¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 52

El atractivo rostro de Miguel se miraba sorprendido, ya que era la única cosa que no le dijo Anastasia. También había tratado de adivinarlo muchas veces, pero ella sólo no quería que lo supiera. 

—¿Sabes quién es, Elías? ―preguntó Miguel, un poco curioso de que Elías también estuviera interesado en este tipo de chismes de empleados. 

―La última vez su hermana vino a la compañía a ocasionar problemas, ella dijo que Anastasia fue la amante de un hombre hace cinco años. Incluso vendió su cuerpo en un club por dinero. 

Miguel de pronto abrió sus brillantes ojos mientras escuchaba la repentina información sin créelo. Rápidamente contestó: —¡Imposible! Anastasia no es ese tipo de persona, y nunca haría algo así. 

—¿Qué tanto sabes de ella? ―Elías miró a su primo, esperando que no lo molestara de nuevo con Anastasia. 

Miguel no quería pensar ya más en eso. Él dijo con firmeza. —No me importa cómo fue su pasado. Sólo quiero pasar mi futuro con ella y no quiero saber quién es el padre de su hijo. De todos modos, estoy dispuesto a ayudarla a criarlo juntos y tratarlo como si fuera mío. 

Elías realmente subestimó la determinación de su primo para cortejar a esta mujer. Apretó sus dientes y contestó: —¿Qué hay de bueno en ella? 

Miguel curveó sus labios en una sonrisa. ―Anastasia tiene un tipo único de belleza. Algunas veces, es tan brillante como el fuego, y a veces es elegante como una rosa. No importa qué lado sea, estoy profundamente fascinado por esta mujer.  

En el corazón de Elías, sólo tenía tres adjetivos para evaluar a Anastasia: poco razonable, bárbara y grosera. 

―Elías, ¿me ayudarás? ―Miguel no pudo evitar sentarse en el escritorio de Elías mientras lo miraba rogando. 

―No ―respondió Elías fríamente. 

―Eres terrible. ¿aún me crees parte de la familia? ―dijo Miguel. 

Elías decidió ignorarlo y Miguel eventualmente se fue triste. El decidió en seguir cortejando a Anastasia hasta que aceptara el regalo, así que regresó a su oficina. Después de un rato, Anastasia también regresó. Al ver que el aún estaba ahí, no tuvo otra opción más que decir: 

―Miguel, realmente no puedo aceptar tu regalo. ¡Vete! 

—¡Ve! No hagas a tu padre esperar.  

Después de que Miguel se fue, Anastasia suspiró ligeramente. En ese momento, Maya llamó y dijo:  

―Anastasia, ya casi estamos listas para salir del trabajo. 

—¡Si! De acuerdo ―respondió Anastasia. 

Después de eso, Maya se escondió en un pasillo vacío y llamó a Helen, que le dijo que hiciera algo del otro lado de la línea. Le dijo a Maya que se asegurara de que el teléfono de Anastasia se quedara en la oficina no importaba que, y no dejar que Anastasia lo llevará con ella. Maya estuvo de acuerdo de inmediato. Aunque no sabía por qué Helen le pidió que hiciera esto, sólo necesitaba ser obediente. Pronto, Maya llegó a la oficina de Anastasia y miró que estaba arreglando algunos documentos y su bolso se encontraba en el sofá. Mientras que deliberadamente se sentaba junto al bolso de Anastasia, luego le dijo a la mujer que estaba guardando los documentos.  

―Anastasia, ¿has completado tus diseños que se supone que tienen que ser presentados al final del mes? ¡Aun me quedan algunos por hacer! ¡Estoy muy preocupada por ellos! ―Mientras se estaba quejando, ajusto su postura deliberadamente. Con la línea de vista de Anastasia obstruida, se acercó, tomó el teléfono del bolso de la mujer y lo metió entre en medio del sofá. 

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