Aturdida. Eso es lo primero que se me viene a la mente cuando despierto. Me siento aturdida y muy confundida. No sé dónde estoy, por qué estoy aquí o qué es lo que ha pasado. Trato de abrir los ojos, pero éstos me pesan demasiado y siento que quiero volver a dormir, pero algo en mí me dice "Vamos, Cass. Ya has dormido mucho, es hora de despertar". Bueno, ni siquiera sé cuánto he dormido. Se siente como si hubieran sido días, pero lo más probable es que hayan sido solo un par de horas.
Comienzo a sentirme más fuerte como para poder abrir los ojos, pero cuando lo hago la luz me ciega y tengo que volver a cerrarlos. Ugh, ahora siento un dolor de cabeza insoportable, pero no creo que sea por la luz. Se siente como si me hubiera dado un gran golpe en la cabeza.
Ahí es cuando abro los ojos al recordar todo lo que pasó antes de que me desmayara. Recuerdo el viaje con Mack, recuerdo haber estado hablando con Tony y recuerdo haber caído por las escaleras. Mis manos van automáticamente a mi estómago y siento que mi corazón se detiene cuando me doy cuenta de que no tiene la misma forma ovalada que tenía antes del accidente.
Ya no estoy embarazada.
¡¿Dónde está mi bebé?!
-Hola, linda- dice una enfermera de la que recién me doy cuenta de su presencia- Por fin despiertas, ya nos estábamos preocupando.
- ¿Y mi bebé? - es lo primero que pregunto mientras trato de aguantar las lágrimas.
-Oh, linda, no te preocupes. Él está bien- dice y yo suelto un gran suspiro- Nació un poco prematuro, pero estaba muy bien desarrollado y es hermoso, yo misma lo he visto.
Me fijo un poco más en la enfermera y me doy cuenta de que debe tener unos treinta o treinta y cinco años. Tiene el cabello oscuro como Mack y unos ojos verdes muy lindos y pequeños. Parece estar muy concentrada anotando cosas en una tablilla que tiene en sus manos mientras ve el aparato que tiene mis signos vitales.
-Necesito verlo- le digo a la enfermera de manera suplicante- Por favor, quiero verlo.
-Aun estás muy débil para salir de aquí, Acacia- dice la enfermera mirando mi nombre en la tablilla que tiene en sus manos- Y él aún tiene que estar unos días más en la incubadora.
-Pero, yo necesito verlo...
Justo en ese momento la puerta de mi habitación se abre y veo a Bren entrar por ella. Sus ojos se iluminan y una sonrisa enorme aparece en sus labios cuando se da cuenta de que estoy despierta.
No puedo evitarlo... simplemente no puedo evitar emocionarme cada vez que lo veo.
-Hey, mi bella durmiente- me saluda y se acerca a mí con emoción en todo su ser- Por fin despertó. Justo cuando te iba a dar un beso para que despertaras.
-Aun puedes darlo- le digo.
Parece que Bren se sorprende cuando le digo eso, pero con una sonrisa acerca sus labios a los míos y nos besamos. Eso sí, es solo un pequeño apretón de labios porque la enfermera está aquí.
- ¿Cómo te sientes? - me pregunta Bren sin alejarse mucho de mí.
-Mal, no puedo ver a Matheo- le digo y me doy cuenta de que estoy haciendo un puchero con mis labios.
-Tienen que recuperarse ambos para que puedan verse, Cass.
-Pero yo necesito verlo ahora.
-Tengo fotos de él en mi teléfono, ¿te sirve?
- ¡Por supuesto que sí, idiota!
Tomo su celular entre mis manos cuando me lo ofrece y me muestra una imagen muy clara de un bebé tranquilo dentro de lo que supongo es una incubadora.
Dios, mi bebé es hermoso. El poco cabello que tiene es rubio, como el mío. Es pequeño, como siempre pues se le da bastante bien ser el pequeño, pero lo que más me asombra es lo mucho que lo amo y como ya solo quiero tenerlo entre mis brazos para poder besarlo muchas veces.
-Se parece a Tony- digo y me siento un poco decepcionada, yo quería que se pareciera más a mí.
-Si, yo pienso lo mismo.
Toda la ira por lo que pasó con Tony vuelve. Me acuerdo de todas sus palabras y todas sus insinuaciones. Recuerdo cómo me pidió que diéramos en adopción a Matheo y creo que hasta puedo escuchar aun la determinación en su voz al decirlo.
Parece que Bren se da cuenta de que no estoy pensando cosas muy lindas por lo que él me mira con el ceño fruncido y con curiosidad.
- ¿Pasó algo? - me pregunta Bren tomando mi mano.
-Nada, solo recordé algo no muy amable.
-Si, bueno, será mejor que dejes de pensar esas cosas y descanses, Cassie. Matheo está bien cuidado, te lo aseguro porque lo he visto yo mismo y tienes que recuperar fuerzas para que puedas bajar a ver a Theo, ¿no crees?
-Si, tienes razón.
-Siempre tengo la razón, mi linda Cassie- dice mientras me guiña un ojo.
Río un poco y es ahí cuando siento una punzada horriblemente dolorosa en mi cabeza. De verdad se siente como si me quisieran enterrar una aguja en la cabeza.
Seguramente me golpee la cabeza mientras caía porque de verdad me duele mucho la cabeza.
-Mi cabeza va a explotar- es lo que digo llamando la atención de la enfermera.
-Le diré al doctor que despertaste y te traeré tus medicinas para el dolor.
-Si, por favor.
La enfermera sale y yo siento que Bren se acurruca un poco más a mi lado. Lo veo a los ojos y él me sonríe con esa sonrisa tan característica de él que me dice que todo va a estar bien y justo aquí con él, me doy cuenta de que es verdad. Que todo va a salir bien.
Aun así, quiero ver a mi bebé.
-Matheo es hermoso- dice Bren haciendo que saque una sonrisa- Te juro que cuando lo veo pareciera que iluminara toda la habitación. Eso lo sacó de ti.
Sonrío con timidez mientras siento que mis mejillas se ponen de un color más rosado del normal. Bren aprieta mis manos y se acerca a mis labios para dejar un tierno beso.
- ¿Cómo te sientes? - me pregunta casi en un susurro.
-Bastante adolorida- respondo dándome cuenta de mis dolores corporales ahora que no tengo que preocuparme tanto- pero en general, más me siento cansada que otra cosa.
-Y eso que has dormido unas doce horas- responde él haciendo una mueca.
- ¿Qué te dijo? - pregunta con los dientes apretados.
-No creo que lo quieras saber.
-Si, si quiero saberlo.
Me quedo en silencio unos segundos pensando si es una buena idea decirle a Bren lo que me dijo Tony. Probablemente vaya corriendo a golpearlo cuando se lo diga y eso no creo que sea muy bueno.
También pienso en lo que él me dijo sobre Tony, el que está con Matheo y que se encariñó al solo verlo. Lo creo, pero no creo que sea justo.
Mierda, no. No es justo. No es justo yo haber tenido que escuchar la basura que me dijo y ahora, que Matheo ha nacido y lo ha visto bonito y tierno, simplemente diga "ahora si lo quiero" cuando en verdad quería darlo en adopción.
- ¿Te vas a quedar en silencio? - pregunta un Bren algo molesto.
-No quiero que vayas a matarlo- respondo sacándome mi odio de encima.
-Te prometo que no haré nada, pero tienes que decirme- me ruega.
Miro a Bren y a pesar de que está algo molesto conmigo, no deja de mirarme con mucho cariño. Mi corazón hace que lata más rápido cuando no puede evitar darme su linda sonrisa y yo no puedo evitar sonreírle de vuelta.
Odio tener la necesidad de ser honesta con él.
-Tony me dijo que diéramos en adopción a Matheo- le digo y veo como abre sus ojos más de lo normal, llenos de furia y ganas de matar- Lo prometiste.
-Me conoces demasiado bien, joder- dice él escondiendo su cara entre sus manos- ¿Como mierda él pudo hacer eso?
-El miedo puede hacer que digas y hagas cosas muy tontas, Bren.
-Creo que me quedaré un tiempo contigo porque si voy a ver a Theo y veo a Tony ahí juro que le voy a sacar los dientes de un puro puñetazo- dice con tanta rabia que me asusto un poco-Y no quiero romper la promesa, Cass.
-Puedes quedarte conmigo todo el tiempo que quieras. Yo soy la que debe ir a ver a Matheo y nadie me deja hacerlo.
-Necesitas estar más fuerte...
-Estaré más fuerte cuando vea a mi bebé- digo con determinación.
Quiero ver a mi hijo, ahora más que nunca. Quiero conocerlo, tenerlo en mis manos y alimentarlo. Cuidar de él como me prometí hacerlo desde que me di cuenta de que amo a mi hijo, la personita que creció tanto tiempo en mi interior.
Quiero ver a Matheo. No es justo que Tony lo haya visto y no yo.
-Iré a hablar con un doctor o una enfermera para que me digan cuando podrás ver a Matheo- dice con dulzura y yo casi suelto unas lágrimas de agradecimiento.
Pueden decir muchas cosas de Bren, pero es un gran chico que tiene mi corazón y se lo ha ganado justamente. Puede que no sea el padre de mi hijo, pero eso no importa porque para estar con una persona solo se necesita amor y respeto, cosas que siento por Bren y no por Tony.
Bren me sonríe mientras sale de la habitación seguramente a buscar alguien a quien preguntarle cuando veré a mi hijo. Todo lo que puedo pensar ahora es que confío mucho más en Bren de lo que alguna vez volveré a confiar en Tony.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pequeño caos (COMPLETO)