Lo que dijo Daniela era cierto, porque la esposa deseada de Lucas era la hermana de Olivia, Aurora, y no ella.
Después de un tiempo, Olivia se río a la ligera.
—Sí, ¿y qué? De todos modos, Lucas no querría casarse contigo.
—¡Maldita sea! —El rostro obeso de Daniela se había retorcido por la ira.
Su respiración era cada vez más acelerado por la furia que sentía, hasta que levantó la mano para pegar a Olivia. No obstante, Olivia la esquivó, pero al instante, sonó una fuerte bofetada. Cuando Olivia se giró hacia atrás, vio que su madre se había interpuesto para recibir la bofetada por ella.
—Mamá... —Olivia gritó sorprendida.
El lado izquierdo del rostro de Yolanda estaba hinchado, se veía con claridad la figura de la bofetada enrojecida en su cara blanquecina y la comisura de la boca estaba sangrando.
Olivia frunció el ceño con fiereza, le dolía tanto el corazón que iba a devolverle la bofetada, pero fue detenida por Yolanda.
—Olivia, no. Pase lo que pase, Daniela es tu tía y no deberías discutir con ella...
Daniela miró a Olivia con una sonrisa muy orgullosa, porque abofetear a su madre igual servía como castigo para ella. Pero en realidad tampoco se atrevía a pegarla, ya que tenía el título de “señora Montenegro”.
—Cariño, vamos, vendremos otro día para que Yolanda lo acepte.
—Adiós, Yolanda y Miguel. Os visitaremos otro día —asintió Rolando.
Cuando Rolando y su esposa salieron, Olivia se sintió aliviada y acarició lentamente el rostro enrojecido e hinchado de su madre.
En verdad, ella podía entender por qué su padre quería más a Aurora, puesto que era siempre mejor que ella, tanto en estudios, como en la apariencia física. No obstante, ambas eran sus hijas. ¿Por qué preferiría que Olivia fuera a la cárcel en vez de Aurora?
—Olivia, no culpes a tu padre, porque desde que se casó conmigo, siempre ha sentido pena por Aurora y encima fue a la cárcel por tu culpa. Ese es el motivo por el que tu padre te culpa... —Yolanda suspiró—. Cuando tengas tiempo, ve a la cárcel a visitar a tu hermana, al fin y al cabo, se lo debes.
Aunque Yolanda dijo esa última frase en voz baja, Olivia lo oyó con claridad y se sintió herida.
Todo el mundo la culpaba por haber estropeado la vida ideal de Lucas y Aurora, pero nadie sabía que ella había destrozado su vida, que originalmente era libre y tranquila.
—Bueno, iré a verla por la tarde —asintió Olivia con una triste sonrisa.
En esos últimos dos años, la única persona a la que no quería enfrentar era a su hermana.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: QUIÉREME COMO YO TE QUIERO
Buenos días: cómo está? cuando subirán más capítulos. Saludos...