Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 40

Tomé un taxi como de costumbre, pero antes eché un vistazo de reojo hacia el auto que estaba ahí, no se podía ver nada por lo que sus vidrios eran polarizados, pero nunca había visto a Mate ni a Nivk tener un coche como este.

—Por favor lléveme a la empresa Chance—le ordené al conductor mientras mi vista seguía puesta sobre el coche, pero bueno supongo que debe de ser alguien que también vive cerca.

El taxi había arrancado y ya llevábamos quizás unos diez minutos de camino, revisé el interior de mi bolso cerciorándome que no se me quedaba nada, el desvelo era un factor clave para que yo no estuviera bien en el resto del día por lo que hoy sería todo un reto el estar en pie.

Giré mi cuello haciendo atrás y para sorpresa el coche que había visto fuera del edificio también venía detrás. Eso si lo miré aún más sospechoso.

—Por favor acelere el paso—toqué el hombro del conductor mientras seguía con mi cuello girado hacia atrás—lo que pasa es que voy un poco retrasada y mi jefe estará muy enojado.

De inmediato el chofer aceleró aún más, giró por acá y por allá. Inspeccioné que el auto no viniera detrás y al parecer lo habíamos perdido. Llevé una mano a mi pecho y respiré profundo, lo que faltaba era que alguien estuviera al asedio.

Llegué a la empresa, acá ya me sentía más segura porque sé que estando Nicky no pasaría nada, en el fondo sabía que él me cuidaría a pesar de todo.

—Tome y quédese con el cambio—pagué al taxista para luego adentrarme a la empresa. Habían muchas incógnitas, pero parece que estos dos hombre se habían puesto de acuerdo en no decirme nada de lo que estaba ocurriendo.

—Hola, Alis—Vanessa parece que había venido antes que yo y ya estaba trabajando—¿Cómo estás? Veo que tienes una cara de desvelo o ¿son ideas mías?

—Hola, Vanessa, así es, lo qué pasa que también he estado atendiendo mi vida universitaria y como ya estoy por salir, estoy preparándome para defender mi proyecto, tú sabes, esas cosas llevan tiempo y las cosas de la empresa también me chocan de manera que me tengo que dividir en todo.

—Debe de ser, pero lo bueno es que ya casi terminas—siguió escribiendo en la computadora—por cierto, Nicky ya vino, hace una media hora lo vi entrar, parece que algo le pasó porque hasta me saludó con energías.

Me había gustado escuchar eso, no sé por qué pero me sentía contenta que él ya estaba acá a como lo hacía antes, pero tenía que demostrar que eso no me daba ninguna emoción, de lo contrario levantaría sospechas con Kyle.

—Entiendo—asentí sin expresiones—bien por el—giré sobre mis talones rumbo a mi oficina, pero dentro de mi pecho había una gran emoción.

Pasé frente a la oficina de Nicky, obviamente las puertas estaban cerradas, pero me debatí en entrar o no. Tenía mucha tentación, no lo nieguo, pero también tenía que saber controlarme así que decidí pasar de viaje a mi oficina.

A como todos los días hacía, ordenaba un poco el desorden del día anterior, preparaba un café para reanimarme y preparaba los documentos por orden alfabético porque a mi señor jefe le gustaba que las cosas estuvieran muy ordenadas.

El tiempo transcurría, yo estaba sentada en mi silla giratoria y sin nada que hacer, me extrañaba que Nicky aún no me había dado órdenes de nada y tampoco Kyle había venido.

Alguien tocó a la puerta.

—Pasa, Kyle—para mi sorpresa cuando esa puerta se fue abriendo miré un reloj elegante, mi vista se fue recorriendo sobre el brazo de ese hombre elegante. Era Nicky.—disculpa, pero es que como siempre Kyle viene acá pensé que era ella.

—No te preocupes—se sentó frente a mi—¿hay algún problema que haya venido sin permiso?—sonreía muy frescamente.

—¿Por qué debería de haber algún problema? Esta es tu empresa y puedes hacer lo que quieras ¿no es así?—ambos nos mirábamos fijamente, esta vez no le bajé mi vista aunque me sentía vulnerable cuando él me miraba de esa forma.

—Bueno, aun así este es tu espacio privado y yo también tengo que acatar las leyes que hay en esta empresa, pero bueno, mi intención no es que hablemos estas cosas sino por lo qué ocurrió ayer.

NICKY

Si realmente esta mujer se arriesgó de esa manera es porque en verdad hay un sentimiento muy fuerte que la impulsó incluso a meterse en un asunto de mucho peligro, pero tampoco me gusta que ande haciendo eso.

—Ambos sabemos que viste y escuchaste cosas que no debiste, fue valiente de tu parte, pero no me gustaría que algo te pasara jamás, prefiero que me pasen a mi. Te quiero agradecer en general por lo qué has venido haciendo por mi, no creas que no me doy cuenta, también te pido disculpas por la vez de ese baño... me comporté como un idiota, dijiste cosas que me llegaron al corazón, pero como siempre yo huyo de las situaciones.

—No es nada—como siempre ella trataba de ser cortes—solo hago lo que una persona normal haría en mi lugar.

Una vez más mis deseos de poder tener a Alis me invadían, era frustrante el reservarme las cosas que sentía por ella solo por Mate. Lo respetaba a pesar que el fuera un imbecil.

—Muchas gracias, eso era lo que tenía que decirte—me levanté del asiento, caminé unos cuando pasos a la salida, pero me detuve en seco debajo del marco de la puerta. Vamos, Nicky reacciona, no dejes que otra vez tu orgullo te domine.

—¿Pasa algo?—observó mi comportamiento al pararme debajo de la puerta.—¿tienes algo más que decirme?

¿Lo hago o no lo hago? Al carajo con las cosas formales.

—En realidad hay algo más que quiero decirte, Alis—regresé, pero esta vez me acerqué a su asiento—ven—tomé su mano para colocarla frente a mi—no sé si esto sea bueno o no, tampoco sé qué vas a pensar después de esto pero...—la tomé de la cintura pegándola a mi cuerpo, estábamos frente a frente, ambos nos sentíamos nuestros alientos chocando en nuestros rostros—¿quieres que siga?—le pregunté en susurros.

—Has lo que quieras, Nicky—pude ver que mordió su labio inferior y cerró sus ojos esperando que yo diera ese otro paso.

Besé su cuello, en realidad pasé mi lengua desde su clavícula hasta su oreja, incluso introduciendo mi lengua en su oído haciendo movimientos en círculos, en ese instante pude ver que la piel de ella se puso eriza.

—Esto es una tortura, Nicky—se retorcía sintiendo una especie de placer cuando hacía eso—lo necesitaba...—lo escuché muy claro.

Enseguida sentí que mi pene crecía más y más, lo tomé por encima de mi pantalón y lo coloqué en medio de sus piernas, esta vez quería que ella lo sintiera. Que sintiera que solo ella producía eso en mi.

—No sabes cuánta falta me haces, Alis, desde que me levanto hasta que me duermo, no hay nada más que piense que no sea en Alicia Matten, no sé como viniste a mi vida, pero de lo que estoy seguro es que no quiero que te vayas con alguien más—mis labios conectaron con los de ella, sentí que fueron correspondidos que al igual que ella cerré mis ojos.

—¿Por qué huimos ante nuestra felicidad?—preguntó un poco nostálgica—¿no crees que esto es injusto?—deslizó sus manos sobre mi espalda llegando a mis glúteos y los apretó muy fuerte, sentí que hacía referencia que todo eso era de ella.

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