A ambos jóvenes solo les quedaba 30 segundos para decidir.
"¡20 segundos, amigo! Me gustaría ver por cuánto tiempo puedes seguir luchando conmigo". Danny encendió un cigarrillo y le dio una buena calada. Luego levantó su mano izquierda y miró el reloj Omega que traía puesto en su muñeca. "Todavía quedan diez segundos".-
Henry se dirigió tranquilamente al sofá que había en la oficina y se sentó observando en silencio mientras Danny seguía haciendo la cuenta regresiva.
"Cinco segundos", dijo Danny en tono de burla.
Henry cruzó las piernas, puso sus manos detrás de su cabeza y se acostó perezosamente en el sofá.
Danny volvió a mirar su reloj. "Se acabó el tiempo, amigo. Fuiste tú quien eligió morir. ¡No digas que no te lo advertí!"
Danny estaba a punto de tomar el teléfono de su escritorio y llamar a los guardaespaldas para que le dieran una lección a este tipo arrogante, pero alguien se adelantó en llamar y el teléfono sonó con anticipación. Cuando Danny vio el número de la persona que estaba llamando, su rostro cambió.
Era el presidente Zhao quien llamaba, el accionista mayoritario de Chow's Group. Se podría decir que sin su ayuda, las ganancias se reducirían en dos tercios.
Considerando los pros y los contras, Danny decidió atender primero al presidente Zhao. Después de todo, lidiar con un tipo osado como el que tenía en frente, era menos importante que los asuntos relacionados a su empresa.
Entonces contestó la llamada. Antes de que pudiera pronunciar alguna palabra, escuchó la voz enfurecida del presidente. "Señor Chow, usted le ha faltado el respeto a algunas personas y no quiero que me involucre en eso. ¡Nuestra colaboración ha terminado!", y apenas terminó de hablar, colgó.
Danny se quedó estupefacto por un momento. No entendía qué estaba pasando, hacía seis años que la colaboración entre los Zhou y el Sr. Zhao empezó, y había sido muy exitosa. ¿Por qué tenía que suceder justo en ese momento?
Antes de que Danny pudiera seguir pensando en ello, el teléfono que estaba en su escritorio volvió a sonar. Tuvo un mal presentimiento pero tomó el teléfono y contestó.
"¡Presidente Chow, malas noticias! El sitio web oficial de la compañía ha sido hackeado y ahora está completamente caído. Los precios de todos nuestros productos vendidos en internet han bajado, y debido a eso hubo miles de pedidos en tan solo unos segundos. La pérdida que acabamos de sufrir ha alcanzado casi los 100 millones".
Antes de que Danny pudiera responder, su secretaria entró inesperadamente a la oficina. "Presidente Chow, había tres contratos que estaban a punto de ser firmados con éxito. Pero repentinamente se niegan a contactarnos y dicen que no hay necesidad de trabajar con una empresa que está a punto de quebrar", informó muy alterada.
De pronto, un anticuado teléfono sonó de manera estridente. Solo pocas personas podían llamar a ese teléfono. Cada vez que lo hacían, siempre era por algo de suma importancia.
El muchacho contestó el teléfono con el rostro pálido.
"Presidente Chow, ha sucedido algo malo. El misterioso consorcio ha suprimido en gran medida las acciones de la empresa. Esta compañía tiene una gran cantidad de dinero, preferirían comprarla antes que hacer caer el precio de nuestras acciones en 11 puntos. Según los informes preliminares, hemos perdido 270 millones de yuanes, y la pérdida aumenta cada segundo. En verdad nos han creado serios problemas".
Las llamadas telefónicas y el informe de la secretaria, hicieron que Danny entrara en pánico.
El teléfono del muchacho sonó una vez más. Esta vez era su padre quien llamaba furioso. "¡Maldito bastardo! ¿Qué has hecho? Todos mis antiguos socios me han estado llamando para convencerme de huir inmediatamente. ¿Es cierto que le causaste problemas a alguien importante?"
Después de unos segundos, Danny recibió una nueva llamada y contestó inmediatamente. Según el informe, el hacker que atacó la web oficial de la empresa, detuvo lo que estaba haciendo y desapareció. Además, el misterioso consorcio que suprimió las acciones de la empresa, dejó de meterse en el asunto. En poco tiempo la compañía había perdido casi 800 millones de yuanes, sin mencionar la pérdida que ocasionaron algunos socios al terminar su colaboración con Chow's Group. Si se contara todo, la pérdida total de la empresa sería más de 2 mil millones de yuanes.
Danny sudaba frío mientras miraba con horror al hombre que estaba frente a él. Sin duda alguna, era un individuo tan influyente que podría destruir a la familia Chow simplemente con pronunciar unas cuantas palabras. Sabiendo esto, no podía dejar de preguntarse cuál era la identidad de este sujeto, ¿cómo era posible que una persona como él trabajara para Lin's Group? Quién sabe cuántas personas así habrá en todo el país.
"Presidente Chow, usted ha puesto a Lin’s Group en una situación muy seria, así que comprenderá que no podemos pasar esto por alto. Quiero que mañana por la mañana, vaya a ver a la presidenta Lin y se disculpe adecuadamente. Y por supuesto, también debe pagar una compensación. Créame cuando le digo que no quiere saber qué sucederá si no lo hace", dicho esto, se levantó para sacudirse los pantalones y lo luego miró a su rival con arrogancia.
"¡Está bien, lo haré!", respondió el presidente Chow asombrado e hizo una reverencia.
Henry extendió la mano y le dio unas palmaditas en la cara diciendo: “Así me gusta. Buen chico”.
Esta última acción hizo que Danny se sintiera más humillado, sin embargo, trató de controlarse para no hacer nada imprudente y solo se limitó a esbozar una sonrisa.
Después de resolver el problema, Henry salió de la compañía con total tranquilidad. Tomó su bicicleta para volver a la villa, y mientras manejaba iba tarareando una canción.
Cuando llegó, vio que su amada Sylvia aún dormía profundamente en el sofá. Al ver su apariencia tan tranquila, no pudo evitar mirarla con ternura, parecía una princesa salida de algún cuento de hadas. Permaneció observándola unos segundos, hasta que volvió en sí y se acercó a ella para tomarla delicadamente en sus brazos. No quería que al día siguiente tuviera dolores de espalda, así que era mejor llevarla al dormitorio.
Al día siguiente, los finos rayos deslumbrantes del sol despertaron a la bella dama. Ella aún seguía en su cama, estirándose tranquilamente sin fijarse en la hora. Por primera vez había sentido lo que era dormir tan plácidamente. En cuanto posó su mirada en el reloj que estaba colgado en la pared, gritó sorpresivamente al darse cuenta de lo tarde que era. Las agujas de ese fino reloj marcaban ya las diez de la mañana.
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