Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 52

El viaje había durado un poco más por lo que el vehículo en el que íbamos tenía que ir despacio por la condición que llevaba mi papá. En todo ese camino pasé pensando en cómo fui parte del juego de dos hombres cuyos objetivos sólo eran saciar su deseo y su ego. No puedo creer ¿Cómo existen personas como ellas? Quizás le hubiera hecho caso a Myers, pero ese idiota también lo vi la ultima vez en esa discoteca follarse a una que recien conocía.

—¿Todo bien, Alis?—mamá colocó su mano en mi rodilla, frotándola sutilmente. Ella era muy observadora conmigo, no es para menos, me conoce desde su vientre.

—Sí, mamá, todo bien—asentí, pero seguía en mi estado de trance.

—Qué bueno que ya nos regresamos a nuestra granja, no sé cómo le has hecho para estar todo este tiempo en esa horrible ciudad llena de vehículos, ruido y muchas luces—papá se acomodaba, él era más un hombre de campo y seguro que se la pasó mal el tiempo que estuvo en la ciudad.

—Pues… tampoco me logré acostumbrar a estar todo el tiempo rodeada de eso, pero dadas las circunstancias tenía que hacerlo—coloqué mis manos en la pierna de mamá y papá, al menos sabía que ellos sí eran personas sinceras, quizás al final de todo, esto me sirva para una lección.

El vehículo seguía su rumbo, pero mis párpados caían solos, quizás tanto estrés que había experimentado en poco tiempo me hacía sentí débil y con mucho sueño, así que no me opuse.

—Alis—mamá me zarandeaba—ya llegamos a casa, necesito que te levantes y nos ayudes con tu padre a llevarlo dentro.

—Enseguida voy—me levanté y había una leve brisa, tomé el brazo de papá enganchándolo a mi hombro al igual que mamá hizo lo mismo. Ambas lo llevábamos a su sofá de cuero que tenía en la sala.

Encendí unas velas, por lo general en mi casa por las noches encendíamos velas en lugar de tener bujías, era como más cálido y era lo que necesitaba en estos momentos.

—Si necesitan cualquier cosa me tocan la puerta—terminé de llevar las cosas a la sala—yo estaré en mi habitación—subí apresurada por los escalones, espero que mis padres no me hagan preguntas por el momento. No tengo cabeza para responderles.

Me tiré de clavado en la cama boca abajo, acomodé un poco la almohada en mi pecho y empecé a revisar mi celular, necesitaba eliminar todo tipo de evidencia que tenía con Mate y con Nicky, los dos hombres que arruinaron mi vida, pero al menos no les entregué mi virginidad.

Habían unas cuántas fotos que había capturado de Nicky en momentos que estaba desprevenido, ni siquiera me dio algo al momento de eliminarlas.

Entré a WhatsApp, había algo más que hacer.

? Bloquear este contacto

Lo pensé unos cuantos segundos e incluso miré una última vez su foto y también pude notar que no tenía mucho de haberse conectado, pero con mucha más razón tenía que hacerlo o de lo contrario esto sería un círculo tóxico. Así que lo hice, también hice lo mismo con Mate.

Me di la vuelta y quedé viendo al techo de mi cuarto, todo era más bonito cuando estaba chiquita, jugaba con mis muñecas y con los animales de la granja. Quizás mañana de un paseo con Fugaz.

El tic tac del reloj de pared hacía un eco en mi habitación silenciosa, que poco a poco fui sintiendo el mismo sueño agotador que ya venía acumulando hasta que caí en un profundo sueño.

A la mañana siguiente me había levantado, una de las ventajas de vivir en el campo es que no necesitas de esas alarmas con esos sonidos grotescos, acá habían gallos que te despertaban y era más suave para los oídos. Escuché la cazuelas de mamá, ella cocinaba temprano y ¿por qué no? También andaba hambre.

—Buenos días, mamá—bajé los escalones, estaba en pijama, una media cola y unas pantuflas con algodón por dentro.

—¿Cómo amaneces, señorita?—quebraba unos huevos para ponerlos a freír—ayer parece que venías muy cansada, tanto así que solo vinimos acá y fuiste a tu cuarto.

—La verdad si, mamá, el estrés del trabajo y la universidad no es nada sencillo, más cuando se tiene que rendirle cuentas a mi jefe—me senté en el desayunador con mis manos sosteniéndome la quijada.

—Hablando de jefe—me volvió a ver—ayer no te quise preguntar nada porque estaba tu papá presente, pero sé que algo está pasando entre tú y Mate o quizás… Nicky—arqueó una ceja de forma sospechosa.

Esta vez no estaría con rodeos, no era una niña y tampoco tenía miedo a decir las cosas tal cual de por si a ellos nunca les importé.

—Te lo resumiré en una sola frase, pero por favor luego de eso no quiero que me preguntes nada ¿ok?—achiqué mis ojos haciéndole ver que así sería.

—Como tú digas, pero ya, cuéntame—estaba ansiosa por saberlo.

—Solo terminé con él y tampoco quiero que Nicky esté cerca de mi, punto—puse mis labios en una sola línea.

—No puede ser…—se llevó una mano a la boca muy sorprendida—tan buenos que se miraban—negó con la cabeza—oportunidades como esas no vuelven dos veces a la vida, Alis.

—Ni yo que las espero—me levanté—me llamas cuando esté el desayuno, iré a ver cómo amaneció papá.

Entré a su cuarto y aún seguía dormido como un bebé, me daba gusto en el fondo que él estuviera bien, aunque sea que el estupido de Mate fue quien lo ayudó, pero eso no le quitaba el término de ser un estupido egoísta, poco hombre.

Me senté a la orilla de la cama y froté mis manos en su pecho, no quería que tampoco se levantara. Entre más descansará era mejor para su salud así que me levanté con cuidado y salí de su habitación.

—Alicia —mamá llamaba a lo lejos—ya está el desayuno.

Caminé con cuidado y cerré la puerta.

—Deberías de ser menos escandalosa, mamá, con esos gritos vas a despertar a papá—tomé el plato para salir al patio.

—¿Comerás afuera?—quiso saber mientra ella se estaba sirviendo—pensé que querrías comer acá conmigo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi primera vez (COMPLETA)