Por otra parte, Jairo Andino se enfadó cuando regresó a su despacho. Los directivos lo esperaban fuera, y ninguno de ellos se atrevió a entrar, pues no querían ser regañados por él.
Gonzalo Cotilla abrió la puerta cuando un objeto pasó volando hacia él.
Jairo le insultó,
—¡Qué mierda de idea la tuya! Esto no es encontrar un chivo expiatorio ¡es claramente rebuscar en el pasado! ¡nunca antes me habían insultado tanto!
Gonzalo cerró la puerta,
—Señor Jairo, usted también ha dicho que los tiempos son diferentes. Cuando el Presidente Rivera administraba el Grupo Collazo, usted era su mano derecha, pero también está claro la relación entre el Presidente Rivera y la señorita Doria Aparicio. Los jóvenes siempre son impulsivos y no consideran la consecuencia, así que por qué deberías molestarte con ella.
Después de la descarga de furia, Jairo se sentó en su silla y profirió un gruñido,
—Sin el apoyo de Édgar Santángel, ¡no se atrevería a hablarme así!
—Al fin y al cabo, somos nosotros los que se lo pedimos, y si lo piensa desde otra perspectiva, cuanta más responsabilidad asuma ahora, más tendrá que soportar. Y, cuando el Grupo Collazo no pueda aguantar y se arruine, tú podrás marcharte con toda libertad, pero ella no.
—No me hables de esto, estoy cansado de verla, así que no vendré más a la empresa, ya no me importa lo que pase más adelante.
Gonzalo rió,
—Los nuevos jefes siempre quieren establecer el prestigio. Creo que Doria lo hizo porque tiene miedo, así que solo necesitamos hacer nuestro trabajo.
Jairo frunció el ceño,
—¿Cómo lo hacemos? Ahora ha colocado a su gente. Debido a la razón por la cual dejaron el Grupo Collazo, ¿aún esperas que estén de nuestro lado?
El plan original de Jairo era conseguir que Doria volviera a hacerse cargo del Grupo Collazo para que el banco les diera el préstamo. Él esperaba que los proyectos fueran manejados por su gente, pero no esperaba que fuese a pasar todo lo contrario.
Gonzalo añadió,
—A mi entender, esto nos beneficiará sin falta.
—¿Qué quieres decir?
—Todo el mundo sabe la razón por la que esos ejecutivos abandonaron el Grupo Collazo. Y ahora la señorita Doria los trajo de vuelta, diciendo que quiere darles una nueva oportunidad, lo cual está bien, no hay ningún problema. Pero si en los próximos proyectos en los que se encarguen, surge algún problema, ¿quiénes serían los responsables bajo la vista del público?
Jairo comprendió al instante lo que quería decir,
—¿Quieres decir que podemos echarles la culpa?
Gonzalo asintió con la cabeza,
—De todos modos, tienen antecedentes, si aparecen los mismos errores, todos les echarán la culpa sin vacilar, y así, también reprenderán a la Señorita Doria por la mala capacidad de contratar empleados capaces. Pase lo que pase con el Grupo Collazo, a los ojos de la empresa e incluso en de toda la Ciudad Sur, creerán que es usted el directivo más capaz.
—Estoy de acuerdo. Dicen que la condición de remuneración de Grupo Santángel es maravilloso, y el Señor Édgar es muy eficiente. Cuando el Presidente Rivera estuvo a cargo, también funcionó bien el Grupo Collazo, pero debido a lo que pasó en estos días, creo que es mejor que se fusionara con el Grupo Santángel.
—Es muy probable. Dado que la señorita Doria y el señor Édgar son novios, ¿para qué cuentan con dos empresas? Será mejor gestionarlas juntos.”
Al mismo tiempo, también aparecieron muchos opositores.
—Si realmente te gusta tanto la compañía del señor Édgar, deberías ir para allá y dejar de estar soñando despierto.
—Si el señor Édgar realmente quisiera ayudar al Grupo Collazo, lo habría financiado hace tiempo, por qué esperar hasta ahora.
—Tal y como lo veo, Doria no quiere realmente ayudar al Grupo Collazo a salir de este difícil momento, solo quiere vanagloriarse, es imposible que alguien sin experiencia pueda brillar y convertiste en algo prometedor, solo nos está engañando.
—Sí, solo hace lo que quiere porque tiene al señor Édgar como respaldo. Primero vendrá como nuestra salvadora, y cuando menos nos lo esperemos, nos abandonará.
—De todas formas me da igual, hagan lo que quieran, solo quiero esperar a que me paguen lo que me deben y luego me iré. Esta mierda ya me ha jodido bastante, no quiero quedarme ni un minuto más.
—También creo que podría haberse mantenido alejada de esta tormenta en su casa, y ser feliz como esposa del presidente del Grupo Santángel, en lugar de tener que venir a causar todo este problema.
En el momento en que la multitud se peleaba en el foro, los teléfonos móviles de todos recibieron al mismo tiempo un mensaje de texto que confirmaba el pago de sus salarios atrasados.
Además del sueldo recibido, cada uno recibió mil más.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...