Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 50

Despierto acurrucada en los brazos de Bren. Seguiría durmiendo, pero la alarma suena muy fuerte y es demasiado molesta. Escucho como Bren se queja al ser despertado por la alarma y yo solo puedo sonreír pensando que esta es una de las mejores formas de despertar.

La mejor es despertar gracias a mi hijo, pero Bren sabe que jamás va a poder superar eso.

-Tenemos que levantarnos- me dice Bren y yo asiento- Hay que ir a buscar al pequeño invasor.

Río un poco al escuchar el modo en que Bren sigue llamando a Matheo. Me hace sentir bien que mi novio quiera a mi hijo del modo que lo hace.

Sé que es difícil y que solo se va a ser más complicado con el tiempo el hecho de que yo no esté con el padre de mi hijo y que además tenga un novio nuevo, pero trato de repetirme un millón de veces que estamos en el siglo XXI y que no tengo porque estar con el padre de mi hijo solo porque Matheo nos une.

Matheo siempre nos va a unir, pero no tiene que ser de una manera amorosa.

Yo amo a Bren y por estoy dispuesta a cruzar todos esos problemas juntos. Sé que la gente puede hablar un montón de cosas, pero ellos tienen que meterse en su vida y darse cuenta de que la felicidad de todos es lo que vale y por muy egoísta que suene, estoy pensando en mi felicidad y en la de mi hijo. Ni yo ni él seríamos felices si estuviera con Tony solo porque somos padres de un mismo niño.

Abro los ojos y apago la alarma. Me encuentro con los ojos color miel de Bren que me miran fijamente mientras pone una sonrisa en sus labios. Instantáneamente una sonrisa aparece en los míos y me acerco a Bren para besar sus labios. Esos labios que pase toda la noche besando y que me encantó hacerlo.

-Te amo- me susurra Bren cuando nos separamos un poco.

-Yo también te amo, Bren- le digo sonrojándome un poco.

Bren vuelve a acercarse a mí y me besa. Sentir sus labios sobre los míos se siente como si estuviera en el cielo. Estar con él se siente bien y se siente correcto. Puede que para muchas personas sea incorrecto, pero para mí es todo lo que puedo pedir en el mundo.

Cuando nos separamos volvemos a mirarnos unos segundos y nos levantamos de la cama, pero me doy cuenta de que no tengo nada puesto por toda la acción que Bren y yo obtuvimos anoche. Él tampoco lleva algo puesto, pero rápidamente se pone su bóxer haciendo que tenga una buena vista de mi novio.

Bren me mira y ríe. Estoy escondida entre las sábanas y no puedo evitar sonrojarme a pesar de que él ya me vio muy desnuda. No puedo evitarlo, sigo siendo bastante nueva en esto y eso que tengo un hijo de tres meses.

-Ten- me dice Bren tirándome su playera- Por ahora ponte esto, aunque debo decir que me encanta verte sin ropa.

- ¡Bren! - exclamo entre risas.

-Solo digo. Ni siquiera pareciera que diste a luz hace un par de meses.

Niego con la cabeza y me pongo la playera de mi novio encima. Bren está mintiendo. Subí un par de kilos por el embarazo de Matheo, pero no me importa. No me acomplejo. Sé que esos kilos de más están ahí porque traje al mundo al ser más pequeño y hermoso de este planeta que es mi Theo.

Veo que Bren se acerca a mí y me toma por la cintura haciendo que me acerque a él. Tengo las manos en el pecho desnudo de mi novio quien me mira divertido de arriba a abajo como analizando como me veo con su ropa puesta.

-Y justo cuando pensé que no podías verte más hermosa...- susurra con mucha dulzura, justo como es Bren conmigo siempre.

-Y tú estás muy cegado- le contesto riendo.

-El amor ciega- contesta sonriendo un poco- pero, aunque me cegara, nadie puede decir que no te ves jodidamente hermosa justo ahora.

-Me vengo recién despertando.

-Y eso solo hace que sea más especial porque pasamos la noche juntos haciendo el amor.

- ¡Brennan Coleman! - exclamo golpeando suavemente su hombro.

- ¿Qué? Es la verdad.

Riendo, vuelvo a abrazarlo y me quedo entre sus brazos. Creo que no hay mejor sensación que estar en los brazos de la persona que amas.

Siento como Bren deja un beso en mi cabeza y yo sonrío porque simplemente no puedo dejar de hacerlo cuando él me hace así de feliz.

-Ve a darte una ducha- me dice Bren con ternura- Yo iré a hacer el desayuno.

-Rayos, justo cuando pensé que íbamos a bañarnos juntos- le digo con ironía.

Bren ríe y me atrae junto a su pecho mientras pone sus manos muy por encima de mi trasero, sin apretarlos ni nada, solo estando muy por encima.

-No sabes cuánto me gustaría eso, mi linda Cassie- dice con un tono de voz que me hace sonrojar- pero tenemos que apurarnos para ir a buscar a ese lindo hijo tuyo que tienes porque lo extraño.

-Si, yo también extraño a mi Matheo- le digo haciendo un puchero que lo hace reír.

-Ya vamos a buscar a tu bebé, linda Cassie.

Nos separamos y yo voy a buscar un poco de ropa. Me pongo simplemente unos leggins y una blusa floreada. Me quedaron gustando los leggins después de tanto que las usé para el embarazo de Matheo.

Me doy una ducha rápida y cuando salgo me encuentro con que Bren ha preparado huevos y café. Hay un par de tostadas también. Todo hace que mi estómago ruja porque no me había dado cuenta del hambre que tengo.

Creo que gasté demasiada energía anoche.

-Eres el mejor novio del mundo- le digo a Bren abrazándolo por la espalda.

-Te apuesto que estás planeando mantenerme a tu lado solo por la comida deliciosa que te hago- dice riendo, haciéndome saber que solo está bromeando y que en verdad no piensa eso.

- ¡Pues claro que sí! - le contesto siguiendo su broma- Alguien tiene que cocinar, ¿no?

Bren y yo nos sentamos a comer rápidamente nuestro desayuno. Cuando terminamos, Bren se va a dar una ducha mientras que yo limpio el desastre que hicimos al comer.

Me gusta como funcionamos, se siente como si ya fuéramos una familia.

Cuando Bren vuelve, nos alistamos para ir a buscar a mi hijo a casa de su padre. Entramos al auto de Bren y él comienza a manejar muy concentrado en el camino, aunque un domingo a esta hora de la mañana no hay mucho tráfico.

- ¿Crees que Theo se dé cuenta que Tony no va a estar un tiempo? - pregunto de la nada, sorprendiéndome a mí misma.

-Creo que es demasiado pequeño todavía para darse cuenta de esas cosas- me contesta él igual de serio que yo al hacerle la pregunta- pero cuando comience a entender, solo hay que hacerle saber que su papá está trabajando, que lo ama y estarán juntos cada vez que se pueda.

-Confía en que lo haré- le responde mi novio, dándole la mano.

Tony me da un beso en la mejilla y le da uno a Theo en su pequeña cabeza. Luego se acerca a Sam para darle un abrazo a su hermana. Repite la acción con Mack y al final con su mamá. Después, se sube al auto y nos despedimos con la mano cuando éste comienza a andar.

-Bien, se fue- dice Mack con un poco de tristeza- Ahora todos podemos seguir durmiendo.

-Madrugar nunca fue lo tuyo- le comento a mi mejor amiga entre risas.

-No, yo necesito mis doce horas para dormir a menos que me quieran de mal humor.

Todos reímos mientras Sam y Mack se despiden de Theo y de nosotros. Luego se van para la casa y le paso a Matheo a Bren para que lo deje en su portabebés en el auto. Ya es hora de que vayamos a casa.

Veo que la mamá de Tony se acerca a mí con el bolso que le pase a Tony con las cosas de Theo. Me pongo nerviosa y creo que tengo motivos para estarlo.

Ella me pasa el bolso y yo lo cuelgo en mi hombro, pero por solo un segundo porque después aparece Bren que lo toma y yo me giro para darme cuenta de que Matheo ya está en su silla de bebés.

Vuelvo la vista hacia la mamá de Tony que me sonríe. Respiro hondo, porque no sé qué me va a decir.

-Nunca te agradecí, Acacia- me dice poniendo una mano en mi hombro.

- ¿Por qué debería agradecerme por algo? - pregunto confundida.

-Gracias por permitir que seamos parte de la vida de mi nieto después de todo lo que mi hijo hizo.

No me da tiempo a responderle, pues se da la vuelta y comienza a caminar hacia la casa. Me quedo con las palabras en la boca, aunque tampoco es como si tuviera mucho que decirle.

Me subo al auto junto a Bren y miro hacia la casa de al frente. La casa de mi mamá. Esa casa que no visitó desde hace casi seis meses.

Trato de buscar a mamá, pero no se ve por ningún lado. Solo quiero saber que ella está bien y que no arruiné su vida por completo.

-La extrañas- dice Bren. Por un momento creo que pregunta, pero solo lo está afirmando.

-A veces- le respondo- pero me gusta como está mi vida ahora.

- ¿Qué pasa si algún día quiere ser parte de la vida de Matheo?

Miro hacia atrás y veo a mi hijo que mira a Bren porque él es el que está hablando ahora. Sonrío porque amo a mi hijo y sé que nunca le haría daño de ninguna manera.

-Dejaría que esté, pero no por ella. Por Matheo. Él necesita a sus abuelas en su vida.

Bren sonríe y besa mi mejilla. Enciende el auto y comenzamos nuestro camino de regreso a casa.

La casa que ahora es mi hogar. El de Matheo, mío y todas las personas que nos quieren y nos han apoyado todo este tiempo.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pequeño caos (COMPLETO)