Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 38

Aturdida. Eso es lo primero que se me viene a la mente cuando despierto. Me siento aturdida y muy confundida. No sé dónde estoy, por qué estoy aquí o qué es lo que ha pasado. Trato de abrir los ojos, pero éstos me pesan demasiado y siento que quiero volver a dormir, pero algo en mí me dice "Vamos, Cass. Ya has dormido mucho, es hora de despertar". Bueno, ni siquiera sé cuánto he dormido. Se siente como si hubieran sido días, pero lo más probable es que hayan sido solo un par de horas.

Comienzo a sentirme más fuerte como para poder abrir los ojos, pero cuando lo hago la luz me ciega y tengo que volver a cerrarlos. Ugh, ahora siento un dolor de cabeza insoportable, pero no creo que sea por la luz. Se siente como si me hubiera dado un gran golpe en la cabeza.

Ahí es cuando abro los ojos al recordar todo lo que pasó antes de que me desmayara. Recuerdo el viaje con Mack, recuerdo haber estado hablando con Tony y recuerdo haber caído por las escaleras. Mis manos van automáticamente a mi estómago y siento que mi corazón se detiene cuando me doy cuenta de que no tiene la misma forma ovalada que tenía antes del accidente.

Ya no estoy embarazada.

¡¿Dónde está mi bebé?!

-Hola, linda- dice una enfermera de la que recién me doy cuenta de su presencia- Por fin despiertas, ya nos estábamos preocupando.

- ¿Y mi bebé? - es lo primero que pregunto mientras trato de aguantar las lágrimas.

-Oh, linda, no te preocupes. Él está bien- dice y yo suelto un gran suspiro- Nació un poco prematuro, pero estaba muy bien desarrollado y es hermoso, yo misma lo he visto.

Me fijo un poco más en la enfermera y me doy cuenta de que debe tener unos treinta o treinta y cinco años. Tiene el cabello oscuro como Mack y unos ojos verdes muy lindos y pequeños. Parece estar muy concentrada anotando cosas en una tablilla que tiene en sus manos mientras ve el aparato que tiene mis signos vitales.

-Necesito verlo- le digo a la enfermera de manera suplicante- Por favor, quiero verlo.

-Aun estás muy débil para salir de aquí, Acacia- dice la enfermera mirando mi nombre en la tablilla que tiene en sus manos- Y él aún tiene que estar unos días más en la incubadora.

-Pero, yo necesito verlo...

Justo en ese momento la puerta de mi habitación se abre y veo a Bren entrar por ella. Sus ojos se iluminan y una sonrisa enorme aparece en sus labios cuando se da cuenta de que estoy despierta.

No puedo evitarlo... simplemente no puedo evitar emocionarme cada vez que lo veo.

-Hey, mi bella durmiente- me saluda y se acerca a mí con emoción en todo su ser- Por fin despertó. Justo cuando te iba a dar un beso para que despertaras.

-Aun puedes darlo- le digo.

Parece que Bren se sorprende cuando le digo eso, pero con una sonrisa acerca sus labios a los míos y nos besamos. Eso sí, es solo un pequeño apretón de labios porque la enfermera está aquí.

- ¿Cómo te sientes? - me pregunta Bren sin alejarse mucho de mí.

-Mal, no puedo ver a Matheo- le digo y me doy cuenta de que estoy haciendo un puchero con mis labios.

-Tienen que recuperarse ambos para que puedan verse, Cass.

-Pero yo necesito verlo ahora.

-Tengo fotos de él en mi teléfono, ¿te sirve?

- ¡Por supuesto que sí, idiota!

Tomo su celular entre mis manos cuando me lo ofrece y me muestra una imagen muy clara de un bebé tranquilo dentro de lo que supongo es una incubadora.

Dios, mi bebé es hermoso. El poco cabello que tiene es rubio, como el mío. Es pequeño, como siempre pues se le da bastante bien ser el pequeño, pero lo que más me asombra es lo mucho que lo amo y como ya solo quiero tenerlo entre mis brazos para poder besarlo muchas veces.

-Se parece a Tony- digo y me siento un poco decepcionada, yo quería que se pareciera más a mí.

-Si, yo pienso lo mismo.

Toda la ira por lo que pasó con Tony vuelve. Me acuerdo de todas sus palabras y todas sus insinuaciones. Recuerdo cómo me pidió que diéramos en adopción a Matheo y creo que hasta puedo escuchar aun la determinación en su voz al decirlo.

Parece que Bren se da cuenta de que no estoy pensando cosas muy lindas por lo que él me mira con el ceño fruncido y con curiosidad.

- ¿Pasó algo? - me pregunta Bren tomando mi mano.

-Nada, solo recordé algo no muy amable.

-Si, bueno, será mejor que dejes de pensar esas cosas y descanses, Cassie. Matheo está bien cuidado, te lo aseguro porque lo he visto yo mismo y tienes que recuperar fuerzas para que puedas bajar a ver a Theo, ¿no crees?

-Si, tienes razón.

-Siempre tengo la razón, mi linda Cassie- dice mientras me guiña un ojo.

Río un poco y es ahí cuando siento una punzada horriblemente dolorosa en mi cabeza. De verdad se siente como si me quisieran enterrar una aguja en la cabeza.

Seguramente me golpee la cabeza mientras caía porque de verdad me duele mucho la cabeza.

-Mi cabeza va a explotar- es lo que digo llamando la atención de la enfermera.

-Le diré al doctor que despertaste y te traeré tus medicinas para el dolor.

-Si, por favor.

La enfermera sale y yo siento que Bren se acurruca un poco más a mi lado. Lo veo a los ojos y él me sonríe con esa sonrisa tan característica de él que me dice que todo va a estar bien y justo aquí con él, me doy cuenta de que es verdad. Que todo va a salir bien.

Aun así, quiero ver a mi bebé.

-Matheo es hermoso- dice Bren haciendo que saque una sonrisa- Te juro que cuando lo veo pareciera que iluminara toda la habitación. Eso lo sacó de ti.

Sonrío con timidez mientras siento que mis mejillas se ponen de un color más rosado del normal. Bren aprieta mis manos y se acerca a mis labios para dejar un tierno beso.

- ¿Cómo te sientes? - me pregunta casi en un susurro.

-Bastante adolorida- respondo dándome cuenta de mis dolores corporales ahora que no tengo que preocuparme tanto- pero en general, más me siento cansada que otra cosa.

-Y eso que has dormido unas doce horas- responde él haciendo una mueca.

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