Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 49

Salimos de prisa del restaurante, mi cabeza estaba más que clara y mi corazón también. Si había una cosa que hacer en mi vida era intentar de arreglar las cosas que estaban pasando entre Mate y yo. Era bastante injusto estar con alguien a quien no amas y seguro que él se está enamorado más de mi.

—Kyle, esta vez conduciré yo—subí al asiento del piloto—abróchate que saldremos rápido.

—Un momento, recuerdas que estoy embarazada ¿ok? Por favor vete con precaución, hay más tiempo que vida—intentó hacerme entrar en razón, pero es que yo estaba tan feliz de las palabras que había escuchado salir de la boca de Nicky.

Tomamos la avenida principal, el tráfico estaba bastante pesado por lo que estábamos acercándonos a la hora pico. Siempre cuando uno está apurado hasta lo más mínimo le estorba, así me sentía yo. Como que todo lo que me rodeaba conspiraba para que no llegara donde Mate.

—¿Qué piensas hacer?—me preguntó Kyle con mucha curiosidad.

—Hablaré con Mate, es lo más sensato que puedo hacer por el—respira... la luz del semáforo se puso en verde.

—Pues qué mal por el, sé miraba qué era muy buena persona—puso los labios en una sola línea—que dichosa fuiste, Alis, desde que llegaste a la empresa todo te ha salido bien, apartando las malas situaciones claro, pero imagíMate que los dos hombres más importantes de New York estén interesados en ti—mordía sus labios inconscientemente—si yo estuviera en tu lugar no sabría qué hacer porque es que los dos están muy buenos.

—Qué barbaridad en lo que te pones pensar, Kyle—negué con la cabeza—tú no te compones.

—Vamos, no seas tímida, Alis, no nos hagamos las santas—me observó con esa mirada picarona, sabía que me preguntaría cosas muy comprometedoras—yo sé que también te dan ganas cuando estás con cualquiera de los dos ¿o no es así?

—Tampoco soy una puta, eh... una cosa es que esté saliendo con Mate y otra cosa es que yo hasta tenga una fantasía sexual de estar con los dos a la vez—giré hacia la izquierda tratando de evitar el tráfico.

—Es que no te estoy diciendo que quieras estar con los dos a la vez, yo solo te comento que estar frente a frente con hombres así... no se, quizás alboroten por allá abajo—elevó sus dos cejas sincronizadas—Alis, sé que eres Virgen, eso fue lo que me comentaste hace mucho tiempo, pero si se diera la oportunidad de estar con cualquiera de los dos. ¿A quien le darías tu virginidad?

Esa pregunta jamás me la había hecho, en realidad no me la hice porque siempre creí que los dos solo querían estar conmigo por Sexo y ya. A como están acostumbrados, tomar una chica por un tiempo y luego deshacerse como un objeto viejo. Pero si eso llegara a pasar no se... siento más cosas por Nicky, pero aún habiendo escuchado decir eso con Amanda tenía un cierto miedo. Mi instinto tampoco me falla.

—No lo sé, quizás hasta sea con otro y no con ellos—intenté desviar el tema, Kyle era muy insistente hasta que le diera respuestas—por cierto, pienso dejarte en tu casa ¿vale? Quería tomar prestado tu coche solo por hoy—puse carita de inocente—luego cuando termine yo te prometo que vengo y te lo dejo tal y cómo está.

—Tranquila—palmeó mi hombro—arregla tus cosas y después hablamos—se recostó más atrás tocando el aparato que hacía alargar el asiento,en el fondo me daba pesar, eso del embarazo debe de ser duro y saber que yo también tengo que pasar por eso. Porque a mi me gustaría llegar a tener dos hijos.

Estacioné el coche frente a la casa de Kyle.

—Nos vemos mañana, amiga—le dije adiós con mi mano para luego salir rumbo a casa de Mate.

Nunca en mi vida me había sentido tan culpable de algo que dejé crecer por mucho tiempo, lo decía por Mate, el se ha portado como todo un caballero conmigo, no me puedo quejar cómo ha sido. Tan amable, tan amoroso, incluso detallista. Tampoco es que soy una mal agradecida que me olvido de todas las cosas que hacen por mi, pero ya no podía seguir con esta farsa, pero lo que más me ponía pensativa era el tener las palabras adecuadas para no romper su buen corazón.

Mensaje de Mate:

?Amor mio, ¿Cómo has estado? Hoy hemos pasado distanciados, espero no te olvides de tu novio :(

Esto no me puede estar pasándome, por favor no pongas más difíciles las cosas.

?Yo bien ¿y tu? Lo qué pasa es que he estado bastante ocupada, pero me gustaría llegar a tu casa, claro si es que quieres que llegue.

?Por supuesto que si, siempre te he dicho que lo mío es lo tuyo, puedes venir cuando quieras. Te extraño mucho ¿sabes? Siento que las horas se me pasan eternas cuando no estas conmigo, incluso releo los mensajes que nos enviamos desde antes.

Dios... en serio que me la pones cada vez más difícil.

?Entiendo :3

?¿Por qué tan cortante?

?No es nada, solo que voy conduciendo y no puedo irme distrayendo mucho.

?Bueno, entonces cuando vengas acá me avisas, amor, te quiero mucho.

?Ok.

Se me hacía mala onda con el, incluso tratarlo así. Quisiera que una persona que de verdad lo ame esté con el.

Bendito Nicky Chance, no sé en qué momento hiciste esto en mi vida, pero eres el mayor culpable de que esté muriendo por ti, de que te esté desando cada vez que te me acercas como un lobo en plena cacería, pero esta vez yo seré quien te de una lección.

Las luces de la entrada compaginaban a la perfección con el entorno de la mansión de Mate, era una luz baja e iluminaba en distintos colores, habían jardines por doquier y él estaba afuera, esperando con muchas ansias supongo.

—Mi amor—me abrazó, yo con costo coloqué mis manos en su hombro—te extrañé demasiado—él andaba un delantal puesto.

—¿Qué haces con eso puesto?—señalé a su delantal con una ceja arqueada.

—Ven acá—tomó mi mano con sutileza para adentrarnos a su lujosa mansión. Dentro de ella había una música romántica que hacía eco por todas las paredes de la casa, luces hermosas, candelabros y sofás de cuero muy finos.

Mate parece que estaba de chef, lo supe por qué vi algunas revistas de cocina encima del comedor. Sentía un olor muy rico que provenía de la cocina.

—Mira lo que estoy haciendo para ti—abrió la tapa de una olla que estaba a fuego lento y de ella salía un vapor con una explosión de olores.

No podía negar que Mate se la jugaba muy bien cocinando. Ojalá así fuera Nicky, pero no. Al señor solo se le antoja dar órdenes y le gusta verme planchar.

—Se ve delicioso—sonreí, no pida ser tan explicita a lo que venía, al menos tenía que dejar que las cosas pasaran esa noche—¿Y Alfred?—quise saber ya que no lo había visto en la entrada ni por la casa.

—Le di unos días de vacaciones, él también tiene derecho de pasar con su familia—tomó un cucharón para remover lo que cocinaba—¿quieres?—abrió la refrigeradora y me lanzó una soda.

—Gracias —una vez al año, no caería mal a mi organismo.

—Qué hermosa qué luces hoy—echó una mirada de pies a cabeza mientras asentía—¿una vueltecita?—tomó mi mano y le seguí el juego.

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