Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 177

Ante el edificio del apartamento, Stefano estaba al lado del coche, y hablando por móvil.

No se sabía cuándo tiempo había pasado, vino la voz de Claudia Freixa detrás de él, -Stefano.

Él dijo en voz baja, - Entonces hablamos hasta aquí.

Stefano metió el móvil en su bolsillo y volvió la cabeza, cuando vio a Doria Aparicio, se paró su vista.

Claudia vio esta escena, y levantó las cejas. Al fin logró el efecto que quería.

Doria sonrió a él y se disculpó, -Lo siento, te he hecho esperar.

De escuchar sus palabras, pareció que volvió su mente, -No pasa nada, acabo de llegar.

Claudia aguantó la risa y dijo, -Entonces vamos, el concierto va a empezar.

Stefano asintió con la cabeza, -Subimos al coche.

En el camino para el concierto, Claudia estaba hablando con Stefano en todo el camino, Doria se bajó la ventana para sentir el aire fresco.

El tiempo de hoy estaba bueno, había sol y poca nube, al comparar con los tiempos fríos de los días antes, ya estaba cálido un poco.

Vio que Doria estaba mirando a otros lugares, Claudia se acercó adelante, y dijo en voz baja, -Stefano, ¿puedo hacerte una pregunta?

Dijo Stefano, -Bien, pregunta lo que quieras.

Claudia dijo, -¿Has estado enamorado en los últimos años?

Quizás Stefano no pensaba que ella preguntó sobre esto, se quedó suspenso y respondió, -No.

-¿Por qué?

Stefano miró a la chica que estaba apoyando en la ventana a través del retrovisor, y sonrió, -Quizás no he encontrado una chica apropiada para mí.

Claudia preguntó a propósito, -¿No has encontrado una chica apropiada? ¿O ya te gusta alguna?

Esta vez, Stefano no la respondió, y tampoco sabía cómo responderla.

En realidad, a él le gustaba Doria desde la universidad, pero en aquel tiempo todo el mundo dijo que ella y Abraham Valerio debían ser pareja perfecta. Y él también lo creía y que ellos fueran a casarse.

Por eso él nunca había pensado en perseguirla, pero no sabía que al fin vino la noticia de que Abraham y Aitana hicieron compromiso.

Pero en aquel tiempo, tampoco había noticia de Doria.

Y él participó la fiesta de compañeros por un motivo personal, que era para verla.

Vio que él no respondió, Claudia sabía que ella adivinó correctamente, y dijo alentado, -Si te gusta alguien, aprovecha la oportunidad y da un paso adelante valientemente.

Stefano dudó un poco antes de decir, -Pero no sé qué piensa ella de mí.

Él temía que, si se lo dijera, ni siquiera pudieran ser amigos.

Claudia dijo, -De toda forma ella ahora no tiene novio, busca una oportunidad y decírselo.

Stefano no la respondió.

Él volvió la cabeza y miró a Claudia con un poco de sorpresa.

Quizás no pensaba que ella adivinó su pensamiento.

Claudia levantó la barbilla hacia él, miró secretamente a Doria, y dijo con la voz que sólo podían escuchar ellos dos, -No te preocupes, voy a ayudarte.

Stefano pensó un rato y dijo, -Bien.

Había un pequeño atasco de tráfico en el camino, cuando ellos llegaron fuera del salón de concierto, ya estaba oscurecido.

Claudia vio que vinieron muchas audiencias, y exclamó con sorpresa, -Stefano, ¿tu amigo es famoso?

Stefano dijo sonriendo, -Sí, ha ganado unos premios musicales internacionales.

Cuando Stefano se fue a parquear el coche, Claudia tocó Doria con su codo, -Oye, ¿has escuchado lo que he hablado con Stefano en el coche?

Doria no sabía de que estaba hablando, -¿Eh? ¿Qué dijiste?

Cuando había estado en el coche, ella había estado aturdida, y de verdad no había escuchado lo que habían hablado.

Claudia sonrió misteriosamente, -Nada.

En pronto, Stefano parqueó su coche y vino a ellas, -Vamos a entrar.

Después de entrar al salón de espectáculo, Claudia caminaba detrás de ellos, dejando que Doria y Stefano caminaran juntos, así que más tarde ellos iban a sentarse juntos también.

Los asientos que ofrecieron por su amigo Daniel eran muy buenos, que estaban en las primeras filas, y ellos podían ver claramente el escenario.

Ya llegaron un poco tarde, acababan de sentarse, y empezó el concierto.

Cuando Claudia estaba contenta porque su plan logró éxito, Doria dijo en voz baja a ella, -Mira al escenario.

-¿Qué?...¡Qué!

Claudia miró subconscientemente por sus palabras, pero vio que el que apareció en el escenario era Daniel.

Ella miró atónita a él, -¿Por qué es él?

Stefano escuchó sus palabras, y preguntó en voz baja, -¿Lo conocéis?

Doria se sentó entre ellos, respondió, -Él vive al lado de nosotras, acaba de mudarse.

Hizo una pausa y preguntó, -Dijiste que tienes un amigo que vive en el mismo barrio de nosotras, ¿te refieres a él?

Stefano asintió con la cabeza, -Qué coincidencia es, él vive al lado de vosotras.

Y al lado de ellos, Claudia ya se quedó pasmada, creía que la historia romántica de una chica pobre y un músico joven genial ya empezó.

Mientras sonó la música, se tranquilizó el salón.

Claudia miró al escenario atentamente, y casi no parpadeó.

Pasó media hora, ella sentía que alguien tocó su hombro, movió su hombro, y no lo hizo caso.

Pero esta persona no dejó de molestarla, y la tocó otra vez.

Claudia estaba molesta por esta persona, volvió la cabeza y quería reprochar su acción fastidiosa, pero vio una cara sin expresión.

Claudia no dijo nada.

El dedo de Édgar Santángel la señaló y movió hacia arriba, y su cabeza se inclinó un poco.

Claudia sabía que esto significaba que quería cambiar asiento con ella.

Ella dudaba y no se movió.

No era fácil de reunir a ellos dos para ver el concierto, y estaban sentándose juntos, lo que era el momento justo para aumentar el afecto romántico.

Si él lo rompiera, sería…

Édgar apretó los labios, y la miró con aviso.

De repente, Claudia se sentía miedo por su mirada, se levantó y le cedió el asiento.

Nada, pudiera reunirlos muchas veces, pero en esta vez era mejor mantener la vida primero.

Doria estaba mirando al escenario abismadamente,sin notar lo que pasó al lado de ella.

Ella sentía que su mano fue tomada por alguien.

Doria se quedó aturdida, aunque Claudia a veces también había tomado su mano o había abrazado su brazo, pero esta vez…era muy apegado.

No parecía como lo que ella había solido hacer.

En el momento de que Doria sentía que era raro, los dedos de esa mano ya atravesaron a sus dedos, y agarraron su palma.

Doria volvió la cabeza, descubrió que ya se cambió la persona que se sentaba al lado de ella .

Ella se sorprendió y se quedó sin palabras.

El hombre miró a ella, y enarcó las cejas.

Parecía una provocación.

Ella aguantaba la ira, trató de retirar su mano, no pudo hacerlo aunque este gilipollas no usaba mucha fuerza.

Quizás su movimiento era grande, Stefano la miró, -Doria, ¿qué pasa?

Doria movió su cuerpo en seguida, ocultó la mano que estaba tomado por Édgar, sonrió un poco, -No pasa nada, sólo estoy incómoda. Podemos seguir contemplar.

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