Pero desde que su primo había empezado a salir con otra chica, Patricia intentaba no molestarlo. Ya se había acostumbrado a manejar las cosas por sí misma y no quería causar problemas a los demás.
"Una chica sola en la calle por la noche es muy peligroso. Está bien, te vere hasta que entres a tu casa, y luego me voy".
Patricia, con el corazón acelerado, asintió, caminó unos pasos y recordó algo. No pudo evitar volver la cabeza y decirle a Pascual: "Avísame antes de venir a buscarme, para ponernos de acuerdo".
Pascual, con una expresión de resignación, respondió: "¿Acaso parezco tan poco confiable?".
¿De verdad le preocupaba tanto?
Sabía que lo que había pasado ese día había sido inesperado para ambos y que necesitaban tiempo para procesarlo. Ante su pregunta, Patricia no respondió, pero una leve sonrisa se dibujó en su cara mientras se dirigía a su casa. Sabía que alguien la estaba mirando desde la distancia, pero esta vez no tenía miedo y caminaba con determinación.
Parecía que las cosas estaban empezando a cambiar en ese momento.
No fue hasta que Patricia entró a su casa que Pascual volvió al taxi, recuperando su expresión fría y seria habitual. La luz borrosa se reflejaba en su rostro, haciendo difícil adivinar lo que estaba pensando.
Patricia no pudo dormir esa noche, pensando en el certificado de matrimonio oculto en su cajón y en el rostro guapo de Pascual, que no podía olvidar. Tenía que admitir que le encantaba su apariencia, había sido seducida totalmente por la cara atractiva de ese hombre.
Al día siguiente.
Patricia salió de su habitación con ojeras y su tía Rita Sainz ya había servido el desayuno en la mesa. Al verla así, Rita se preocupó por ella: "Pati, ¿cómo tienes esas ojeras tan marcadas? ¿Te quedaste trabajando hasta tarde otra vez?".
Patricia no sabía cómo contarle a su tía que se había casado con un extraño, así que se rascó la cabeza y dijo: "No, simplemente no pude dormir bien".
Rita le dio unas palmaditas en el hombro y suspiró: "Ay, hija, ¿por qué siempre trabajas tan duro? Las chicas de tu edad deberían estar arreglándose, saliendo con sus novios por la noche y disfrutando de la vida. En cambio, pasas todas las noches trabajando hasta tarde. No sé cómo describirte. El trabajo nunca se acaba, pero el cuerpo es tuyo. ¿Qué hacer si te pones enferma?".
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Navegando Juntos en Aguas Inciertas