala de juntas, acto seguido, tiró de la puerta y le gritó a la mujer que estaba adentro. 

―¡Anastasia! ¡Ven a mi oficina! ―exclamó para luego añadir algo más―. ¡Ahora! 

Su tono de voz logró que todos los demás que estaban en la sala se tensaran mientras que le daban miradas un poco simpáticas a la mujer en cuestión; en el fondo, todos tuvieron un pensamiento en común: 

«¿Qué clase de error cometió ahora? ¿Por qué el jefe está usando tal tono de comandante?». 

―Presidente Palomares, ¿es esto algo urgente? ―preguntó Anastasia luego de recoger sus pertenencias y salir de la sala de juntas, cerrando la puerta detrás de ella. 

―Hablemos en mi oficina ―habló apretando los dientes y dando pasos largos en dirección al elevador, mientras que Anastasia estaba bastante confundida. 

«De todas formas, ¿cómo lo ofendí? ¿Fue por la sugerencia de la pastelería de hace rato? ¡Aunque yo no le insistí! ¡Fue por completo su culpa!». 

Una vez dentro del elevador, ella podía sentir con claridad la tensión en el aire al mismo tiempo que miraba al alto y fornido hombre que se encontraba a su lado y que tenía los brazos cruzados a la altura del pecho, luciendo bastante molesto en ese momento. 

―¿Cómo sigue su gastritis? ¿Se siente mejor? ―preguntó aprovechando la oportunidad para expresar su preocupación.  

Sin embargo, Elías continuó ignorándola hasta que las puertas del elevador se abrieron y de inmediato, caminó hacia su oficina con sus largas piernas; con respecto a Anastasia, ella lo siguió por detrás con incomodidad. El momento en el que entró a su oficina, lo miró caminar de un lado para otro y de repente dio la vuelta y observó cómo su alta y fornida figura se acercaba hacia ella; llena de miedo, dio un paso para atrás, pero se encontró con que su espalda chocó contra la puerta. Mientras tanto, él puso ambas manos a cada lado de sus hombros para mantenerla acorralada. 

―Anastasia Torres, ¿en verdad te disgustaron tanto las flores que te di? ¡¿Por qué las compartiste con los otros como si nada?! ―cuestionó Elías con sus ojos profundos y oscuros ardiendo de coraje, haciendo que Anastasia solo pudiera parpadear un par de veces como respuesta. 

De forma repentina, Elías dio otros dos pasos hacia atrás y continuó mirándola con atención con sus oscuros y profundos ojos, mientras que sus cejas estaban fruncidas y se miraba como si le hubieran herido sus sentimientos. Los ojos de Anastasia se encontraron con los de él y de forma repentina se dio cuenta de que sus palabras fueron muy fuertes, por lo que se disculpó con él en ese momento. 

―Lo siento, me disculpo si mis palabras hirieron tus sentimientos. 

Al instante, la frialdad se disipó de los ojos de Elías y pareció haber un destello de calidez que brilló en ellos; sin embargo, mantuvo el tono de voz demandante y ordenó algo. 

―Anastasia, no quiero que mis esfuerzos se desechen como basura de nuevo. 

―Entonces ya no deberás mandarme ningún regalo, yo aún puedo elegir desechar todo lo que me des ―respondió a duras penas Anastasia después de abrir la puerta y sentirse asombrada. 

Entonces, el hombre se quedó solo en su oficina, estaba de pie con una mirada de derrota en su atractiva cara, decidió quedarse en silencio por un tiempo corto antes de caminar y quedarse parado enfrente de la ventana completa. Su alargada y fornida figura irradiaba soledad mientras se asoleaba bajo la luz del crepúsculo que se encontraba afuera. 

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