Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 206

Cuando Doria fue por el agua, Claudia la siguió. Le preguntó murmurando, —Doria, ¿qué es ese hombre al lado de Édgar?

Preparando el café, Doria le dijo, —Es su cooperador en negocio.

Claudia se quedó confusa.

—¿Por qué Édgar lo trae aquí?.

Al oír sus palabras, se dio cuenta Doria de que William era el cooperador de Édgar y no tenía nada que ver con ella.

Pero cuando ayer William planteó visitar su tienda, ella no se sintió nada sorprendida y vacilante. Incluso no lo rechazó. Todo era tan natural que no le parecía nada raro.

Doria intentó dar a su visita una razón. Dijo, —Aunque... es así, nos hemos visto una vez y tuvimos una buena conversación. Por eso...

—¿Por qué lo conoces? Por Édgar, ¿verdad? —añadió Claudia.

Doria se quedó sin palabras.

Claudia rió.

—Hala. Es un chiste. Vamos. Te están esperando.

Ahora Doria se sentía vergonzosa.

—Claudia, vamos juntas.

—No no no. Déjame en paz. Siempre que veo al gili... el señor Édgar, siento que tengo otra identidad y otro nombre. Me hace loca —diciendo esto, Claudia se fue con una excusa.

Mirando que se fue Claudia, Doria no tuvo otro remedio.

Cuando les sirvió el café, William le preguntó, —¿Le molestamos?

Doria negó agitando la cabeza.

—No. Hoy no hay muchos clientes. También puedo descansar. Señor William, voy a... —sin terminar sus palabras, fue cogió de la muñeca. Al instante, se cayó en el sofá.

Édgar le dijo en un tono indiferente, —Siéntate si quieres descansar. ¿A dónde vas?

Quería irse porque vino Édgar.

Pero de todos modos, había otros invitados. No estaba bien irse. Tras un poco de silencio, Doria se sentó un poco lejos de Édgar.

Édgar la miró descontento. Puso su brazo detrás de ella mostrando la relación entre los dos.

William se sentaba al frente de los dos. Viendo la escena, rió en silencio.

Doria no le hizo caso a Édgar. Inició la conversación con William, —Usted ha regresado a Ciudad Sur por un período. ¿Cómo está?

—No he vivido aquí por muchos años. Sí no me acostumbro bien. Pero ya ha mejorado mucho —respondió William.

Tras una corta conversación, a Doria le picaba la espalda y le dolía un poco el pelo.

De repente se dio una vuelta.

Édgar no pensaba que ella actuaría así. Tenía la mano en el aire con unos pelos.

Viendo sus pelos rotos, Doria sintió que le dolía mucho el cuero cabelludo. Respiró profundamente y le dijo, —¿Está tan libre estos días? Señor Édgar.

Édgar retiró la mano y ajustó su postura sentada. Le respondió, — No.

—Pues señor...

—Estoy días tengo una cooperación con el señor William. Lo acompaño por todo el día.

Doria se quedó sin palabra.

¡Qué caradura!

***

En la calle, después de ser arrojada esa mujer, intentó varias veces de acercarse a la tienda. Pero cada vez en medio camino, aparecieron unos hombres en traje negro que la impidieron. También había algunos a la puerta de la tienda.

Escupió en la hierba y se fue frotándose la cintura.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO