Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 51

Me escondí detrás de la pared al momento en que escuché más voces por el pasillo.

—¿Qué pasó? —cuestionó uno agachándose y tomándole el pulso a sus amigos. —¿Quién más está con Nicky?

—No lo sé, no había nadie más con el —respondió su amigo.

—Vete por ese pasillo y yo me iré con este —le dijo, uno se fue por un lado y el otro por otro. Respiré profundo al momento en que me habían dejado sola. ¿Y ahora que? ¿Hacia donde voy? Me fui a gatas por el piso, pasándole de lado a los dos tipos que maté hace rato. Sabía que me había convertido en una asesina, quizás esas personas tenían familia, no lo sé. Pero ellos son criminales, quien sabe a cuánta gente inocente más han matado. Cuando me asomé por el pasillo que daba a mi escritorio y a la oficina de Nicky, noté que habían dos más frente a la oficina que ahora estaba echa escombros.

¿Qué hago? No podría dispararles porque los que estaban dentro me verían. ¿Qué podía hacer para distraerlos? Yo los conocía, eran uno de los hombres que me tuvieron prisionera en la casa de Antonio. Me puse en pie y hice lo único que podía hacer: mostrarme.

—¡Oigan! —llamé su atención. Los dos tipos me miraron.

—¡Tú! —señaló uno.

—¡El jefe la estaba buscando!

—¡Atrápala!

En cuanto miré que ellos dos se acercaron a mi corrí por el mismo pasillo por el cual había vuelto. Me metí por la puerta secreta que parecía pared y cerré. Por una rendija noté que ellos dos pasaron a mi lado corriendo. En eso salí de mi escondite y corrí por el pasillo que daba donde Nicky. Al llegar a los escombros escuché voces.

—¡Ustedes dos lo hicieron, Nicky! Entre Mate y tu —exclamó Antonio. Me asomé un poco: ahí estaba Antonio apuntando con un arma a Nicky. A Nicky lo tenían dos tipos más. Al parecer solo esos tres quedaban.

—¡Ya te dije que no tengo ni puta idea de lo que me estás diciendo! —le escupió Nicky— Yo mismo me aseguré de que estuviera completa, yo mismo la pesé y la conté.

—¿Y entonces que? ¿Uno de tus hombres te robó?

—No lo sé. El único que la revisó después fue...

—¿Quién?

—Mate.

Antonio rió.

No podía ser, ¿hasta eso hizo Mate? Al parecer yo lo había tenido en lo alto cuando en verdad Mate es otro tipo de persona, finge muy bien ser alguien bueno y justo cuando en realidad solo hace las cosas por detrás. Me parece un poco hipócrita de su parte. ¿Y así era su novia? En realidad nunca he sabido escoger a mis novios. Miraba constantemente el pasillo porque en cualquier momento podían volver los demás tipos. Habían cuatro buscándome por la empresa y tres aquí con Nicky. Eran varios para solo nosotros dos. Si tan solo pudiéramos llamar refuerzos.

—Entonces Mate fue quien robó la mercancía y te echó la culpa a ti —murmuró Antonio— Y fue quien adulteró las cifras en el libro ese que me contaste. Vaya, Mate resultó ser mucho más inteligente que tu, Nicky.

—Si a inteligente te refieres jugar sucio entonces sí, él lo es aún más.

—Como sea, ustedes dos me han dado muchos problemas ¿donde está el dinero? —lo apuntó con la pistola.

—¿Qué dinero?

—El que me prometiste por dejar libre a tu novia la otra vez —le recordó.

Nicky hizo un silencio después.

—Está en la caja fuerte.

Antonio rió de victoria.

Se acercó a la caja fuerte, era lo único que no se había dañado.

—Dime la combinación.

—56789 —respondió Nicky. Parecía un poco nervioso.

—¡Jefe, la tenemos! —exclamó alguien cerca de mi, en eso dos tipos me tomaron de mis brazos haciendo que saliera de mi escondite.

—¡Suéltenme! —me removí, además de que ellos me quitaron la pistola y la tiraron a un lado.

—Alicia —musitó Antonio, como si tuviéramos tiempo de no vernos—Bienvenida a la fiesta.

—Esta perra mató a dos de los nuestros —le dijo uno, zarandeándome.

Nicky solo me veía cómo reprochándome, parece que no le gustó nada que me haya quedado y que no me haya ido así como el me lo ordenó.

—¿Eso es cierto, Alicia ? Has sido una niña muy mala entonces —Antonio abrió la caja y de ella sacó papeles y dinero. Fajos de dinero habían allí y eran gruesos. Solo billetes de cien dólares. Y habían como más de diez fajos. Pobre, Nicky. —Pero qué tenemos aquí... —Antonio abrió un sobre y lo leyó.

—¡Antonio, deja eso! ¡Llévate el dinero pero deja los papeles ahí! Ya tienes lo que querías —Nicky intentó zafarse del agarre de los dos hombres para ir donde Antonio y quitarle sea lo que sea que estuviera leyendo.

Me sorprendió que se pusiera así por unos simples papeles, pero me imagino que eran muy importantes.

—No lo puedo creer —Antonio nos miró de Nicky a mi. Eso me dio mala espina. —Alicia ... —se acercó a mi.

—¡Antonio, maldita sea, no lo hagas! Te pagaré lo que quieras pero no lo hagas —zanjó Nicky. Se miraba muy enojado y muy ansioso. —¡Suéltenme, maldita sea!

Antonio se acercó, pero se detuvo en seco al escuchar la propuesta de Nicky.

—¿Cuánto podrías darme por esta joya? —señaló los papeles.

—Lo que quieras.

—Interesante —se llevó la mano a la barbilla como pensativo— Quiero... la mayoría de acciones de esta empresa.

—Estas loco —se negó.

—Entonces no hay trato —ahora se volvió a dirigir hacia mi— Mira, Alicia , esto te interesará mucho.

Todo pasó como en cámara lenta, dentro de mí sentía que sea lo que sea que diga ahí no me gustará. Antonio me mostró la primera hoja, decía en letras grandes, negras y cursivas:

Contrato por la virginidad de Alicia Matten.

Tragué grueso al leer eso y miré a Nicky con dolor, con decepción.

—Alicia , yo...

—Eres un miserable —zanjé, las lágrimas empezaron a salir solitarias.

—¿Quieres que te lea lo que dice el contrato? —me inquiere Antonio—: Aquí dice que Nicky Chance y Mate Robinson competirán por la virginidad de Alicia Matten, quien la obtenga será el ganador. ¿Y qué ganan? —miró a Nicky— ¿por puro deporte? ¿Alimentar tu ego? Me sorprendes, Nicky, jamás se me habría ocurrido algo así.

Me sentí tan traicionada, tan sucia.

—¡Alicia , eso no es cierto! Yo... Mate fue el de la idea. Yo apenas te conocía, Alis, no sabía que me llegaría a enamorar así de ti —siguió Nicky, intentando zafarse para venir detrás de mi.

—¡Cierra la maldita boca! —exclamé, soltándome de los hombres que me tenían a mi. Ellos hicieron el amago de tomarme de nuevo pero Antonio les hizo seña de que no.—¡Ustedes dos... solo jugaron conmigo! ¡Son unos desgraciados! —recordé todas las atenciones de Mate desde el inicio, las cosas que me decía. Todo era por ganar la apuesta. Y yo que me sentía especial por tener a dos hombres detrás de mi. Soy tan estupida.

Me agaché y tomé la pistola del piso, apuntando a Nicky.

—Alis, ¿que haces? —Nicky se sorprendió por mi gesto.

Ni siquiera yo sabía qué estaba haciendo.

—Y yo de estupida creyéndote todo. Yo de estupida terminando con Mate para venir contigo. —me acerqué.

—Después los matamos a los dos —escuché que le dijo Antonio a uno de sus hombres en tono bajo. Nadie más oyó, solo yo y él tipo. Tenía mis sentidos demasiado agudizados en otras cosas pero en lo más importante no. Lo rodeé apuntándolo con el arma.

—Alis, perdóname. No te conocía. —se defendió Nicky— Lo que te dije hace rato era cierto, quiero estar contigo. Ese contrato ya no existe.

—¿Para que? ¿Aún tienes esperanzas de ganar la apuesta?

Los hombres giraron a Nicky para que me viera, detrás de él, a unos metros, estaba Antonio y los dos tipos más. Antonio leía el contrato.

Mi corazón se había roto en miles de pedazos, me sentía traicionada. Me sentía ingenua. ¿Como pude creerle a esos dos? ¿Como pude dejar que Nicky me sedujera de esa manera? Ahora sentía que todo lo que pasamos el y yo desde un inicio no fue real. Nada fue real. Todo fue falso, por un interés nada más. Porque quería ser el primero en mi vida. ¿Después de eso que? ¿Me desecharía?

—Te odio, Nicky Chance —le dije entre dientes.

—¡Alis, no digas esas cosas! ¡Déjame explicarte, yo no...! —pero no tenía nada más que decir, porque no tenía excusas. Era muy obvia su intención.

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