¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 45

POV SERGIO

Lía está sentada en un cómodo y pequeño sillón que se encuentra en la habitación del hospital. Ella se ha recuperado muy rápido del trabajo de parto. Han pasado dos días y ya está caminando con total normalidad y por más que le pido que se tome las cosas con calma, ella no me hace caso y se pone muy inquieta todo el día.

Me siento al lado de mi novia y comienzo a acariciar su cabello. Ella me da una pequeña sonrisa y cierra los ojos para relajarse. Estamos así unos buenos minutos hasta que sentimos que la puerta de la habitación se abre. Es una enfermera, una de aquellas que atendió a Lía en el día en que dio a luz a León, y junto a ella en una pequeña cuna que tienen aquí con ruedas para llevar a los bebés a las habitaciones de las madres.

Tal y como ella trae aquí a León en una de esas pequeñas cunas.

La enfermera nos deja a León a nuestro lado, nos da una sonrisa y se va. Puede que no la volvamos a ver ya que dieron de alta a Lía y a León- afortunadamente el mismo día- y sé que no verla le da un poco de tristeza a Lía ya que la enfermera se ha portado muy bien con ella y se lo ha agradecido ya varias veces desde que nació León.

León se encuentra dormido en su pequeña cuna. Está vestido de color azul. A Lía le encanta vestirlo de ese color ya que dice que como su piel es bastante clara- como la mía- le viene bien el azul. Con Lía nos quedamos viendo a nuestro bebé embobados. Amamos a nuestro hijo, estamos completamente enamorados de él. Es el bebé más lindo que se puede ver en este planeta, aunque ese probablemente lo diga principalmente porque soy su padre, pero me da igual, León es perfecto para mí.

Mi hijo comienza a estirarse dándonos a entender que está despertando. Lía- con toda la destreza y seguridad del mundo- lo saca de la cuna y se sienta con él en el sillón junto a mí. León aun no abre los ojos y estoy ansioso de que los abra. Sé que serán de un color normal para los bebés que es algún tono entre grises, pero aun así quiero ver la forma de los ojos de mi hijo. Pareciera que tuviera la de Lía, aunque también podría ser la mía, no lo sé es difícil ver eso cuando el bebé aun no abre los ojos.

León comienza a llorar en los brazos de Lía y ésta saca una sonrisa. Creo que es a la única madre que le gusta escuchar llorar a su hijo, pero según lo que me ha dicho ella, le gusta porque así está segura de que él está bien, de que respira. Lía lleva una de sus manos a la pequeña boca de mi hijo y éste hace algún tipo de puchero o algo parecido con los labios. Lía se ríe y me pasa a León mientras que ella saca uno de sus pechos a la luz- no logré no sonrojarme al verla así- y después me pidió al bebé.

-León despertó con hambre- me dice Lía con una sonrisa en su cara.

Mi bebé comienza a succionar frenéticamente el pecho de mi novia y pone sus pequeñas manitas en su pecho como si quisiera afirmarse allí. Es una imagen muy divertida para mí. Me sorprende lo que son los instintos de bebé.

-Creo que ese niño se estaba muriendo de hambre- le digo a Lía y ella ríe.

-Siempre es así- me dice ella- Bebe la leche muy rápido, pero termina muy rápido también.

En un momento León perdió el pezón de Lía y comienza a llorar inmediatamente y con más euforia que antes. Ups, creo que me hijo está muy molesto. Sacó la personalidad de Lía cuando pierde su comida.

Nunca le diré eso a ella o se enojara.

Lía vuelve a guiar la cabeza de León de vuelta a su pecho y éste al encontrar por fin su fuente de alimento, comienza a comer con un poco más de lentitud y tranquilidad.

-Ahora se tranquilizó- le digo a Lía.

Ella asiente con la cabeza y le saca el gorro que León tenía en su cabeza. Hay poco cabello allí, aún es muy pequeño para ello, pero lo que tiene es bastante oscuro, aunque no tanto como el de Lía. Creo que a los bebés se les va oscureciendo el cabello cuando van creciendo así que puede que León tenga el mismo color de pelo que Lía.

Cuando León termina de comer, pareciera que quiere quedarse dormido en los brazos de Lía. Ella, rápidamente, me pasa en brazos a León y se levanta del asiento.

-Necesito ir al baño antes de que nos vayamos a casa- dice Lía moviéndose de un lado para otro y apretando las piernas. - ¿Puedes hacer que eructe?

- ¿Eructar? - le pregunto yo

-Si, los bebés después de comer deben eructar, Sergio- me mira divertida. Debo tener cara de asustado en estos momentos.

Y aquello es porque tengo miedo.

-Pero yo no sé hacer eso...

-Vamos es fácil- me dice ella y toma a León en sus brazos muy suavemente y mientras lo toma con una mano, con la otra pone una pequeña frazada que tiene para él en mi hombro- Debes poner a León en tu hombro. La cabeza de él debe estar apoyada en tu hombro.

Lía me ayuda a colocar a León en la posición que ella me estaba diciendo. Ya había tomado a León en esa posición antes así que no se me hacía para nada difícil.

-Ahora todo lo que tienes que hacer es golpear su espalda muy delicadamente hasta que suelte algunos eructos- dice y corre hacia la puerta- De verdad que necesito ir al baño.

Y sale corriendo.

Dejándome solo con León

Oh dios, tengo miedo. Lía nunca me había dejado sólo con León y tengo miedo de no saber cómo reaccionar si él me necesita.

Afortunadamente, León está bastante adormilado, aunque no durmiendo del todo.

Comienzo a acariciar su espalda. No me agrada la idea de tener que golpear a mi bebé, aunque sea muy despacio y necesario. Poco a poco voy subiendo la intensidad de los pequeños golpes que doy en su espalda y cuando pienso que es suficiente, lo mantengo. Unos segundos después, León suelta su primer eructo.

Me siento orgulloso conmigo mismo: Hice eructar a mi hijo de dos días y algunas horas.

Unas palmaditas más y León ya está eructando de nuevo. Lo hago por unos minutos y él eructa unas tres veces. No sé cuánto es lo que ellos tienen que eructar, pero pienso que con eso es suficiente y me siento con León en mis brazos.

Balanceo un poco a mi hijo y siento como comienza a quedarse dormido. Deja de mover su mano y las deja sobre su estómago. Su respiración se vuelve constante y sé que ahora sí que se ha quedado muy dormido.

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