Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 161

Evrie salió de la cocina y de inmediato se dio cuenta de que Farel tenía un semblante bastante sombrío.

Los dulces que reposaban en la mesita de centro permanecían intactos.

Se sentó junto a él y le ofreció un pedazo de pastel —¿Quieres un pedazo de pastel? Es de la empresa, están bastante buenos—.

Farel no le respondió, su rostro seguía ensombrecido.

Evrie, entonces, comenzó a comer sola, disfrutando del sabor dulce, suave y pegajoso del pastel. Realmente le gustaba.

Cuando iba por la mitad, de repente, una mano grande le agarró la mejilla y Farel la miraba fijamente.

—Evrie, ¿no tienes nada que decirme? — Le preguntó él con voz grave.

—¿Decirte qué? — Le respondió ella, estaba claramente confundida y con las mejillas aún infladas, luciendo inocente y desconcertada.

¡Estaba fingiendo!

Farel, sin decirle más nada, la besó, capturando su rostro entre sus manos.

El sabor dulce y húmedo del bizcocho se esparció entre ellos, mezclado con el aroma fresco y único de Farel, embargando por completo el paladar de Evrie.

Su beso era apasionado y furioso, como si trajera consigo un torbellino de ira.

Evrie no pudo resistirse, intentó girar la cabeza para escapar de sus besos, pero él la mordió con fuerza.

—¡Ay! — exclamó ella, con un gemido de dolor que casi le saca las lágrimas.

Farel no tenía intención de detenerse, con una mano tomó ambas manos de ella y las levantó sobre su cabeza, presionándola contra el sofá con su cuerpo grande y pesado.

Él seguía sin hablar, pero sus movimientos eran todo menos suaves.

No fue hasta que Evrie, con lágrimas en los ojos, comenzó a quejarse del dolor que él aflojó un poco, aunque su mirada oscura no dejó de fijarse en su rostro.

Con los labios apretados y los ojos húmedos, Evrie miró a Farel y le dijo con voz llena de agravio.

—Dr. Farel, ¿qué te he hecho para que te comportes así? —

Farel sonrió con frialdad. —¿Así que vas a irte a Brasil con Leandro para cumplir tus sueños y desarrollar tu carrera? ¿No puedes sacrificar tu futuro por un hombre, verdad? —

Evrie, sorprendida, le preguntó: —¿Cómo lo sabes? —

—Así que es cierto—, concluyó él.

—No es eso...— Evrie intentó explicarle, pero fue interrumpida por otro beso apasionado.

Ella agarró el borde de su ropa con dolor, resignándose a sus deseos.

Su mente estaba confusa, no entendía por qué Farel estaba actuando tan loco.

—No voy a ir con Leandro a Brasil. ¿Por qué no me escuchas...? —

Evrie trató de agarrar sus hombros mientras él la abrumaba, su voz se quebraba y hablaba entrecortado.

—Pequeña mentirosa, ¿quieres seguir engañándome? —

Ese hombre, sin siquiera averiguar la verdad, se había enfadado y la había tratado así...

—Dr. Farel, ¡me has malinterpretado! — le reclamó Evrie con una voz ronca y un ligero sollozo.

Farel la dejó con los labios adoloridos por sus besos feroces y repentinos. Sus muñecas también le dolían, y más aún aquella parte íntima de su ser…

Miró hacia abajo, hacia ella que estaba debajo de su cuerpo, con los ojos rojos e hinchados, como si estuviera a punto de llorar. Su cabello estaba un desastre, y tenía una expresión tan triste y desamparada que parecía la mismísima imagen de la desolación.

Le dio pena de repente, y con un sentimiento de culpa, besó sus labios con ternura.

—Perdona, me comporté mal hace un momento —susurró Farel, acercando su boca al oído de Evrie con una voz ronca y suave—. ¿Qué quieres para compensarte? Lo que sea, te lo daré.

Evrie, que se sentía bastante afligida, sintió cómo se le iluminaban los ojos al oír la palabra "compensación".

Sacó su celular y lo agitó frente a Farel, aunque su voz todavía sonaba ronca.

—¿Me vas a depositar dinero, Dr. Farel?

Él no pudo evitar sonreír ante su comentario.

—¿Todavía piensas en mi dinero después de todo lo que ha pasado? —bromeó Farel.

Evrie negoció con él: —Es por daño emocional, no puedes evadirlo. —

—Está bien, si te portas bien y cooperas conmigo, te voy a dar el doble —Le prometió Farel, mientras se inclinaba sobre ella y empezaba a seducirla suavemente.

Ella se quedó sin palabras...