En un instante, una mano grande y de nudillos marcados cubrió de repente sus ojos.
La voz grave de un hombre resonó en su oído— No mires. —
La mente de Evrie zumbaba, estallando en un millón de pedazos.
Ella lo había visto todo.
Linda.
¡Era Linda!
Se había caído del sexto piso.
Ante los ojos de Evrie se extendía una oscuridad total, no podía ver nada.
Detrás de ella, la única presencia era la de un hombre con su aura fresca y única, disipando el olor a sangre que flotaba en el aire.
Evrie intentó apartar la mano de Farel, pero él la mantenía firmemente sobre sus ojos.
—Joan, encárgate de esto. — Su voz sonaba como una orden.
—Entendido. — Joan sacó su móvil y marcó un número apresuradamente.
A su alrededor, los gritos de la gente se mezclaban, llegando uno tras otro a los oídos de Evrie.
Su corazón latía cada vez más rápido.
En su cabeza, solo podía ver la imagen de hace un momento.
Linda había muerto.
Había muerto en Nochebuena.
¡Fue un asesinato premeditado!
Todo era una advertencia para ella, y a la vez, un espectáculo preparado para aterrarla.
Con el rostro pálido, Evrie apretó el teléfono en su mano y, buscando en su bolso, sacó una memoria USB y se la entregó a Farel.
—Es Leandro, es su obra. —
—Esta memoria contiene sus secretos. —
Farel tomó la memoria y le dijo con una voz baja y contenida— Está bien, lo investigaré todo. Ahora te llevaré de vuelta. —
Evrie sabía que él estaba muy ocupado.
Asintió, intentando no ser una molestia.
—Gírate, no mires atrás. —
Farel le habló al oído.
Respirando profundamente, Evrie se giró y siguió a Farel hacia la salida de la construcción.
Cada paso estaba lleno de incertidumbre y dificultades.
Al llegar a la puerta, varios coches de policía pasaron por su lado.
Las puertas se abrieron y los policías salieron, encontrándose cara a cara con ellos.
Los policías les preguntaron sobre los detalles del incidente, y como testigo, a Evrie le pidieron colaborar.
—Señorita Evrie, ¿podría acompañarnos a la comisaría para hacer una declaración? —
Se había ido así, sin más.
Los métodos de Leandro ya eran casi maníacos, no creía en la ley ni en el orden.
Diez minutos después, llegaron a la comisaría más cercana.
Evrie les dio una declaración completa y verdadera de los eventos, que quedó registrada.
Lo siguiente sería iniciar la investigación, con Nochebuena a la vuelta de la esquina, tendrían que esperar.
Evrie, sentada en el vestíbulo, sacó su teléfono y llamó a su padre.
—¿Cómo estás? —
—Evi, estoy bien. Esta mañana vinieron los hombres del Dr. Farel y me llevaron a una gran casa. Es muy segura aquí, estoy con tu madre, tu hermano y su esposa. Hoy vamos a celebrar la Navidad aquí. —
¿Una gran casa?
Evrie se sorprendió por un momento y miró hacia atrás instintivamente.
Sus ojos se encontraron con los de Farel, sus ojos eran claros y fríos como el agua.
—¿Fuiste tú quien los trasladó? — le preguntó.
—Sí. — Farel la miró indiferente, —Solo quería que pasaras un buen año en paz. —
El corazón de Evrie se ablandó.
—Gracias. —
—No hay de qué, todo lo hago por ti. —
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...