El viaje había durado un poco más por lo que el vehículo en el que íbamos tenía que ir despacio por la condición que llevaba mi papá. En todo ese camino pasé pensando en cómo fui parte del juego de dos hombres cuyos objetivos sólo eran saciar su deseo y su ego. No puedo creer ¿Cómo existen personas como ellas? Quizás le hubiera hecho caso a Myers, pero ese idiota también lo vi la ultima vez en esa discoteca follarse a una que recien conocía.
—¿Todo bien, Alis?—mamá colocó su mano en mi rodilla, frotándola sutilmente. Ella era muy observadora conmigo, no es para menos, me conoce desde su vientre.
—Sí, mamá, todo bien—asentí, pero seguía en mi estado de trance.
—Qué bueno que ya nos regresamos a nuestra granja, no sé cómo le has hecho para estar todo este tiempo en esa horrible ciudad llena de vehículos, ruido y muchas luces—papá se acomodaba, él era más un hombre de campo y seguro que se la pasó mal el tiempo que estuvo en la ciudad.
—Pues… tampoco me logré acostumbrar a estar todo el tiempo rodeada de eso, pero dadas las circunstancias tenía que hacerlo—coloqué mis manos en la pierna de mamá y papá, al menos sabía que ellos sí eran personas sinceras, quizás al final de todo, esto me sirva para una lección.
El vehículo seguía su rumbo, pero mis párpados caían solos, quizás tanto estrés que había experimentado en poco tiempo me hacía sentí débil y con mucho sueño, así que no me opuse.
•
—Alis—mamá me zarandeaba—ya llegamos a casa, necesito que te levantes y nos ayudes con tu padre a llevarlo dentro.
—Enseguida voy—me levanté y había una leve brisa, tomé el brazo de papá enganchándolo a mi hombro al igual que mamá hizo lo mismo. Ambas lo llevábamos a su sofá de cuero que tenía en la sala.
Encendí unas velas, por lo general en mi casa por las noches encendíamos velas en lugar de tener bujías, era como más cálido y era lo que necesitaba en estos momentos.
—Si necesitan cualquier cosa me tocan la puerta—terminé de llevar las cosas a la sala—yo estaré en mi habitación—subí apresurada por los escalones, espero que mis padres no me hagan preguntas por el momento. No tengo cabeza para responderles.
Me tiré de clavado en la cama boca abajo, acomodé un poco la almohada en mi pecho y empecé a revisar mi celular, necesitaba eliminar todo tipo de evidencia que tenía con Mate y con Nicky, los dos hombres que arruinaron mi vida, pero al menos no les entregué mi virginidad.
Habían unas cuántas fotos que había capturado de Nicky en momentos que estaba desprevenido, ni siquiera me dio algo al momento de eliminarlas.
Entré a WhatsApp, había algo más que hacer.
? Bloquear este contacto
Lo pensé unos cuantos segundos e incluso miré una última vez su foto y también pude notar que no tenía mucho de haberse conectado, pero con mucha más razón tenía que hacerlo o de lo contrario esto sería un círculo tóxico. Así que lo hice, también hice lo mismo con Mate.
Me di la vuelta y quedé viendo al techo de mi cuarto, todo era más bonito cuando estaba chiquita, jugaba con mis muñecas y con los animales de la granja. Quizás mañana de un paseo con Fugaz.
El tic tac del reloj de pared hacía un eco en mi habitación silenciosa, que poco a poco fui sintiendo el mismo sueño agotador que ya venía acumulando hasta que caí en un profundo sueño.
•
A la mañana siguiente me había levantado, una de las ventajas de vivir en el campo es que no necesitas de esas alarmas con esos sonidos grotescos, acá habían gallos que te despertaban y era más suave para los oídos. Escuché la cazuelas de mamá, ella cocinaba temprano y ¿por qué no? También andaba hambre.
—Buenos días, mamá—bajé los escalones, estaba en pijama, una media cola y unas pantuflas con algodón por dentro.
—¿Cómo amaneces, señorita?—quebraba unos huevos para ponerlos a freír—ayer parece que venías muy cansada, tanto así que solo vinimos acá y fuiste a tu cuarto.
—La verdad si, mamá, el estrés del trabajo y la universidad no es nada sencillo, más cuando se tiene que rendirle cuentas a mi jefe—me senté en el desayunador con mis manos sosteniéndome la quijada.
—Hablando de jefe—me volvió a ver—ayer no te quise preguntar nada porque estaba tu papá presente, pero sé que algo está pasando entre tú y Mate o quizás… Nicky—arqueó una ceja de forma sospechosa.
Esta vez no estaría con rodeos, no era una niña y tampoco tenía miedo a decir las cosas tal cual de por si a ellos nunca les importé.
—Te lo resumiré en una sola frase, pero por favor luego de eso no quiero que me preguntes nada ¿ok?—achiqué mis ojos haciéndole ver que así sería.
—Como tú digas, pero ya, cuéntame—estaba ansiosa por saberlo.
—Solo terminé con él y tampoco quiero que Nicky esté cerca de mi, punto—puse mis labios en una sola línea.
—No puede ser…—se llevó una mano a la boca muy sorprendida—tan buenos que se miraban—negó con la cabeza—oportunidades como esas no vuelven dos veces a la vida, Alis.
—Ni yo que las espero—me levanté—me llamas cuando esté el desayuno, iré a ver cómo amaneció papá.
Entré a su cuarto y aún seguía dormido como un bebé, me daba gusto en el fondo que él estuviera bien, aunque sea que el estupido de Mate fue quien lo ayudó, pero eso no le quitaba el término de ser un estupido egoísta, poco hombre.
Me senté a la orilla de la cama y froté mis manos en su pecho, no quería que tampoco se levantara. Entre más descansará era mejor para su salud así que me levanté con cuidado y salí de su habitación.
—Alicia —mamá llamaba a lo lejos—ya está el desayuno.
Caminé con cuidado y cerré la puerta.
—Deberías de ser menos escandalosa, mamá, con esos gritos vas a despertar a papá—tomé el plato para salir al patio.
—¿Comerás afuera?—quiso saber mientra ella se estaba sirviendo—pensé que querrías comer acá conmigo.
—Tranquila, no quiero lastimarte—sonreía—que bueno verte en esta condición, estás aterrada y sé qué haría cualquier cosa por liberarte de ahí, pero solo yo puedo hacerlo y aunque grites jamás te podrán escuchar, Alicia Matten.
¿Qué? ¿Cómo supo mi nombre? Si es así lo más probable debe de ser alguien que conozco.
—Vamos, muéstrate si eres tan hombre—traté de provocarlo—seguro que tienes miedo a que vea tu identidad.
—Lo haré—seguía riéndose—pero acá tu no mandas, de ahora en adelante yo soy quien pone las reglas acá y si yo digo algo tendrás que hacerlo.
Ahora ¿Qué puedo hacer para salir de acá? Estoy con un psicopata y en esta condición ni siquiera puedo moverme un centímetro.
—Tantas veces que intenté algo con las mujeres y no sirvió, mi corazón nunca había sentido amor, más sin embargo un día apareció una chica que me enamoró de verdad, estaba tan loco por ella que podría dar incluso mi vida sin pensarlo, pero… ¿que fue lo que hizo? Rompió mi corazón, por querer estar con otro hombre que también solo la quería para follar—Mate aparecía entre la sombras.
—¿Mate?—me sorprendí demasiado, jamás creí que él haría esto—¿Qué haces acá?
—Simple, vine por ti, te vigilé todo este tiempo, solo era cuestión para que te pudiera atrapar—se acercó poco a poco para besarme a la fuerza, al instante lo mordí—eso me encanta maldita perra—saboreó su labio ensangrentado—me gusta que te hagas la difícil, pero caerás a las malas, de mi nadie se burla y mucho menos tu—manoseó mis pechos, cerré mis ojos para no verlo.
—No puedo creer que todo esto lo estés haciendo por lo qué pasó entre nosotros, que poco hombre eres aprovecharte de una mujer indefensa—intentaba desatarme, pero los nudos estaban bien socados.
—Lo hice porque nadie tiene el derecho de querer tener lo mío—sus ojos eran de locura, no era el Mate que había conocido, más bien parecía que él siempre había tenido una máscara puesta de niño bueno—ese maldito de Nicky siempre ha querido sobresalir en todo, pero yo me prepuse que lo iba a acabar en todo.
En ese momento me acordé de la platica que tuvo Nicky y Antonio, acerca que Mate había robado parte de la mercadería.
—¿Acabarlo hasta con las drogas?—aseguré sin saber a fondo las cosas.
—Así es, en todo, empezando por las empresas y luego por nuestro negocio favorito, las drogas—se notaba que lo disfrutaba—tu no sabes nada de nuestra historia, pero el y yo somos un mismo tipo con diferentes rostros, ¿Qué creías? ¿Qué Nicky te iba a contratar solo para que le sirvieras de secretaría?—Bufó—a veces me sorprende que no lo hayas notado. Él y yo vendemos drogas a la mayor parte de toda Europa, desde hace muchos años, todas esas reuniones que fuiste tan solo eran convenios con las mafias más reconocidas, al igual que los altos mandos. Teníamos que comprar a la ley obvio. Porque en esta vida el más poderoso es el que sobrevive—se acercó para besarme el cuello.
—No me vuelvas a poner un dedo encima y menos tu asquerosa boca—lo único que sentía por él era odio y mucho asco.
—¿O qué? ¿Qué me podrás hacer, Alis? ¿crees que tu héroe vendrá por ti?—reía de manera burlesca—no te preocupes que para él también tengo un juego que le va a encantar, pero antes de eso me tengo que encargar de ti—tomó mi cara y me apretó las mejillas juntando mis labios con fuerza—entiende de una sola vez que si yo no te tengo nadie más lo hará aunque tenga que matarte en este momento.
—Te has vuelto loco, Mate—apenas medio pude hablar, su agarre no me permitía hablar con claridad.
—Siempre fuí así, lo qué pasa es que tenía que mostrar mi perfil bueno, por algo soy el amo y señor de los negocios—se jactaba de sus facciones.
No sé por qué en este momento deseaba tanto que Nicky apareciera aún con todo lo que sé de él, pero siempre era el único que me defendía de los malhechores, pero de esta si no creo poder salvarme.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi primera vez (COMPLETA)