Para entonces, ya estaban frente a la empresa, por lo que Anastasia dijo al instante:
—Deberías detenerte aquí mismo, ya me voy a bajar.
Era la hora del almuerzo, así que no quería que nadie más la viera bajando del auto de Elías. Al escucharla, el hombre se detuvo y ella bajó rápidamente; era bastante obvio que tenía miedo a que alguien la viera, así que no perdió su tiempo y siguió conduciendo hasta el estacionamiento subterráneo.
En cuanto Anastasia regresó a la oficina, recibió una llamada de Fernanda, quien le dijo que el cliente estaba satisfecho con su diseño, así que no había necesidad de hacer ningún cambió, por lo que podían enviarlo a la fábrica para que fuera personalizado; así mismo, Fernando confirmó con el cliente los detalles del mismo, como el grado del diamante, por lo que Anastasia se sintió relajada.
En ese instante, Gabriela entró con su teléfono en mano y se notaba emocionada.
—¡Anastasia, mira esto! ¡La noticia de que el presidente Palomares regaló durianes Musang King se volvió viral! Además, es uno de los tres principales temas en las redes, el título es: el presidente del Grupo Palomares invitó a todo su personal unos durianes Musang King, ¡son tan afortunados!
Mientras tanto, Anastasia se quedó sin palabras, ni siquiera era una noticia importante, pero los medios de comunicación la habían considerado como tal al grado de publicarla; no obstante, la noticia era perjudicial para Elías, porque reflejaba para mal su estatus.
Justo antes de terminar con su trabajo, Anastasia revisó la hora y ya casi era tiempo de ir a recoger a Alejandro a la escuela, cuando de pronto, su teléfono sonó.
—Hola, ¿quién habla?
—Ven al estacionamiento subterráneo —dijo una voz masculina.
A lo que Anastasia dudó unos segundos antes de responder:
—Presidente Palomares, no hay necesidad de que me molesté con eso, yo sola puedo ir por Alejandro, también le comento que me lastimé un dedo y no podré seguir cocinando para usted por algo de tiempo, así que, por lo menos durante esta semana, me gustaría tomarme un descanso. —Eso significaba que no quería ver al hombre por el resto de la semana.
—¿Me estás evitando? —La voz de Elías se volvió más intensa y fría.
A Anastasia no le gustaba mentir, así que respondió:
—Sí, así que, a partir de este momento, no deberíamos vernos a menos que sea necesario, eso será lo mejor para ambos, adiós. —Luego de decir eso, colgó el teléfono. Segundos después, llamó un taxi y fue camino a recoger a su hijo.
En cuanto entró a la escuela, la profesora dijo sorprendida:
—Oh, usted es la madre de Alejandro, ¿cierto? ¿Por qué vino? El padre del niño ya vino a recogerlo.
—¡¿Qué?! —Anastasia estaba sorprendida.
«¡¿Elías llegó antes que yo para recoger a mi hijo?! ¡Qué demonios está haciendo! ¡Cómo se atrevió a hacer algo así! ¡Maldita sea!».
—¡Excelente! Asegúrate de venir bien vestida para la ocasión, te voy a presentar a algunos directivos de la empresa.
—Está bien —respondió.
Después de colgar la llamada con su padre, Anastasia pensó en la situación: siempre se negaba a llevar a Alejandro a esos eventos, porque era seguro que Noemí y Érica estarían presentes y no quería que se encontraran con su hijo.
Al final del día, una solitaria Anastasia terminó comiendo un sándwich en un pequeño restaurante, y con cada bocado que daba a su comida, imaginaba que estaba cortando la carne de Elías; la mujer seguía sin entender cómo se había atrevido a llevarse a su hijo.
«¡Qué fastidio!».
Eran las 7:30 de la tarde cuando regresó a su casa y vio pasar el tiempo en el reloj mientras esperaba a que Alejandro regresara. Durante ese rato, sus pensamientos estaban llenos de Elías y recordó todo lo que le había hecho, hasta que de pronto sintió como el calor de sus mejillas crecía cada vez más.
«¿Qué me está pasando? ¿Por qué sigo pensando en ese hombre? Es una persona horrible y tan despreciable».
A las 8:40 de la noche, sonó el timbre de la puerta y se levantó rápidamente del sofá para abrir; en el recibidor, Alejandro llevaba a Elías de la mano y el niño la saludaba con emoción:
—¡Mamá, ya regresamos!
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¿Mi hijo es tuyo?
Montar más capitulos, gracias...