NICKY
—Por favor, puedes elegir el lugar que quieras para comer—dijo seguro, saliendo del edifico, no quería que ella se sintiera incómoda solo por llevarla a lugares caros o lujosos—yo voy tranquilo donde sea que tu vayas—asentí para hacerla sentir cómoda.
—¿Estás seguro?—frunció el ceño aún no creyendo en mi palabra.
—Si. Si te lo estoy diciendo es porque si y ya, Alis,—nos adentramos a mi coche—Ah. Por cierto, sé que todos estos hombres que ves acá te deben de poner nerviosa o incómoda, sé que no estás acostumbrada a ver esto, pero es por tu seguridad.
—Lo sé y créeme que aún no me hago la idea de tener gente así cerca de mi—se abrochó el cinturón—pero tenemos que hablar algo muy serio—me dijo fulminandome con su mirada, en el fondo sabía a qué se refería, pero no quería nada de mentiras entre nosotros, de esa forma terminaría lo poco que he ganado con ella.
—Esta bien, pero hablamos más tarde, no quiero que estés pensando en otras cosas—sonreí para salir del tema incómodo, arranqué el coche y salimos.
—Nicky—preguntó con su mirada al frente—¿por qué eres muy serio en algunos momentos después que quizá hemos pasado algo bonito? He notado que siempre haces eso—ella era bien analítica, más de lo que imaginaba—¿acaso no te gusta verte vulnerable en ese momento?
—Solo soy un hombre muy reservado, Alis, en la vida me han pasado tantas cosas que mejor soy precavido con ciertas cosas que pueden crecer, yo me conozco muy bien y sé que si le doy mucha importancia a eso me veré en una situación peor de la que he estado—giré a la izquierda, en realidad yo no me quería entregar en su totalidad a Alis aún sabiendo que ella siente cosas por mi, pero es que ella está con Mate y hasta ese entonces no puedo hacer nada por más que quiera.
—Ok, si tú lo dices...—encogió sus hombros
—Por cierto ¿Dónde es que iremos a comer?—llevaban rato girando por acá y por allá esperando a que ella tomara una decisión—si quieres vamos ahí—señalé y se miraba un lugar de esos clase media, nunca en mi vida había comido en esos lugares, pero quizá no tenía nada de malo.
—No, ahí no—negó con su cabeza rápidamente—te guiaré al lugar que iremos—pisó los labios en una sola línea como tratando de idear algo.
—Está bien, yo solo sigo tus órdenes—qué raro me había sentido al decir eso.
Conducí por al menos veinte minutos, en ese transcurso iba hablando con Alis de todos un poco, nos estábamos conociendo cada vez más y a medida que ella se expresaba yo solo tenía los ojos puestos en su rostro, en esos labios y en ese cuerpo por supuesto, tenía tantas ganas de hacerla mía que si fuera posible en el micro coche lo hubiera hecho. Todo este tiempo me he contenido de no hacer cosas imprudentes con ella, pero este deseo me estaba matando, ya no tenía dominio sobre el. Desde que me levanto hasta que me duermo me sigue, incluso puedo confesar que me masturbé, lo sé, suena un poco pervertido, pero es que no puedo estar con ninguna mujer si no es con ella. Aunque no sea mi novia, decidí pertenecerle a ella, solo ella tenía el derecho de poner sus manos en mi cuerpo y la verdad no me importaba si al final se quedara conmigo, para mi ella siempre será la mujer de mi vida.
—Listo, es acá—me hizo salir de mi estado de trance y volví a ver hacia el lugar donde decía Alis.
—¿Esto no se supone que es un mercado común?—habían gente caminando de arriba hacia abajo con bolsas, este lugar era de esos que hay de todo en su interior, creo que hasta la piratería existe—¿esta segura que quieres comer acá?—insistí para hacerla entrar en razón, no sé por qué, pero yo sí me sentía incómodo acá, el lugar no combinaba con mi ropa y ni con mi clase.
—Así es, pero yo quiero comer acá—se acercó de manera acechante—¿hay algún problema?—noté su sarcasmo, creo que ella me conocía lo suficiente como para no saber que yo no frecuento estos lugares, pero si la señorita quería eso, pues eso le íbamos a dar.
—No hay problema—nos adentramos al lugar. Habían mesas de dos personas frente a los locales, era gente muy común, vi pasar a unos tipos cargando cosas y ofertándolas, algunos animales colgados en ganchos, y muchas personas dentro. No sé en qué momento me llegue a meter acá, al momento que íbamos caminando, la mayoría de las personas nos quedaban viendo, cómo si al tal no encajáramos en este lugar.
—Este lugar se ve bien—se detuvo, tomó una silla y extendió su mano ofreciéndome la otra—vamos, Nicky, no seas tímido, solo es un lugar común y corriente, el hecho que no veas los cubiertos lujosos y esas decoraciones no quiere decir que la comida sea pésima, al contrario, verás qué bien se come acá.
—Esta bien—me senté, pero antes pasé mi mano encima del asiento para cerciorarme si había polvo o no—¿frecuentas este lugar?—quise saber, porque si no ha sido por ella yo jamás hubiera conocido un lugar como este.
—No vengo muy seguido, pero de vez en cuando lo hago—observaba a su alrededor, para ella parecía tan normal—la comida de acá es diferente a la que te venden en los centros comerciales o en los restaurantes, acá siento que la comida me hace recordar la granja, los míos...
—Hablando de eso. ¿Cuándo iremos de nuevo?—eso si me interesaba mucho, no puedo negar lo bien que me sentí esos días—me gustaría llevarle algunas cosas a tus padres y a tu abuelo que me cayó tan bien.
—En su momento, Nicky, en su momento... mira—señaló a una muchacha que venía con su delantal.
—¿Qué desean ordenar?—traía un bolígrafo y un talonario.
Ni siquiera había un menú acá, solo había una pizarra acrílica situada encima de la pared del lugar, eché un vistazo y no conocía nada de lo que se estaba ofreciendo.
—Yo comeré lo mismo que tu—me adelanté, creo que sería una buena idea.
—Bueno, de ser así tráigame el número tres—asintió viéndome.
—¿De tomar qué prefiere?—preguntó la muchacha y con respecto a las bebidas si podía conocer más o menos las cosas que estaban ahí.
—Yo quiero un batido de leche y granola—puse mis labios en una sola línea.
—Yo quiero este—señaló Alis—¿pero qué lleva?
—Bueno, ese batido lleva zanahoria, jugo de naranja, jengibre.—le explicaba con amabilidad.
—¿No podría añadirle pepino?—sugirió Alis.
—Perfectamente—asintió la muchacha.
—Bien, entonces por favor añádale eso—poco tiempo la muchacha se retiró.
—¿Dime?—ella estaba con su celular.
—Necesito un pequeño favor, yo sé que jamás te he pedido esto y también me da pena pero la muchacha de caja me dijo que no tiene para mi tarjeta de crédito, ellos solo aceptan efectivo. Te quería preguntar si tú andabas dinero—qué pena que sentí en ese momento—si quieres cuando salgamos de acá yo te los regreso.
—Lo siento mucho, Nicky, pero no ando, creo que te tendrás que quedar lavando platos por toda la tarde—reía aprovechándose de la situación—son bromas, claro que ando, además eso no es como para tener pena, tú también has hecho mucho por mi. Ten—me dio un billete de cien dólares, sin tenía pena que ella lo hubiera hecho. Me dirigí a la caja y pagué, pero al girarme ella tenía su celular, yo era bien analítico y sabía que ella estaba haciendo algo con ese celular.
—Oye, ¿estabas tomándome una foto?—intenté acercarme a su celular pero de inmediato lo bloqueó.
—Claro que no, ¿crees que todo el tiempo eres el centro de atracción? Pues no, solo estaba revisando unas cosas y ya—empezó a reír y eso era un indicativo de que me estaba mintiendo.
—Está bien, como quieras, espero no haya salido tan mal—nos fuimos del lugar, habían unas bancas debajo de árboles, estaba fresco y en completo silencio.
—Nicky—Ella estaba a mi lado, como una pareja de tórtolos—quizás te preguntaras ¿por qué te traje acá? ¿no es así?
—En realidad desde que entramos a ese lugar me hice la misma pregunta—rodeé mi brazo en su hombro atrayéndola a mi costado—pero dime, ¿por qué fue?
—Te quería enseñar la realidad que tu no vives, las necesidades de las personas y como ellos luchan por ganarse el centavo día a día con el sudor de su frente, esta es la vida que tu desconoces, pero también quería probar si tú, Estarías cómodo en un lugar como este, sin lujos, sin cosas extravagantes y la verdad no me decepcionaste, pasaste una de las pruebas—asintió levantando su pulgar en forma de aprobación.
—Pues qué bueno ¿no? Pero una cosa te dejaré en claro y es que no me importa el lugar con tal que yo esté contigo me basta—pero qué cosas estabas hablando, Nicky... todo un Romeo.
—Lo bueno es que has aprendido poco a poco, pero ¿qué pasaría si un día te quedas sin ningún centavo? ¿serías feliz?—no entendía a qué venían estas preguntas extrañas de Alis.
—De algo estoy más que seguro, Alis, y es que en primer lugar no me quedaré sin un centavo y lo otro es que si llegara a pasar eso, no sé, nunca lo había pensado hasta ahora que lo preguntas, pero aún no tengo esa respuesta, quizás necesito tiempo para procesarla—miramos unas palomas que estaban frente a nosotros, estaban comiendo juntas.
—Miralas a ellas, son felices y no tienen necesidad de tener dinero y esas cosas, aprendamos de los animales, Nicky—eso me dolió—pero ahora viene la pregunta que te quería hacer desde hace mucho tiempo, bueno, después que han sucedido unas cuantas cosas.
ALICIA
Quería ver si el me era muy sincero, si lo hacía definitivamente ganaría mucho, pero también tenía miedo de preguntarle, a veces tenemos curiosidad de algo que cuando ya tenemos las respuestas deseamos no haberla sabido nunca, pero era necesario, llevaba esto conmigo y solo el me lo diría, porque ya miré que Mate no tuvo el valor de decírmelo a la cara.
—Nicky—lo miré a los ojos, no creo que sería capaz de mentirme viéndome—quiero saber ¿de donde ha salido todo ese dinero que tienes y quiénes son esos tipos que se ven peligrosos? ¿Quién es en realidad Nicky Chance? ¿Quién eres tu?—sus ojos vibraban un poco, pero ya no aguantaba más—¿eres solamente un empresario?—Siento algo en mi pecho que me oprime.
—No—me miró a los ojos sin parpadear—te diré la verdad, pero espero que después de esto no reacciones muy sorprendida, si querías la verdad de mi te la dire y ya es decisión tuya si te quedarás acá o te alejarás de mi, eres libre de hacer lo que quieras—tomó mis manos y las apretó con fuerza—mi poder y mi riqueza no solo han sido de negocios y de las empresas Chance, Alis—respiró profundo para luego soltar era aire comprimido—Yo soy...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi primera vez (COMPLETA)