En el Hospital Dorado.
Cyntia acababa de irse cuando Catalina recibió la llamada para una entrevista en el departamento de diseño de LuxeScents Internacional. Al principio, ella no podía creerlo, ya que es una compañía de perfumes mundialmente reconocida, era la que menos esperaba que respondiera a su aplicación. Sin embargo, contra todo pronóstico, resultó ser la única compañía que le respondió y la invitó a una entrevista.
Catalina pensó que, si lograba entrar a trabajar en LuxeScents Internacional, podría usar el dinero que ganara para llevar a su abuela lejos de la tumultuosa Ciudad de Dorado una vez que se recuperara. Creía que las cosas estaban yendo en la dirección correcta, pero no tenía ni idea de los desafíos que la esperaban.
Media hora después.
Emocionada y nerviosa, Catalina se dirigió a la sede de LuxeScents Internacional y fue conducida por la secretaria directamente al piso superior de la empresa. Cuando la secretaria abrió la puerta de cristal del despacho, ella quedó completamente asombrada. Siendo una mujer sencilla del campo, nunca había visto tales ambientes de trabajo.
La oficina era enorme y tenía una gran cantidad de luz natural, con ventanas panorámicas de 270 grados en tres lados. Las plantas y flores alrededor le daban la sensación de estar en un paraíso. Lo que la puso aún más nerviosa fue que había mucha gente en la sala de reuniones y su muestra de perfume estaba en el centro de la mesa.
¿Habían venido todos a entrevistarla?
Catalina miró de nuevo y vio a un hombre de espaldas a la multitud, de pie frente a las ventanas. Era alto y destacaba entre la multitud, con un aura poderosa como la de un rey natural. Lo extraño era que sentía que lo había visto antes.
La secretaria se acercó al hombre con los datos personales que Catalina había llenado antes de subir al piso superior y respetuosamente dijo: "Sr. Moreno, la diseñadora del perfume Aurora Polar ha llegado, ya está aquí".
El hombre asintió levemente, tomó los datos y los miró, luego se giró rápidamente.
Catalina vio los ojos claros del hombre y quedó asombrada, al igual que Diego en ese momento.
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