Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 40

-¿Y la reunión? ¿Qué va a pasar con eso?

-Voy a llamar para informarles que no llegamos

-¿Tú? –pregunta confundida

-¿Yo qué?

-Vas a llamar ¿personalmente?

-Dani

-Dame el número yo lo hago

-No es gran cosa –se encoge de hombros restándole importancia

-Pero soy tu asistente, es mi trabajo

-Entonces como mi asistente te pido que busques la calefacción o enciendas la chimenea de este lugar, me estoy congelando y no puedes dejar que tu jefecito se muera de frío ¿no? -cambió de tema deliberadamente

-Tienes chofer, podrías pedirle que nos salve -propuso intentando encontrar una solución

-Aun así no podríamos llegar a la reunión, además está de vacaciones

-¿Justo ahora? Pero que mala suerte tenemos

Suspiró haciendo una mueca con los labios. Estaba preocupada por lo que acababa de ocurrir, el auto de Nicholas, quedó casi al borde de la carretera y afuera estaba lloviendo a mares y él, parecía estar muy tranquilo cuando en otra época habría hecho que la lluvia se detuviera solo con su carácter endemoniado.

-Danielle..., la calefacción

-Sí..., claro

Asintió pensativa mientras daba media vuelta para recorrer la elegante pero acogedora casa. Encendió la calefacción y el resto de las luces. Observó a Nicholas, mirar su celular y luego hacer una llamada, se alejó para que no escuchara lo que decía, no le molestó pero era algo sospechoso...

Decidió sentarse en el cómodo sofá frente a una magnifica pantalla curvo gigante. Aunque no encendió la Tv, se quitó el abrigo, sacó su celular del bolso para escribirle a su tía cuando se percató que no tenía cargador y solo le restaba el 40% de batería

Danielle [19:50]: Hola tía Jaz, estoy con Nicholas y sin cargador, íbamos camino a una reunión y el auto falló, estoy bien, estamos en una casa de la familia de él, creo, no te preocupes y nos vemos mañana :)

Nicholas, ahora la observaba pensativo de pie a varios pasos de distancia

-Hablemos

Propuso y luego se sentó de costado para poder mirar a Danielle. Sabía que estaba incómoda con lo que sucedía, con estar en esa casa desconocida.

-¿Quieres hablar? –eso era una sorpresa

-Sí

-¿De qué?

-Lo que piensas tal vez, nunca eres tan callada...

-Solo me parece extraño que estés tan calmado con un contratiempo como este

-Vamos a pasar la noche aquí y mañana veremos cómo resolver el asunto

-Asunto... -negó con la cabeza ¿era la única preocupada?

-¿Tienes hambre? -preguntó cambiando de tema

-Estoy bien...

-Es tarde y hoy no comiste nada, saliste en tu hora de almuerzo

-Comí un sándwich en el camino

-¿En el camino?

-Sí, en el auto de mi tía -explicó al ver su expresión de asco

-¿Qué te pasa? –y más que una pregunta sonó a que exigía una respuesta

-Nada

-Hablemos, a ustedes las mujeres les gusta eso ¿no?

-Vaya..., eres un completo desastre en esto de la "comunicación"

-Te dije que no sé tener una relación y ya estás al tanto

-No se trata de "saber" tener una relación, nadie nace sabiendo nada

-Tal vez, no tengo paciencia pero eso ya es algo que conoces de mí así que acostúmbrate respondió a la defensiva

-Dime una cosa, bueno como pareces tenerle fobia al "compromiso"...-

-Relaciones -la corrigió enseguida

-Lo corrijo, como pareces tenerle fobia a las relaciones y me has dejado claro que solo tienes "encuentros casuales" con mujeres de tu "libreta privada" me recuera lo que vi en esa hermosa casa de verano después del funeral de tu abuelo... ¿que fue eso? ¿También haces lo de llevar extrañas que conoces en bares?

-¿De qué hablas? –ahora su tono era molesto

-Llevaste a una chica ¿también te acuestas con desconocidas?

-¿A qué viene el tema?

-A lo que pretendes hacer...

-No, detesto eso –ella lo sabía...

-Si tú lo dices

Se encogió de hombros fingiendo que no le afectaba cuando era todo lo contrario, Nicholas, solo piensa en tener sexo y como que eso la desanima un poco, sabe que no están allí por error. Encontró el control y encendió la Tv, quería un poco de distracción de su mente y posibles teorías del porqué están allí, aunque eso está más que claro

Pasó un buen lapso de tiempo en los que reinaba el silencio, solo se oía la película que había escogido Danielle, "Titanic". Era una de sus favoritas, no importaba cuantas veces la hubiese visto siempre terminaba emocionada.

-Estaba borracho

-Lo sé...

-Necesitaba contacto físico y el alcohol se me fue de las manos

-Lo recuerdo, te ayudé a despabilar para la reunión con Kobayashi...

Murmuró sin despegar la mirada de la pantalla no necesitaba decir más recordaba perfectamente todo lo que hizo por él y que no le correspondía hacer

-La llame Dani, mientras me la follaba

-¡Uy! ¡No quiero saber eso!

Chilló tapándose los oídos con las manos como niña pequeña

-Si quieres

-¿Porqué? –giró la cabeza para encontrarse son su intensa mirada negra

-Tienes que saber que te llevé con la intención de acostarme contigo

-Si claro –soltó con sarcasmo

-Hablo en serio

-En esa época solo me gritoneabas

-Porque..., me sacabas de mis casillas, tan linda y ni una ceja me levantabas

-Eras mi jefe, aun lo eres, pero no podía arriesgarme a perder el trabajo, necesitaba estabilidad..., y tenía novio

-El hijo de puta ese

-Sí, aunque aún no lo era

-No quiero que te acerques a él, nunca más

-Esta conversación está poniéndose aburrida, y no puedes exigirme nada

-Si te veo cerca de él, no respondo

-Tranquilo vaquero que ni tú eres mi guardaespaldas ni yo soy una tonta, y no vas a interferir en cualquiera de los casos, Cameron, es asunto mío no tuyo, yo lo estoy manejando

-Lo es si te toca

-No, yo decido quien me toca, no tú

-Solo yo te puedo tocar

-Que pesado, no, ya te lo dije, YO DIGO CUANDO

-¿Por qué?

-Porque yo lo digo cariño y enójate, es lo que sabes hacer mejor

Furioso porque no tenía nada qué decir se levantó del sofá y fue a la habitación cerrando de un portazo dejando claro que estaba molesto (qué novedad). No salió hasta pasadas las 12 de la noche. Danielle, se encontraba  acurrucada con una manta felpuda se había quedado dormida mirando la película y ya solo aparecían los créditos en la pantalla

Con sumo cuidado Nicholas, se acercó para cargarla hasta la habitación, intentó no moverla mucho pero en cuanto la dejó sobre la cama ella se despertó

-¿Qué haces? -preguntó con los ojos cerrados

-No vas a dormir en el puto sofá -soltó malhumorado

-Prefiero eso a dormir con un gruñón mandón -refunfuñó sin moverse

-Una pena

Y sin importarle que no estuviese de acuerdo le desabotonó el pantalón y comenzó a bajárselo cuando ella de un salto se sentó en la cama y lo apartó de un manotazo

-¡Qué crees que estás haciendo!

-Tienes que quitarte la ropa para dormir

-¿Es una regla ahora? No quiero quitarme nada

-No seas testaruda

-¡Mira quién lo dice!

-No vamos a discutir ahora -le advirtió contenido las ganas de soltar una palabrota

-¿Por qué no? -preguntó sorprendida-. Tenemos que hablar del hecho que lo único que buscas de mí es tener sexo, desde que cruzamos la puerta de esta "casita para dos" que es en lo único que piensas

-Te equivocas –espeta ofendido y una pisca de sorpresa por la acusación 

-Conozco esa mirada, no mientas –insistió desanimada

-Estás alucinando ¡ni que fueras la última mujer en la tierra!

Ouch...

Con la boca abierta lista para abofetearlo por ese comentario de mierda, Danielle, se contuvo, lo pensó mejor y decidió salir de allí con su frente en alto. Se levantó de la cama, se subió los pantalones y regresó al sofá, se tragó las ganas de llorar al sentirse de pronto humillada con tanta facilidad, como si hubiese estado realmente alucinando que lo único que Nicholas, quiere de ella es sexo cuando él, mismo lo ha dicho y ahora finge que no es así y para peor la hace sentir mal

Regresó a la sala y tomó asiento en el sofá a la espera de la reacción del demonio prepotente y mandón.

-Regresa a la habitación

Le ordenó en tono demandante, allí estaba el Nicholas, que conocía

-No

Negó Danielle, con la cabeza sin voltearse a mirarlo

-Solo es una cama, no seas absurda

-No quiero dormir en la misma cama que tú porque soy..., absurda -murmuró con un nudo en la garganta ¿cómo podía ser tan odioso y no notarlo?

-¿Y dónde vas a dormir? Toda la cabaña está diseñada para una o dos personas como máximo

Suelta petulante, como si no existiera ningún otro lugar en el que dormir y no le quedara más remedio que rendirse a lo que él, exigía

-Voy a sentarme en este acogedor sofá a mirar TV y si me da sueño puedo dormir aquí o en el piso, no tengo problemas, no necesito una cama

-Estás bien loca si piensas que te voy a permitir pasar la noche en un sofá, la cama es grande, hay espacio para ambos

-Te conozco, estas disfrutando todo esto así que NO me voy a meter en esa cama contigo

-Qué odiosa te pones

-¡Ha! No soy yo la que ofende con sus comentarios

Se giró para fulminarlo con la mirada algo vidriosa pero no iba a llorar frente a él, se negaba a que supiera como herirla con un simple comentario

-Tú me provocaste

-Si tú lo dices...

Se acurrucó contra el respaldo del gigantesco sofá y se cubrió con la manta mientras volvía a encender la Tv. Nicholas, la observó indignado con su comportamiento, claro quería que hiciera lo que él demandaba y con una sonrisa.

Se quedó de pie mirándola por un buen rato antes de sentarse e insistir con lo que quería. Una hora después ella se durmió y cuando tuvo la intención de volver a cargarla Danielle, se despertó de golpe acomodándose en el sofá y fingiendo que no quería dormir

-Tienes dos opciones -gruñó Nicholas-. Ir voluntariamente a la cama y dormir como corresponde porque está claro que estás agotada o te voy a llevar yo y amarrar a la cama si es necesario. Tú decides

Sin mencionar una sola palabra Danielle, se levantó del sofá arrastrando la manta con ella caminó descalza hasta la habitación fulminándolo con la mirada al pasar por su lado. Se acurrucó en el lado izquierdo lo más lejos posible de Nicholas, envuelta en la manta y cerró los ojos. Lo escuchó maldecir y patear todo a su paso hasta que se metió en la cama, se acomodó de costado con la mirada clavada en ella, podía sentirla tan cerca pero lejos al mismo tiempo

A las 5 de la madrugada Danielle, despertó muerta de calor, seguía vestida y envuelta con la manta solo que ahora también la envolvía Nicholas, con sus brazos y cuerpo, estaba prácticamente montado sobre ella y con una erección imposible de pasar por alto. Intento moverse para tener un poco de espacio, se sentía sofocada

-Te deseo –le susurró casi con dolor

-Lo sé..., me estas apuñalando

-Estoy rallando en la desesperación -confesó soltando la respiración con fuerza contra la nuca de Danielle

-Tienes que acostumbrarte a que las relaciones no son como piensas, contigo dando órdenes y conmigo obedeciendo, ambos tenemos que querer, no puedes presionarme si no estoy de humor o cómoda o lo que sea

-Estoy acostumbrado a tener lo que quiero y eso incluye el sexo

-¿Y tratarme como a una más?

-No quise decir eso, solo..., se me salió

-Lo estabas pensando y con muchas ganas para que "se te saliera"

-Me frustra que me gustes tanto, que te necesite aún más, que me esfuerce por ser quien necesitas para poder funcionar, para tratarte bien, claro que no eres una más, pero...

-Eres hombre y te gusta el sexo

-Sí y no pienso que eso esté mal

-No..., no eres tú, soy yo soy la del problema –confiesa con pesar

-¿Qué problema?

-Tengo miedo..., yo..., no tengo mucha experiencia en relaciones y la única que puedo rescatar es la primera que tuve, era tan simple, no había sexo, ni mentiras..., las otras dos una fue desilusión y la otra un abusivo ¿Cómo vas a ser tú?

Nicholas, no supo qué decir, su confesión lo tomó completamente por sorpresa. Pensó varios minutos en cómo quiere ser con ella y para ella. Se aferró con más fuerza a su cuerpo y le susurró con un tono absolutamente sincero y libre de mentiras

-Mejor

Danielle, suspiró aliviada por aquello, se movió para que aflojara su agarre y se giró en sus brazos para poder estar de frente y mirarlo a los ojos, pese a la oscuridad de la habitación

-No quiero hacerte daño

Susurró acercando su rostro al de Danielle, para besarla en la mejilla salada por una lágrima rebelde que había escapado

-Me gusta pasar tiempo contigo, tenerte cerca todo el día..., no solo por sexo lo prometo

-Me hace sentir bien cuando quieres desayunar conmigo..., o cuando me recoges por la mañana, me recuerda que sí piensas en mí

-Todo el día y toda la noche Dani

-Esta mañana me quedé dormida porque me desvelé pensando en ti y lo que hacemos

-Eres una muñequita, quisiera tenerte así de cerca y abrazarte todo el tiempo y...

-Continúa... –pidió al ver que dejaba de hablar

-Y a veces me siento ridículo, yo no hago esas cosas no lo necesito..., pero tú me provocas desearlo

Con el pecho hinchado de sensaciones y sentimientos Danielle, sacó sus manos del interior de la manta y sosteniendo el rostro de Nicholas, lo besó apasionadamente demostrándole que ella se sentía igual de desesperada por verlo y pasar el día juntos

-Tienes que usar condón... -jadeó sobre sus labios antes de volver a besarlo

-¿Condón?

-Si -suspiró y lo besó nuevamente

-Noo -gimoteó

-Es la condición, protección -arrastró sus uñas por su mentón acariciándolo con suavidad

-Pero..., tú..., te pones la inyección, lo sé, no quiero usar nada

-¿Cómo sabes eso? -quitó sus manos del rostro de Nicholas

-Vi tu agenda, hoy fuiste a eso

-Me salté la del mes pasado

-¿Por qué? -gruñó en tono de reproche

-Mi jefe no me pagó

-El tarado ese

-Tú decides

-Desde hoy yo me hago cargo del anticonceptivo –y lo decía en serio

-Ni lo sueñes

-Te voy a comer completa –prometió

-Protección

-Está lloviendo

-¿Qué quiere decir eso? -preguntó confundida ¿ya no quería hacerlo?

-Tengo que ir hasta el auto –se quejó

-Oh que pena, seguro que encuentras un paraguas

Bufando se lanzó a besarla hasta dejarla sin aliento y luego se levantó de la cama, encendió la luz de la mesita de noche y se vistió, solo llevaba el bóxer

Antes de salir de la habitación se detuvo para tener otro vistazo de Danielle, le fascinaba el modo en que se sentía estando con ella, era como otra persona, era un Nicholas, más sereno, estaba embriagado, se detuvo en el umbral para decirle con la voz más erótica y cargada de deseo del planeta

-Desnúdate o haré añicos tu ropita y no tendrás nada que usar excepto una sábana..., o nada, mejor que sea nada

Con mariposas revoloteando en su interior Danielle, lo observó salir de la habitación, se mordió el labio impaciente por que regresara, estaba excitada y nerviosa a la vez "uff", había llegado el momento. Han pasado años desde que un hombre la vio completamente desnuda y a diferencia de su ex novio (el segundo) Nicholas, es diferente..., si bien le gusta, LE ENCANTA, no deja de sentirse insegura y llena de defectos, es delgada pero tiene curvas, no es una chica fitness y tiene uno que otro rollito indiscreto, son inseguridades que teme las vea y critique como lo hacía antes con su trabajo, incluso con su ropa

Diez minutos después se escuchó la puerta cerrándose y los apresurados pasos de Nicholas, hasta verlo detenerse en el umbral de la puerta, llevaba una media sonrisa pícara y una caja de condones que agitó en el aire para que los viera bien, para que la reconociera

-No puedo creer que aún tengas eso

Era la caja de condones que le hizo comprar el primer mes de trabajo en la empresa.

-Por supuesto, nunca pensé en usarlos –una media sonrisa ladeada escapó de sus labios, culpable.

-¿Por qué me hiciste comprarlos?

-Para que supieras el tamaño de mi pene

-¿Qué? –chilló incrédula, siempre lo era cuando bromeaba

-Para ponerte a prueba

-¿Seguro que no están vencidos? –preguntó conteniendo la risa

-Son 12 y están perfectamente bien

Le informó con suma tranquilidad mientras la devoraba con la mirada intentando quemar telepáticamente esa entrometida sábana que le bloqueaba la visión de ese curvilíneo cuerpo que lo había vuelto loco

-Deja que te vea, quita la sábana

Danielle, tragó saliva con fuerza, estaba pasando...

Lentamente soltó la sábana que sostenía debajo de sus brazos para revelar su pecho y torso solo llevaba la ropa interior, no se sentía tan valiente..., esperó nerviosa a que Nicholas, dijera algo pero cuando levantó la mirada hacia él, lo encontró hipnotizado observándola y eso le gustó

-¿Te vas a quedar allí mirando?

Sin romper la conexión de sus ojos, Nicholas, se desnudó completamente, la ropa voló por los aires, la caja en sus manos explotó con el tirón que le dio para abrirla, agarró un par de preservativos del piso, se puso uno con prisa y fue por ella... gateó sobre la cama dejó los condones que llevaba en la mano a un lado mientras que con la otra acabó de revelar los muslos desnudos de Danielle. Estaba sentada sobre sus talones con la respiración cada vez más acelerada mientas lo observaba, cada uno de sus movimientos, el modo en que le acarició las piernas y la ayudó a recostarse, acomodó cada una de sus piernas alrededor de él...

Nicholas, estaba literalmente sin aliento, no dejaba de recorrer el cuerpo de Danielle, con ojos y manos ya no aguantaba más, pero necesitaba controlarse, contenerse no quería asustarla así que volvió a sus piernas, sus tobillos, los acarició ascendiendo lentamente hasta sus muslos provocándole escalofríos en su camino a la meta, el trasero. Había desarrollado una obsesión con esta parte del cuerpo de Dani. Con la mano llena y un placer difícil de explicar le apretó con ganas y una mueca fugaz cruzó el rostro de ella, llenándolo de satisfacción, aquel trasero protagonista de sus más oscuras fantasías, la acomodó sobre su costado izquierdo para encontrar la marca de sus dientes en su piel inmaculada, besó la marca con hambre antes de subir en un sendero de besos hasta su cuello dándole pequeños mordisquitos, continuó su inspección mediante el tacto y llegó  a la parte superior..., su respiración se entrecortó cuando vio esos redondos y perfectos pechos al fin todos para él, pero no los tocó, en su lugar le susurró al oído luego de besarla con ternura en los labios

-Oh demonios, eres tan hermosa..., y más

-Nic... -gimió embriagada

-No voy a hacer nada si tú no lo aceptas

-Me alegra escuchar eso

-Cuando tú quieras no cuando yo diga

-Si...

-Ya no aguanto

Besó sus pechos provocándole escalofríos de placer

-Oh Nic..., yo

-Shhh, no digas nada solo quiero disfrutar de esto y tus sonidos así que no te aguantes nada, nada...

Como pudo asintió de acuerdo y seducida con su voz y palabras. Permitió que Nicholas, le hiciera todo lo que quisiera...

Varias veces.

A las dos de la tarde con una sed terrible sed y ganas de ir al baño despertó Danielle, completamente desnuda y recostada sobre el pecho de Nicholas, lo observó dormir con una tremenda sonrisa de satisfacción, la noche..., no, la mañana había sido perfecta, la hizo sentir especial, ni rastros del antipático que soltó pesadeces horas antes, este hombre le hacía sentir mariposas en el estómago solo con una simple miradita...

Con cuidado de no despertarlo lentamente se fue separando hasta conseguir salir de la cama sin despertarlo, corrió al baño a orinar. Frente al espejo sin ropa y llena de marcas rojas alrededor de sus pechos le hicieron recordar lo mucho que Nicholas, se deleitó..., y solo eso bastó para ruborizarse. Riendo se dio una rápida ducha, por suerte había shampoo y acondicionador para poder hacer algo con su cabello, lo llevaba alborotado casi como un afro, y no había nada más terrible que su cabello después de una noche loca, era un nido de águilas.

Nicholas, dormía desnudo sobre el revoltijo de sábanas dejando a la vista su erección

Alegre y de muuy buen humor se envolvió en una esponjosa bata, envolvió su cabello en una toalla en forma de turbante y se fue a la cocina, moría de hambre... Pero la cocina no es lo suyo, Danielle, intentó preparar waffles, hizo la mezcla pero no dio resultado así qué pasó a los huevos ¿qué podía salir mal con unos simples huevos revueltos?

Nada

Excepto que te distrajeran y se pegaran al sartén.

Las fuertes manos de Nicholas, la agarraron de la cintura y se movieron hasta el nudo que cerraba su bata, lo deshicieron lentamente mientras podía sentir su agitada respiración contra el oído hasta que esa erótica voz cargada de deseo rompió el silencio

-¿Por qué no estás en la cama?

Y sin darle tiempo a responder y con una media sonrisa malévola le subió la bata y con ayuda de su mano la penetró sin absolutamente ningún cuidado, a lo bestia

-¡¡Nic!!

-Te lo dije

-Pero...

Intentó protestar pero las caderas de Nicholas, comenzaron a trabajar lentamente.

-Pero ¿qué?

-Solo tenía hambre...

Sin darle tiempo a decir algo más comenzó a mecerse con más fuerza, presionándola contra la encimera, haciendo que todos los artículos de cocina se cayeran al piso

-Sí, yo también tengo muuucha hambre

-Mis..., tripas ru..gen –consiguió decir antes de soltar un gritito de placer ante sus embestidas duras.

-Yo también voy a rugir si no volvemos a la cama

-¿Por qué estás..., tan..., molesto? –un nuevo gemido de placer salió d su boca mientras intentaba hablar

-Todo lo que quería era despertar y tenerte cerca, pero no estabas en la cama

-Lo siento

-¿Por qué no me despertaste? –se detuvo para escuchar su respuesta

-Estabas soñando lindo, sonreías

-Lindo, te voy a demostrar lo lindo que soy

Volvió al ataque embistió y embistió como loco, como si la noche anterior no hubiese pasado. Como si fuese esa primera vez en el baño de aquel club. No pasó mucho antes que Danielle, llegara al límite temblando contra la isla de la cocina, estremecida de placer recibiendo las últimas embestidas antes que Nicholas, gimiera con fuerza y se dejara caer contra su espalda sosteniéndolos a ambos con sus brazos y manos aferrados al borde del mueble

-Volvamos a la cama... -jadeó agotado-. Aun no acabo contigo

-Hiciste un..., un desastre -consiguió decir sin aliento

-Date la vuelta –susurra riendo provocándole escalofríos con su aliento

Intentó empujarlo para hacer lo que le pedía, pero seguía dentro de ella y sin intenciones de salir

-Tienes que moverte

-No quiero

-Entonces nos quedamos aquí –suspiró sonriente

Fingiendo un gruñido Nicholas, se apartó sin previo aviso, la giró por la cintura y apreció su cuerpo descubierto antes de besarla apasionadamente mientras sus manos le exprimían los pechos con desesperación..., y Danielle, no se quedó quieta, ella también quería tocar. Deslizó ambas manos por esos perfectos abdominales hasta llegar a su pene y la sorpresa que se llevó cuando descubrió que no había usado condón no le gustó para nada. Lo empujó lejos y se anudó la bata.

-¿Qué te pasa?

-Lo único que te pedí fue protección

-Yo...

Confundido se miró y se sorprendió al ver que no llevaba condón, había salido tan rápido de la habitación al no verla que cuando se la encontró en la cocina no pensó en nada, su cuerpo reaccionó con vida propia..., o sus bolas

-¡Eres un tramposo de lo peor!

Furiosa pero más que nada preocupada regresó a la habitación, se metió en el baño y regresó a la ducha. Se tomó su tiempo para salir de allí, cepilló su cabello rebelde y cuando salió Nicholas, la esperaba, seguía desnudo y a él parecía no importarle en lo absoluto.

-No fue a propósito

-Eso te pasa por impulsivo, es peligroso que olvides algo tan importante –se cruzó de brazos mientras intentaba mantener su mirada en el rostro y no en su increíble anatomía

-No te enojes, no quiero arruinar el momento..., nuestro momento

-Hablando de eso..., creo que debemos regresar

-El auto está malo

-El auto está bien y perfectamente estacionado en la entrada de la casa –suspiró para nada molesta

-Yo...

-Tal vez si me hubieses invitado a venir no habrías tenido que mentir, detesto las mentiras Nicholas

-Una noche más, por favor... -pidió sinceramente

-Nos vamos el sábado por la mañana

-¿Por qué tan pronto?

-Tengo un compromiso

-Con ese DJ –gruñó arrugando su ceño

-Con mi tía, a Aaron, lo voy a ver el domingo

-¿Por qué?

-Somos amigos, tenemos que vernos para que siga siendo así ¿no crees?

-¿Y yo?

-Tú no eres mi amigo ¿verdad? -insinuó con un guiño-. Además nos vemos toda la semana y tal vez mañana por la noche necesite a alguien que me acompañe a ir por un trago, ha sido una semana difícil

-Bien, acepto eso y esa cita a la que me invitaste queda pendiente

-La invitación sigue en pie

Aliviado y satisfecho con lo que propuso fue por ella, tuvieron sexo con más calma antes que Nicholas, le demostrara sus habilidades para preparar tostadas y chocolate caliente, claro que el desastre seguía en el piso, se negó a los ofrecimientos de Danielle, de limpiarlo todo, no quería que hiciera nada salvo estar con él.

El fin de semana perfecto.

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