Su reacción, sin embargo, impresionó a Alberto.
Alberto miró a Selena fijamente. Por un momento, sintió el agravio de Selena y su fuerza interior.
Incluso hubo un momento en el que le pareció verse a sí mismo en Selena porque eran muy parecidos.
—Bueno, Selena, entremos primero —a Alberto no le había gustado Laura y ahora sentía que era aún más hipócrita y falsa.
Extendió la mano y tiró de la de Selena, abrazando sus hombros con un suave movimiento.
Este movimiento realmente sorprendió a Laura y Aaron.
—¿Qué? —Laura se tapó los labios sorprendida—. Selena, ¿cuándo conoces al señor Alberto? ¿Él...?
Las palabras que no salieron de su boca fueron evidentes para todos.
Quería decir que Alberto era un dandi, un total perdedor de la Ciudad Azul muy bien conocido.
Pero como era una fiesta de compromiso, las palabras de Laura no salieron.
—Laura, ya que la señorita Selena es tu amiga, deberías aconsejarle que se aleje de la gente poco confiable.
Laura no dijo nada porque estaba preocupada por la reputación de Aaron y temía empeorar el ambiente. Sin embargo, Aaron lo dijo directamente.
Las palabras iban dirigidas a Laura, pero sus ojos estaban fijos en Selena.
—Aaron, tal vez Selena y el señor Alberto son sólo amigos —Laura dijo.
—¡Es mi novia! Me olvidé de presentarlos.
Como hombre, Alberto era muy consciente de la oleada de hostilidad hacia él por parte de Aaron, especialmente cuando este tipo mantenía la mirada en Selena.
Alberto pensó en el encuentro de aquel día en el Club Nocturna y una idea pasó por su mente, pero después le pareció poco práctica.
Alberto “admitió” que era su novia para protegerla, cuando tenía una cara tan “fea” e incluso ante el ridículo de todos, seguía protegiéndola.
Esto conmovió a Selena, aunque tuviera el corazón duro.
Tomó la iniciativa de tomarlo de la mano a Alberto y dijo:
—Alberto es mi novio.
—¡¿Tu... tu novio?!
Aunque Laura sabía que Alberto era mujeriego, al menos era el hijo menor de la familia Donel, una de las cuatro familias de la Ciudad Azul y, ¿cómo le podría gustar Selena, que tenía una cara tan fea?
«¿Qué tipo de hechizo ha usado esa perra de Selena?»
Estaba furiosa, pero dijo con un fingimiento de preocupación:
—Selena, sé que tienes una vida dura, tienes que trabajar duro para ganar dinero para el tratamiento médico de tus padres. Sé que la vida no es fácil para ti, pero no puedes tomar atajos, ¿no?
Las palabras “tomar atajos” fueron utilizados de forma muy inteligente.
Todos los presentes eran personas inteligentes y todos sabían el significado de esta expresión.
—Si quieres tomar un atajo, tienes que ver si tienes el capital para hacerlo —dijo Aaron con voz fría, como si estuviera burlándose de Selena.
Luego añadió:
—El señor Alberto está rodeado de mujeres hermosas, debes mirarte bien en el espejo.
—Sí, esta mujer es tan estúpida.
—Es tan fea y se cree que le gusta al señor Alberto.
—A lo mejor Alberto ha visto demasiada a bellas y querrá buscar a una fea para cambiar de apetito, jajaja.
—Buen punto, tienes razón.
***
Los presentes seguían discutiendo escandalosamente.
—¿Alberto? ¿Qué ridículo estás haciendo? ¡Maldita sea, me avergüenzas todos los días!
De repente, sonó una reprimenda.
La voz llegó antes de que llegara el hombre.
La multitud dejó paso a ese hombre con sienes encanecidas para que entrara.
El hombre llegó vestido con un traje, era corpulento a pesar de sus sienes estaban encanecidas, su paso era vigoroso y su rostro era muy serio.
—Es el señor Felipe Donel.
—Alberto es el hijo menor de la familia Donel y me temo que Felipe se pondrá furioso cuando se entere de lo entre Alberto y esa fea.
Los espectadores rieron, sintiendo que habían visto otro buen “espectáculo”.
—Lo que ella tenga en mente, no me importa, mientras yo esté feliz —Alberto defendió a Selena hasta el final.
Ante sus palabras, el disgusto se hizo evidente en el rostro de Aaron.
Laura no dijo nada, estaba mirando en silencio y deseaba que el señor Felipe podía acabar con Selena.
Y en esta tensa situación, Aaron no había dicho nada de defender a Selena, por lo que, estaba claro que esta fea no le importaba.
Todo salía bien para Laura.
—¡Pedazo de mierda! Si tu madre no se hubiera muerto antes de tiempo y me dieras pena, ¡te habría echado de casa!
Felipe mencionó a la madre de Alberto y Selena se sobresaltó al sentir que el agarre de Alberto en su mano se cerró bruscamente.
Era fuerte, como si las palabras de su padre le hubieran tocado un punto débil y estuviera conteniendo su ira.
—¿Y tengo que agradecértelo a ti?
—¡Qué...! —Felipe estaba a punto de decir algo más, pero se dio cuenta de que Aaron estaba de pie a un lado con mala pinta y tuvo que parar—. Te castigaré cuando vuelva.
Gruñó y entró en el salón del banquete.
Sin más espectáculos, todos los demás entraron también en el salón.
Alberto y Selena se sentaron entre la multitud, también.
La fiesta de compromiso comenzó con los discursos de la anfitriona, la señora Patricia y los padres de Laura dieron sus palabras respectivamente, luego Laura contó su encuentro de destino con Aaron en el “accidente de tráfico”, que envidió a los presentes.
Cuando llegó la hora de la cena.
Selena, que había tenido náuseas y vómitos por el embarazo, se tapó la boca con asco al ver los grasientos platos en la mesa.
—Alberto, perdón, que voy al baño.
Se levantó y fue al baño, pero el primer piso estaba tan lleno, luego Selena tuvo aguantar y correr al tercer piso.
El baño público de la tercera planta estaba vacío y ella vomitaba en seco durante un buen rato.
Tardó un rato en dirigirse al lavabo, se lavó las manos, y tomó un sorbo de agua con ambas manos para hacer gárgaras.
Antes de que tuviera tiempo de reaccionar, un hombre la arrastró y la inmovilizó contra la pared con las manos sujetadas en la espalda.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pedido de Amor
Seguirán escribiendo esta historia bonita...
Bella novela continuarán escribiendo capitulos...