¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 91

Por el otro lado, Anastasia se encontraba colapsada e inconsciente en el asiento trasero de la furgoneta. Su cabello estaba caído de un modo desaliñado en ese momento y sus rasgos faciales intrínsecos daban un aspecto de desprotección por lo que se aproximaba. 

Los dos hombres en la furgoneta sudaban, pues ellos no tenían experiencia en los que Helen quería que hicieran, a pesar de que tomaron el dinero que ella les ofreció. 

—Ella no va a despertar, ¿verdad? ¿La droga fue lo suficientemente fuerte? 

—Yo tampoco lo sé. Solo tomé la dosis recomendada basándome en el libro de instrucciones. Si fue demasiado fuerte, es probable que permanezca inconsciente por un rato más. —Una vez que los hombres llegaron al hotel, ambos se pusieron unas gorras para luego arrastrar a Anastasia hacia el elevador del hotel. Cuando llegaron a la suite presidencial, Alexis ya se encontraba en ese lugar y les abrió la puerta; ella mantuvo la calma aun cuando vio que arrastraban a Anastasia hacia adentro. 

—Colóquenla en la cama antes de permitirle beber de esa taza con agua que está en la mesa. —Anastasia fue colocada en el sofá y se le obligó a beber media taza de agua, la cual estaba mezclada con un afrodisiaco. Ahí, Alexis rio un poco con frialdad mientras la observaba. 

«Esto es lo que te mereces por intentar arrebatarme el dinero». Los dos hombres se retiraron de prisa después de colocar a Anastasia en la cama y Alexis se fue después de ellos. «Supongo que Brandon llegará en cualquier momento». 

Como se esperaba, Brandon pronto entró después de que se escaneara su tarjeta de la habitación. Él no pudo encontrar a Alexis ahí, por lo que se apresuró en contactarla. 

—Oye, Alexis, ¿dónde estás? —preguntó Brandon con un tono de disgusto a la vez que tomaba asiento en el sofá. 

—¡Me disculpo tanto, presidente Montoya! Me tuve que retirar por una emergencia, pero mi colega aún sigue allí. ¿Ya la vio? Ella está embriagada, ¡por lo que tendrá que cuidar de ella! —Tan pronto como escuchó eso, él se levantó del sofá y entró al dormitorio principal para ver que había una mujer con un cuerpo delgado acostada en la cama blanca; él quedó completamente sorprendido cuando vio su rostro. Brandon no esperaba ver a una mujer más bonita y seductiva que Alexis en su cama; él era un hombre pervertido y atrevido, por lo que estaba feliz de que por fin tuviera algo que hacer para esa noche. 

—Alexis, más vale que no me dejes plantado para la próxima. ¿De casualidad tu colega es alguien con quien se pueda llevar bien con facilidad? 

—¡No se preocupe! Usted haga lo que desee. Yo le puedo asegurar de que todo estará bien —le aseguró Alexis. 

—¿Quién es usted? —preguntó Anastasia con pocas fuerzas. Brandon era un reincidente, por lo que era claro que sabía que esa mujer fue puesta ahí, en frente de él, sin su consentimiento; aun así, no tenía el más mínimo plan de dejarla ir, pues ya se había llegado hasta ese punto—. ¿Qué…? ¿Qué me ha hecho? —Anastasia se sintió mareada cuando sostuvo su frente y trató de bajarse de la cama; sin embargo, sus piernas colapsaron casi al instante antes de que se desplomara sobre el suelo. Fue ahí que ella se percató de algo horrible, pues había sido engañada y ahora averiguó que le faltaban fuerzas, también podía sentir una conocida sensación ardiente dentro de su cuerpo. 

—¡Oye, chica preciosa! ¿Por qué estás tan nerviosa? Puedes estar segura de que seré cariñoso contigo más adelante —dijo Brandon para luego intentar sostener a Anastasia. 

—¡No me toque! ¡Aléjese de mí! Deje de tocarme… —Ella lo empujó lejos de su persona con agresividad para luego salir tambaleándose del dormitorio principal e intentó buscar su bolsa para pedir ayuda. Sin embargo, atrás de ella se encontraba Brandon y salió corriendo para ir tras ella; no importaba que estuviera en sus años cincuenta, él aún era más fuerte que ella porque era un hombre. No obstante, el instinto de pelear o huir se activó dentro de Anastasia cuando supo del devastador hecho de que él estaba a punto de arrastrarla de vuelta al dormitorio. No esperó ni un segundo más para morderle la mano a Brandon con fuerza para luego arrastrar su cuerpo carente de fuerza hacia el sofá para tomar su bolsa; sin embargo, él ya la estaba esperando con una sonrisa en su rostro a la entrada de la suite cuando quería hacer su escape. 

—¿A dónde crees que vas, cariño? ¿Por qué no permites que te dé amor? —Anastasia se sintió asqueada cuando escuchó esas palabras y sintió como si estuviera a punto de vomitar lo que cenó anoche. Dado que pudo ver que su ruta de escape fue bloqueada, se dio la vuelta y vio el lavabo, por lo que voló hacia adentro y cerró la puerta para luego poner el seguro. Brandon corrió de inmediato hacia el lavabo y golpeó la puerta—. Abre la puerta, cariño. Tú no serás capaz de escapar esta noche. 

Al mismo tiempo que eso ocurría, Anastasia hurgaba dentro de su bolsa con desesperación. Una vez que ella encontró su celular, la primera persona que se le vino a la mente en contactar fue a Franco, pero él todavía estaba cuidando de Alejandro; en cambio, decidió llamar a Miguel. Sin embargo, nadie aceptó la llamada pese a que se había conectado. En ese preciso instante, ella tenía su corazón en la garganta mientras que aún podía escuchar los gritos enfurecidos de Brandon y los golpes a la puerta. Ella sabía que podía perder la conciencia una vez más en cualquier segundo, pues todavía se sentía sin fuerzas después de beber esa bebida adulterada; por ese motivo, pensó en otra persona para luego tomar rápidamente su teléfono y contactar a Elías. 

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