¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 89

Anastasia se dio cuenta de que él no se llevó la camiseta con él cuando entró al baño. Alejandro regresó a su habitación para jugar con sus Legos mientras que ella acomodaba la sala de estar, por lo que perdió rastro del tiempo. Ella escuchó que la puerta del baño se abrió, por lo que giró su mirada sin pensarlo para ver a Elías, el cual tenía su cabello mojado y no llevaba puesto nada más que sus pantalones; su fuerte figura estaba completamente al desnudo bajo el brillo de la luz, la cual dejaba ver sus refinados omóplatos y clavículas, al igual que los músculos de su abdomen bien definidos. Anastasia no pudo evitar sentirse amenazada por su presencia en ese mismo lugar e instante debido a que él no llevaba su cinto puesto aún. A pesar de eso, no pudo más que ser puesta bajo un trance debido a que esa era la primera vez que ella presenciaba un cuerpo masculino perfecto. Cómo era una perfeccionista, ella en realidad sí quería echarle otros vistazos a escondidas a Elías. 

—¿Ya terminaste de mirar? —Su garganta adolorida hacía que su voz sonara un poco ronca, mientras que el rostro de Anastasia se enrojecía con rapidez para que luego ella agachara su cabeza y limpiara la mesa con movimientos acelerados para aparentar como si estuviera ocupada. 

—Em… Tu camisa está en el sofá —le recordó; después, él dio largos pasos hacia el sofá para luego vestir la camisa amarilla. En ese momento, su mirada aterrizó sobre la delgada cintura de Anastasia y fue de repente que él se sintió indispuesto a permitir que el día concluyera de esa manera. En ese mismo instante, él se volvió más agitado debido a la ducha para luego dirigirse hacia la habitación de Anastasia y preguntar: 

—¿Dónde está mi celular? —Al mismo tiempo, ella estaba impactada; pese a que no había visto donde estaba el celular de Elías, estaba segura de que no estaba en su habitación. 

—No está en mi cuarto—dijo Anastasia para luego seguirlo con rapidez a su dormitorio. Mientras que Elías buscaba por la cama, ella se acercó a su costado para luego ser sostenida del brazo y obligada a caer sobre el firme pecho del hombre; dentro de pocos segundos, la barbilla de Anastasia fue sujetada para luego ser forzada a levantar la mirada mientras que Elías agachaba la cabeza y la besaba en contra de su voluntad. Después de probar el dulce sabor de los labios de Anastasia, se volvió más tenso debido a que los suaves labios de la mujer eran tan atractivos que le hacían seguir deseando por más. 

«¿Desde cuándo esta mujer se volvió tan encantadora que sería capaz de excitarme con solo un beso?». Por el otro lado, Anastasia estaba atónita. 

Mientras tanto, Elías agachó su mirada para que luego un aspecto de confusión pasara de repente por su rostro. Después de que saliera, él no volvió a decir otra palabra y se retiró tras tomar las llaves de su auto y su celular que se encontraban en el sofá; Anastasia se sentó en el sofá mientras que reposaba su frente sobre la palma de su mano. 

«No puedo seguir permitiendo que el lobo entre a mi casa una y otra vez. Este hombre es demasiado peligroso, no puedo dejar que él vuelva aquí de nuevo». 

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