Papá, quiero que sea mi mamá romance Capítulo 208

—Tienes que saber que ahora no sólo te representas a ti misma, sino que también al presidente Hector.

Elena empujó a Julieta al coche de la niñera mientras hablaba, y empezó a pedirle a la estilista que la maquillara.

Cuando Julieta llegó, ya había mucha gente. La gente de la tripulación estaba acostumbrada a la vestimenta rústica de Julieta como Cereza, y resultó un poco chocante ver a Julieta tan brillante y hermosa.

Diego y Julieta fueron asignados a la mesa como actores principales y se sentaron con el director y el productor.

Después de beber un rato, las palabras de cortesía que debían decirse ya estaban dichas. Diego miró a Julieta desde el lado opuesto, bebió un vaso de vino para animarse, luego se acercó a Julieta con el vaso en la mano y dijo:

—Julieta, brindaré por ti con una copa de vino.

Julieta no se negó, tomó el vaso y se lo bebió todo, y le dijo a Diego con una sonrisa:

—Trabaja duro, seguro que te convertirás en un excelente actor en el futuro.

Diego miró la cara sonriente de Julieta, recordó su aspecto cuando la vio por primera vez, soltó el puño cerrado y dijo:

—Julieta, me gustas. Me gustas desde hace mucho tiempo —Diego cerró los ojos y dijo todo lo que tenía en su mente.

—¿Qué? —Julieta se asustó ante la repentina confesión de Orlando y lo miró sorprendida.

—Me gustas desde hace mucho tiempo, por ti fui a estudiar interpretación. Para tener la oportunidad de estar cerca de ti —Diego miró a Julieta con afecto.

Los dos se quedaron inmóviles. Julieta no reaccionó y Diego esperaba nervioso su respuesta.

Alonzo miró las acciones de Diego y se dio cuenta de por qué insistía en participar en este drama.

—¿Por mí? —Julieta se señaló a sí misma y preguntó sorprendida.

—Sí, pero quizá no te acuerdes de mí —sonrió Orlando con tristeza.

—Yo...

—No hace falta que me contestes ahora, te espero.

Justo cuando Julieta iba a responder, fue interrumpida apresuradamente por Orlando. Él tenía demasiado miedo de escuchar la respuesta que no quería oír, así que prefirió no escuchar.

Después de tantos años de amor secreto, todavía tenía miedo de ser rechazado.

Julieta se sintió un poco abrumada ante la repentina confesión de Diego. Ella no quería entristecerlo y no supo cómo responder durante un rato, pero se sintió aliviada al escucharlo.

Diego quería actuar en Sueños rotos sólo por Julieta. Le preocupaba que una vez que Sueños rotos terminara, no tuviera ninguna interacción con Julieta, así que se confesó en el banquete. En el momento en que terminó de hablar, sintió una sensación de alivio, pero se sintió más arrepentido, preocupado de que los dos no fueran siquiera amigos en el futuro.

Julieta pensó en un principio que se trataba de un episodio corto, pero pronto se convirtió en una noticia de entretenimiento.

Cuando Hector vio en su casa la noticia de que un joven actor se confesó a Julieta en el banquete, empezó a disgustarse.

Julieta regresó del banquete de celebración. Cuando llegó a casa, vio a Hector sentado en el salón. Se cambió los zapatos y se acercó a Hector con una sonrisa y le preguntó:

—¿Me estás esperando?

—¿Te has divertido? —Hector dejó caer el documento que tenía en la mano, miró a Julieta y le preguntó.

Julieta asintió y respondió:

—Más o menos, ahora por fin puedo descansar.

Después de hablar, se apoyó en el hombro de Hector.

—¿Te sientes feliz por recibir una confesión? —preguntó Hector en tono celoso.

Esto confirmó la noticia del inminente matrimonio.

Los internautas no sabían qué decir. Pensaron que ambos se separarían, pero Mónica se retiró por un tiempo y de repente anunció su matrimonio. El mundo está cambiando tan rápido que los internautas no podían entenderlo.

Los padres de Valentino no estaban de acuerdo con que Mónica se casara con él, pero Mónica ya estaba embarazada, y los dos sólo podían llegar a un acuerdo. De lo contrario, la reputación de la familia Pozo se vería dañada.

En este matrimonio, Pablo y Sandra fueron los más felices. En primer lugar, se alegraron de que su hija se casara con una familia rica. En segundo lugar, mientras Mónica se convirtiera en miembro oficial de la familia Pozo, la familia Montes tendría apoyo.

Nada más conocerse la noticia, varios medios de comunicación importantes empezaron a informar sobre ella. Al fin y al cabo, Mónica y Valentino siempre han sido la pareja que más cariño ha demostrado en la industria del entretenimiento y mucha gente está muy preocupada por ellos.

Los internautas comentaron que volvían a creer en el amor verdadero, que sentían que no era fácil que Mónica y Valentino estuvieran enamorados durante tantos años, y que estaban celosos de que Mónica encontrara el amor verdadero en la vida.

Al ver los reportajes y comentarios en Internet, Mónica no podía cerrar la boca de alegría. Estaba feliz de que Valentino siguiera siendo de ella y no de Julieta.

—Valentino, invitemos también a Julieta —Mónica miró la tarjeta de invitación que había sobre la mesa y sugirió a Valentino.

Valentino se detuvo y el papel se manchó de la tinta del bolígrafo que tenía en la mano.

—No es necesario. No te gusta ella, ¿verdad?

Valentino esbozó una ligera sonrisa, fingiendo que no le importaba.

—Pero es mi hermana. Quiero que sea testigo de mi matrimonio y de mi felicidad —Mónica hizo un mohín.

—Tú decides —Valentino respondió, sintiéndose complicado. Quería que Julieta asistiera a su boda, pero no quería que lo viera convertido en el prometido de otra persona.

—Entonces escribiré la invitación y se la enviaré otro día.

Mónica escribió la invitación de boda para Julieta y la publicó por separado de las demás.

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