Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 281

Olivia entrecerró los ojos al ver a Evrie a lo lejos y preguntó con descontento a Farel:

—¿Así que esto es a lo que te referías con llevarme a una cita después de haberle prometido a tu papá?—

Farel asintió con la cabeza: —Sí.—

Olivia replicó: —¿Quién ha oído de alguien que lleva a su cita a un zoológico?—

Farel señaló hacia un par de personas no muy lejos.

—Mira, aquellos también están en una cita, ¿no?—

Justo en ese momento, Valerio se acercó tranquilamente y saludó con confianza.

—Ey, hermano Farel, ¿ya terminaron de comer y vinieron al zoológico a caminar un poco?—

El tono de Farel era frío y venía con segundas.

—Nunca he tenido una cita, pensé en aprender de ti.—

Valerio rio con soltura: —¿Aprender de mí? Si nunca he salido con una chica, ni tengo prometida. No tengo la experiencia que tú tienes.—

Farel sonrió con ironía: —Parece que tienes más experiencia de la que pensaba, hasta para robarle la chica a otro. Te subestimé antes.—

Valerio arqueó una ceja: —Habla con pruebas, yo siempre he perseguido a las mujeres de frente, nunca he hecho algo tan bajo como robarle la novia a otro, no me acuses sin razón.—

Los dos intercambiaron palabras afiladas, sin darse tregua.

Evrie estaba incómoda al margen.

Y aún más incómoda al ver a Olivia en persona.

El recuerdo de lo ocurrido en el club no dejaba de resonar en su mente, haciéndola sentir como si fuera ella quien estuviera metiendo la pata.

Tiró suavemente de la manga de Valerio y le susurró: —Déjalo ya, vámonos.—

Valerio, sin ganas de seguir discutiendo con Farel, asintió con decisión.

—Vamos, hay mucho más por ver aquí, te llevaré a otro sitio.—

Justo cuando arrancaban el carro, vieron que el carro de Farel seguía justo detrás del suyo.

Valerio dio varias vueltas a propósito, pero el otro carro seguía detrás sin prisa y sin poder deshacerse de él.

Harto, Valerio detuvo su carro, salió y golpeó la ventana de Farel.

—¿Por qué nos sigues?—

Farel respondió con indiferencia: —Es mi primera vez aquí, no conozco el lugar. ¿No eres tú el embajador de buena voluntad de este sitio? Sería de ayuda que nos guiaras, haz de guía turístico por una vez.—

Valerio... —

Simplemente diga que desea vigilar a otros.

En vez de andar con rodeos.

Qué fastidio.

Estaba a punto de replicar cuando Farel agregó con tono sombrío.

Olivia, sentada atrás, se sentía frustrada y no podía expresarlo.

Joan, al volante, estaba nervioso.

Finalmente, en el próximo cruce, Olivia no pudo más y su tono se rompió por completo.

—¿Qué intentas demostrar, haciéndome ver tu celos por otra mujer delante de mí, Farel? ¿Alguna vez has pensado en mis sentimientos?—

Farel la miró con frialdad y hasta con cierta burla.

—¿No te buscaste todo esto tú misma?—

—¿Qué quieres decir?—

—Organizaste una comida familiar a mis espaldas, cambiaste el restaurante en el último minuto, y todo para crear este encuentro casual, para que yo viera con mis propios ojos a Evrie con otro hombre. Ahora que lo lograste, ¿qué más quieres?—

El corazón de Olivia se sobresaltó.

Sus pupilas se dilataron—Tú... ¿cómo...?—

Él lo sabía todo, ¿cómo era posible?

—Te lo dije, no hagas nada a mis espaldas a menos que puedas enfrentar las consecuencias.—

La voz de Farel era tranquila, impregnada de una indiferencia heladora.

—Como en esta ocasión, intentando usar a Evrie para provocarme, queriendo que me enfadara, que la despreciara.—

Hizo una pausa, volvió hacia ella con una mirada oscura como un abismo—Eres un poco ingenua, en el mundo de los hombres, frente a un amor no correspondido, surge la frustración de no obtener lo que se desea, nace la envidia, pero nunca se pierde la esperanza por completo.—

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