Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 31

—¿Ya volviste? —

La puerta de la cocina se abrió y Evrie apareció con dos platos de ensalada fresca en las manos.

Todavía llevaba la bata de baño de anoche, con su escote en V algo suelto revelando sutilmente su delicada clavícula. Su rostro pálido aún estaba un poco hinchado.

Se veía tan vulnerable.

Sobre su cuello se dibujaban algunas marcas moradas, como recuerdo de lo que le hizo ese borracho la noche anterior...

La mirada de Farel se oscureció ligeramente y se posó en los platos sobre la mesa, arqueando una ceja hacia ella.

—¿Esto lo hiciste tú? —

Evrie simplemente asintió con la cabeza. —Te debo agradecer por salvarme anoche, un desayuno es lo mínimo que te puedo ofrecer. —

Farel se sentó y con una sonrisa burlona soltó —Tu agradecimiento ya me lo diste anoche, ¿no es así? —

El rostro de Evrie se encendió de inmediato.

—Yo...— Empezó a hablar, pero de pronto no supo qué decirle.

—Vamos, siéntate a comer. — Farel cogió una cuchara y la invitó a sentarse en la mesa.

Evrie cerró la boca y se sentó frente a él, distraída y bebiendo su caldo.

Las imágenes de la noche anterior no dejaban de revolotear en su mente. Las primeras veces fueron un trato, pero ella no sabía cómo definir lo de esta vez.

¿Amigos con derechos? ¿Un encuentro de una sola noche?

¿O simplemente un entendimiento tácito entre adultos?

—¿Cuánto pagas de alquiler? — Farel preguntó de repente.

Evrie volvió en sí y le respondió por inercia —1500. —

En el centro de Alnorter, esos eran los cuartos más baratos que se podían encontrar.

—Consigue otro lugar. —

—¿Eh? —

—Múdate de ahí, ¿entendido? — Farel la miró y se lo repitió.

Aunque Evrie no entendía, al encontrarse con esa mirada penetrante e irresistible, sacó su móvil y agregó obedientemente su número.

Luego le transfirió dinero a su cuenta bancaria

Al ver que él le había transferido 50000, Evrie alzó sus ojos hacia él, estaba sorprendida.

—Guarda bien el dinero, no tengo la costumbre de acostarme con mujeres sin compensarlas. Toma el dinero y alquila un lugar decente, no andes por esos barrios de realojo, no siempre podré salvarte con tanta precisión. —

Farel guardó su teléfono, volviendo a su expresión distante y tranquila del día.

¿Así que todo lo que había hecho y dicho la noche anterior solo había sido por una noche de pasión?

Era solo otro trato, después de todo.

Evrie se quedó paralizada por unos segundos antes de asimilar rápidamente la situación. Se quedó pensativa por un momento, mirando la cantidad de dinero que él le había transferido.

—Dr. Farel, qué generoso. Entonces, muchas gracias, Dr. Farel. —

Farel frunció el ceño al escucharla, percibiendo un dejo de sarcasmo en sus palabras.

Entrecerró los ojos y le dijo en un tono de voz bajo —Evrie, si alguna vez necesitas dinero...—

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