—No sé qué cosas tendrás en tu cabeza y conociéndote como eres lo más probable es que debes de estar pensando lo peor de mi—su semblante era muy serio, parecía que estaba decidido a hacer su última jugada, en realidad aunque me dijera las cosas como tal mi decisión no la podría cambiar, ya empecé una relación con Mate y mis promesas jamás las rompo, así que lo que me dijera Nicky no cambiaría en lo absoluto.—pero la de verdad de todo es que…
Mi celular empezó a vibrar, era una llamada de mamá, era extraño que ella me estuviera llamando y mas a estas horas.
—Espera un momento—me alejé un poco para que no escuchara la conversación.
—¿Alis?—la voz de mamá estaba sollozando—necesito que vengas a casa por favor.
—¿Qué pasa mamá?—desde que escuché su tono de voz me puse en modo alarma—te escucho mal.
—Es tu padre…
—¿Qué hay con el?—me llevé una mano a mi pecho, presentía algo malo, empecé a respirar agitadamente espero, no fuera una noticia grave.
—Tuvo un accidente con Fugaz, cayó, se golpeó la cabeza y se lo llevaron al hospital, peor favor ven, en estos momentos necesitamos que estés acá.
—No te preocupes enseguida voy, pero quiero que por favor no te desesperes ¿ok? Ya verás que las cosas saldrán bien.
—Está bien, por favor no tardes.
Colgó.
—¿Paso algo, Alis?—Nicky se acercó a mi, me sentía mal con la noticia que me había dado mamá—veo que después de esa llamada te pusiste diferente, por favor cuéntame, quizás puedo ayudarte en algo.
—Es papá—lo miré a los ojos para luego bajar mi mirada—el tuvo un accidente con Fugarz y lo llevaron al hospital de emergencia, tengo que irme de inmediato, no te enojarás porque me vaya ¿o si?
—¿Cómo me voy a enojar por eso?—frunció el ceño—no sé qué concepto tienes de mi, pero no soy un ogro, vamos yo te llevo en mi coche—me tomó de la mano, pero yo me quedé estática—¿Qué pasa?—intentó nuevamente, más sin embargo me volví a quedar en el mismo punto viéndolo.—Alis, esto no es nada gracioso, tu padre está mal y tenemos que irnos.
—No puedes venir conmigo—negué con la cabeza, aunque quisiera que el me acompañara no sé me olvidaba que tenía una nueva relación y debía de respetar eso—esta vez otra persona vendrá conmigo—de inmediato él se quedó en silencio, parece que él había agarrado la indirecta.
—Oh, entiendo, le dirás a tu novio que te lleve, era de esperarse—encogió sus hombros y me soltó—esta bien, puedes tomar los días que sean necesarios, yo entiendo perfectamente tu situación y de igual forma se te pagarán esos días que no estés acá—asintió con una mirada de pesar, sabía que él quería ir, pero las cosas ya no tendrían que ser como antes, quizás de esa forma me sacaría de una buena vez por todas a este hombre que de un solo me genera una ola de inseguridades—espero que te vaya bien y que tu papá se recupere pronto.
—Gracias—respondí muy cortante para luego irme.
Busque entre mis contactos a Mate, el se había ganado mi confianza todo este tiempo y a parte de eso él siempre me apoyaba en todo momento, justo eso era lo que necesitaba, alguien que me hiciera sentir acompañada y él era el tipo perfecto. Aunque no creo que mi familia empiece a cuestionarlo, no en estas condiciones.
—Mate, por favor quiero que pases por mi, ahora que estemos juntos te cuento acerca de algo ¿ok?
—Está bien, llego en un momento, pero, ¿por qué te siento triste, cariño? ¿pasó algo? No me gusta escucharte así, mi corazón también lo siente.
—Ahora te cuento, por eso te digo que no tardes, es un asunto familiar.
—Ok, ya llego.
Minutos después del auto de Mate se estacionó frente a mi, el bajó los vidrios de la ventana, venía con ropa casual y unos lentes transparentes.
—Por favor sube—rodeé el coche para subirme al asiento del copiloto—¿estás bien?—preguntó preocuoado, me tomó de la mano y la apretó. En ese momento me sentí frágil, las cosas buenas al parecer solo me duraba un momento y luego las malas como siempre eran las que perduraban.
—No estoy nada bien—me recosté en su hombro a llorar como una niña—no entiendo por qué me tiene que pasar estas cosas a mi, Mate, no es justo, yo no soy una mala persona como para que todo lo malo me pase a mi—me restregaba en su camisa.
—Lo entiendo, amor, pero por favor no te sientas así, las cosas malas que llegan a nuestra vida siempre son para darnos una lección, pero dime ¿Qué es lo que te pone tan triste?—me abrazó, me sentía protegida entre sus brazos, era quien me daba esa protección que necesitaba.
—Se trata de mi padre, él está en el hospital y aún no sé cuál será la condición que tiene, tuvo un accidente con un caballo, mamá me llamó hace poco, tengo que ir a mi casa. ¿podrías llevarme? Te necesito mucho—lo abracé con mucha fuerza—por favor no me dejes sola en estos momentos.
—Por supuesto que estaré contigo, siempre lo estaré—arrancó el coche—gracias por tomarme en cuenta, me haces sentir importante para tu vida, pero tampoco quiero que estes triste, al menos hasta que sepamos las cosas a como son ¿vale? No hay que deducir antes. Sé que no es fácil, pero debes de estar calmada, de esa forma tu mamá se sentirá mejor créeme.
—Está bien—sequé con mis manos las lágrimas que tenía en mis mejillas—necesito que pasemos por mi departamento, tendré que hacer maletas.
Mate condujo lo más rápido que pudo, estacionó el coche frente al edifico y me esperó. Entré a mi departamento, busqué la maleta y la coloqué encima de la cama, tomé unas cuantas camisas, short y pantalones, no tenía problema con eso, yo me ponía lo que sea, ni siquiera me dio tiempo de doblar mi ropa para acomodarla, aunque no lo quisiera, mi cabeza solo pensaba en papá y en su salud, pero tampoco tenía que ser negativa.
Salí del edificio y entré al coche de Mate.
—¿Todo esta listo?—tomó mi mano con sutileza, Mate era todo un caballero. Era el hombre que cualquier mujer quisiera tener y al menos yo me sentía afortunada de tenerlo a mi lado.
—Sí, todo está listo—arrancó el coche.
—Tendremos que pasar por mi casa, pero antes le llamaré a Alfred que me tenga lista la maleta—acelero aún más.
Pasamos por la mansión lujosa de Mate, afuera estaba un señor esperando con una maleta, supuse que él era Alfred y se la dio.
—Muchas gracias, Alfred, por favor encárgate de las cosas de la casa, si llaman por las reuniones cancela todas, creo que estaré unos días fuera de la ciudad, tengo asuntos más importantes que atender así que confío en ti—le lanzó unas llaves. Me sentí tan bien cuando él dejó todo por estar conmigo e incluso expresarse de esa forma, no había duda de que él me tenía como su prioridad. Lo que siempre quise para mi, ser una primera opción.
Enseguida nos dirigimos a la carretera principal que nos llevaba a casa, el tiempo iba pasando, la intriga me estaba matando, por lo general yo suelo pensar mucho las cosas aunque no fuera nada grave mi cabeza estaba diseñada para sobre pensarlo todo. Desafortunadamente sí o sí teníamos que dilatar en el camino, mi casa no estaba nada cerca.
Mate sonrió, parece que le daba gracia las cosas que decía mi mamá, mientras tanto yo acá muriendo de vergüenza, que aunque mi papá estuviera allá, ella seguía de imprudente.
—Soy empresario, tengo una empresa, pero me gustaría dedicarme a otras cosas cuando esté más viejo. La vida de un empresario es muy agitada, a veces ni tiempo para mi me da.
—Entiendo, que bueno que mi hija se ha hecho de amistades como usted y la del otro joven que vino hace un tiempo—por favor no lo digas mamá, crucé mis dedos para que no lo dijera—¿Nicky es que se llama Alis?
Momento de estrés total.
—Sí, mamá, así se llama y por favor deja de preguntarle tantas cosas a Mate, ¿no ves que lo pones incómodo?
—Tranquila, Alis, deja que ella pregunte todo lo que quiera, que tenga confianza en mi de decir lo que sea, no soy alguien muy callado que digamos—tomó mi mano y por un momento la quise quitar, pero eso se vería muy mal, pero en seguida también vi que mi mamá observó y solo asintió. Sabía que ella estaba notando todo lo que estaba pasando.
Al fin llegamos al hospital, nos dirigimos a la sala de emergencia, había una muchacha en un escritorio, quizás era la recepcionista, preguntamos por mi padre y ella nos indicó en la sala que estaba.
Los tres nos apresuramos para dar con el pasillo y efectivamente ahí estaba papá, postrado en una cama como inconsciente, lo podíamos ver desde la ventana del pasillo, pero al parecer no teníamos acceso a el.
—¿Ustedes son sus familiares?—un Doctor se nos acercó con una libreta.
—Así es—ambas asentimos.
—¿Cómo se encuentra mi esposo, doctor?—mi mamá tomó los brazos del doctor, estaba preocupada al igual que yo.
—No les voy a ocultar cómo está la situación—nos observó a los tres, Mate estaba un poco más atrás—la condición de él es estable, pero necesitamos sacarlo de ese estado porque de lo contrario puede sufrir un derrame, pero el verdadero reto es que acá no hacemos esas operaciones, hasta un hospital privado que queda algo cerca, pero el costo de la operación es muy grande por lo que no sé si ustedes pueden costearla.
—Dígame, no me importa—dijo mamá—dígame ¿Cuánto es el precio?
—No quiero desanimarla señora, pero esa operación cuesta alrededor de medio millón de dólares.
Justo cuando terminó de decir eso, me sentí mal, no era justo que solo por no tener dinero mi padre pudiera morir, la vida seguía siendo injusta conmigo y ahora con mi madre. Nosotras no teníamos ese dinero ni aunque vendiéramos la granja y quedáramos en la calle. Mamá me abrazó y empezó a llorar en mi hombro al igual que yo. No quería perder a mi padre, me negaba a que ocurriera eso.
—Un momento—habló Mate—Doctor, si esa operación se paga ya, ¿pueden llevarlo de inmediato?
—Así es, acá hay una ambulancia con todo el equipo necesario que se encargará de llevarlo al otro hospital.
—Si es así llevémoslos de inmediato—se dirigió hacia nosotras, no entendía a qué se refería con eso—no se preocupen, yo pagaré esa operación.
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