Al caer la noche, cuando Evrie regresó al hotel y apenas había dejado caer sus bolsas de compras, Farel la empujó contra la puerta de su habitación.
Sus besos eran como una tormenta, imparables.
Evrie, rodeando su cintura y obligada a inclinar su cabeza para recibir sus besos, se encontró con su mente girando a toda velocidad.
El día había sido menos sobre acompañar a Farel y más sobre él acompañándola a ella en su jornada de compras, no solo había conseguido todos los productos de belleza para sus colegas, sino que también había obtenido una cadena de diamantes sin pagar nada.
Sentía que había salido ganando en el trato, y sin poder evitarlo, le respondió al beso.
—Toc, toc, toc—
De repente, unos toques en la puerta interrumpieron el momento.
Evrie se tensó completamente, se quedó paralizada.
El sonido venía desde afuera y, con la espalda pegada a la puerta, podía sentir las vibraciones de los golpes.
—Evi, ¿estás ahí? Acabo de volver de la obra y pensé en llevarte a cenar. Hay un restaurante con comida típica local cerca que está buenísimo. Vamos a probarlo juntos—, se escuchó la voz de Leandro desde afuera.
El corazón de Evrie latía aún más rápido. Estaba a punto de hablar cuando Farel, con un movimiento repentino, bajó la cabeza y le dio un beso aún más apasionado y fuerte.
—Mmm...—
Ella intentó empujarlo, pero Farel la inmovilizó, comenzando a desabrochar su blusa mientras seguía besándola con furia en sus ojos.
Ya estaba en problemas, él estaba enojado de nuevo.
Evrie no sabía qué hacer.
Leandro golpeó la puerta un par de veces más, mostrándose insistente, e incluso se escuchó a los empleados del hotel hablando con él fuera de la habitación.
Discutían si a Evrie le había pasado algo, si sería necesario abrir la puerta con una llave de repuesto.
Evrie sentía que su corazón se le había subido hasta la garganta.
Agarrando el rostro de Farel, le respondió con fuerza por unos segundos hasta que, aprovechando su breve distracción, rápidamente cubrió sus labios con su mano y se dirigió hacia la puerta.
—Maestro, estaba duchándome y ya cené. Hoy no saldré, nos vemos mañana, ¿vale? —
—¿Ya te estás bañando y descansando tan temprano? ¿No te sientes bien o es que no te ha sentado bien el cambio de clima? —, le preguntó Leandro con preocupación.
¡Había tantas cosas que no estaban bien!
—¿Quieres tu pago? —
—Sí—, dijo ella.
—Convénceme, pídemelo—.
Evrie—......
Pedirle dinero era realmente complicado.
Ella levantó su rostro y rodeó su cuello con sus brazos, ofreciéndole sus frescos labios. La práctica hacía al maestro, y sus habilidades para besar habían mejorado gracias a las "enseñanzas" de Farel.
Farel observó esos ojos entrecerrados, tan bonitos y claros, pero sin un ápice de amor en ellos, solo era una formalidad, como si fueran parte de una tarea.
Incluso en un beso, ella tenía la habilidad de hacerlo sentir como si estuviera resolviendo un problema de matemáticas, con seriedad y lógica.
Farel la abrazó fuerte contra su hombro y mordió su oreja con fuerza.
—Evrie, eres una pequeña estafadora—.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...