Miserable Matrimonio (COMPLETO) romance Capítulo 40

Pss pss pss…

Se dice, se rumorea, se comenta que el duque de Agnes ha dejado de lado a  Lady Emma Ashton, y pasa casi todos sus días en la residencia Hamilton junto a su esposa, ya que aún no ha vuelto a su antigua residencia.  Y  según he escuchado por ahí la duquesa está embarazada, aunque no se haya dejado ver en los últimos meses. A esta autora le urge, como a todo Londres  ver el abultado vientre de la duquesa de Agnes y verificar este rumor.

Por otra parte mis queridos lectores, se acaba de confirmar el compromiso entre el  Marqués de Winchester y Lady Amelia Straton, hija del Conde de Warwic. Para nadie es una sorpresa saber que Lady Amelia aún en su primera temporada ya está comprometida con uno de los libertinos más codiciados de Londres, y era de esperar, Lady Amelia realmente es una beldad como para dejarla ir, además de la generosa dote que lleva incluida.

Revista de sociedad de Lady Kennt

—¿En serio Marcus te pidió que volvieras? — preguntó Jayne sorprendida al escuchar lo que su amiga decía — No puedo creerlo, después de todo lo que te hizo… y ahora como si nada quiere que lo perdones. ¡Ja!

—Lo sé, hasta yo me sorprendí. — respondió Liviana —

—¿Y qué harás?

—Le dije que no volvería con él, pero sus palabras sonaban tan sinceras que…

—¿Te convenció verdad? — señaló Jayne volteando los ojos —

—¡No! Claro que no, sé que él tiene que hacer más que expresar unas cuantas palabras bonitas para que yo logre  volver. —  respondió Liviana —

—Bien. ¿Y del bebé, qué dijo?

—Al principio se enojó. — Jayne la miró entre sorprendida y enojada — Pero no por lo que piensas, sino por habérselo ocultado y por querer huir con su hijo.

—Era de esperar, ¿no? Después de todo es su hijo. — dijo Jayne dándole la razón a Marcus en ese punto —

—¿Has leído la revista de Lady Kennt? — preguntó Liviana—

—Sí, y ahora todo Londres sabe que estás embarazada y, solo esperan ver tu crecido vientre para confirmar si es verdad. — respondió Jayne —

—¡No puedo creerlo! ¿Cómo Lady Kennt pudo haber sabido de todo esto? Tuvimos completo cuidado con lo de mi embarazo. — dijo  Liviana —

—No tengo idea, esa mujer parece ser un fantasma, ¡lo sabe todo!

—Ya no importa. Todos iban a saberlo tarde o temprano, un hijo no se puede esconder tanto tiempo. — dijo Liviana —

—¿Me lo dice a mí o a ti? Porque te recuerdo que eras tú la que quería ocultárselo a Marcus. — Indicó Jayne en tono burlón —

—Jayne — gruñó Liviana y Jayne sonrió —¿Pero sabes? Aunque Marcus se me haya declarado y pedido perdón, la palabra que siempre he querido escuchar aún no se ha atrevido a decirla. — dijo Liviana frotándose el vientre —

—¿El famoso «Te amo»?

—Sí, sé que pensarás que soy una romántica e idiota pero es…

—Para nada Liviana, muy al contrario, te admiro. — la interrumpió y Liviana se sorprendió por la declaración de su amiga —

—¿Me admiras? ¿A mí?

—Sí, porque a pesar de todo lo que has pasado, aún sigues creyendo en un sentimiento tan banal como el amor.  Eres fuerte y luchas por lo que quieres. — respondió Jayne con una media sonrisa triste —

—Creo que todos deberíamos de tener algo a lo que aferrarse, sino, viviríamos por vivir, y el amor es  el sentimiento más grande y fuerte para vencer los obstáculos de la vida. Mi padre, por ejemplo, cuando mi mamá murió dándome la vida, es como si él hubiese muerto también, pero míralo ahora, un hombre recuperado de sus demonios, uno que está dispuesto a ganarse mi perdón y cariño.

—Me alegra que lo veas así, pero no puedo decir lo mismo Liviana, a mí el amor me ha demostrado lo contrario, que solo sirve para hacer sufrir a las personas, ilusionarlas, que solo es un momento que se vive, porque después te quedas sin nada, solo con los buenos recuerdos que hayas vivido con esa persona. — dijo Jayne mirando un punto fijo, sus ojos empezaron a cristalizarse  —

—Jayne… — Liviana se acercó y la tomó de las manos — ¿Qué pasa? — Jayne negó soltando las primeras lágrimas — ¿Es por Christian verdad? Por lo que dice la revista de Lady Kennt.

—Se va a casar Liviana, — Balbució — ahora si se quiere casar pero no conmigo…

—Pero no sabemos si es verdad, quizá, sea solo un rumor. — Jayne negó con la cabeza —

—Leo… Sin querer me lo dijo ayer, no quería creerlo, pero al leer la revista esta mañana me lo acabó de confirmar… al menos tenía la esperanza de que él y yo… pero me doy cuenta de que nunca fui una opción para él, de que solo jugó conmigo y me dejó en medio de todo el problema. Y ahora se casará con Lady Amelia, ella es el tipo de mujer que Christian prefiere para desfilar junto a él en cada evento y decir que su matrimonio es perfecto.— dijo Jayne sin parar de llorar, lo único que pudo hacer Liviana en esos momentos fue abrazarla y dejar que se desahogara con sus lágrimas —

—Pero no será feliz, no si no hay amor. — dijo Liviana tratando de consolarla —

—A Christian no le importa el amor, él solo busca la apariencia. Y Lady Amelia le dará lo que quiere. — dijo Jayne —Tengo que… ir… a hacer algo.

—Hola belle. — Le dijo Nicholas a Jayne pero ella apenas le hizo caso — ¿Qué le pasa?

Liviana le explicó más o menos la situación y Nicholas sintió algo de pena por el hombre que ella amaba.

—Realmente siento pena por ese hombre, no sabe la mujer que ha perdido. — dijo Nicholas sorprendiendo a Liviana — No me malentiendas, prima, no estoy interesado en Jayne, conoces mis gustos, — Liviana no pudo evitar rodar los ojos — pero reconozco que tu amiga vale la pena, y si él no quiere luchar por ella, pues mejor, Jayne se merece algo mejor que hombres como nosotros.

—Menos mal que lo reconoces. — dijo Liviana — Y estoy deseando ver el día que llegue la horma de tu zapato, primo.

—Excelencia. —el Sr. Finn tocó su puerta —

—¿Y qué pasó entonces? — preguntó Liviana frunciendo el ceño —

—Ocurrió algo que me lo impidió en ese entonces, por eso continuaba viendo a Emma.

—¿Qué ocurrió? — preguntó, pero Marcus se negaba a decirle — ¿No confías en mí? ¿Y así quieres que vuelva contigo?

—No… Es complicado Liviana, no quiero ponerte en peligro.

—Estoy en peligro si me ocultas la verdad, Marcus. Dime, por favor.

—Está bien, ¿recuerdas cuando el coronel Sain fue a buscarme a nuestra casa?  — Liviana asintió y Marcus prosiguió a contarle todo lo relacionado con su colaboración con la corona, Emma y los rusos —

—No puedo creer que Emma sea capaz de eso, o sea, es de imaginar que tenía varios amantes, ¿pero de ahí a traicionar a su país? ¿Y su bebé?

—No sé quién es el padre, y tampoco sé que será de ese bebé cuando nazca.

—Es una pena, ese bebé no tiene la culpa de la madre que le tocó. — dijo Liviana sin poder evitar tocar su vientre jurando que a su bebé no le faltaría nada, y esencialmente cariño y amor — ¿Y este anillo de dónde salió? — preguntó olvidando el tema de Emma —

—Este anillo es el símbolo que demuestra que eres mía y que soy tuyo.

—Pero ya tenemos uno. — dijo Liviana mostrando su mano donde estaba el anillo que había recibido en su boda —

—Lo sé, pero este es especial, una porque estuvo en mi familia hace más de dos generaciones, y otra porque pedí que le agregaran un texto, mira. — sacó el anillo de la caja y le enseñó a Liviana el contenido —

«Mon ange» era lo que tenía grabado en francés el hermoso anillo que Marcus le puso en su dedo, el otro lo quitó y lo guardó, ya no serviría, quería borrar todo rastro de sufrimiento y estupidez que había hecho.

—¿Te gusta? — Preguntó y Liviana asintió con los ojos humedecidos — Me alegro, aunque no es mala idea volvernos a casar.

—Marcus…

—Pero esta vez sería diferente, ahora pronunciaría mis votos con verdad y sentimiento, diría ante Dios y ante todo el mundo cuanto te amo, y que te haré la mujer más feliz de todo el mundo.

¿Había dicho que la amaba?

¡Por Dios! Si lo había dicho. Sonrió como boba y tomó la iniciativa de besarlo, aunque no volvería ya mismo a su residencia con él, por mucho que se muriera por dormir a su lado y sentirlo, tenía que esperar, Marcus tenía que seguir demostrándole cuanto la amaba. Y principalmente tenía que estar segura de que no volvería a sufrir.

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