—Yo nunca alquilo mi casa— Farel lo rechazó sin piedad por teléfono.
Leandro suspiró—Es que estoy entre la espada y la pared, amigo. Por los años de amistad, hazme el paro, aunque sea por un mes. —
—¿Para qué quieres alquilarme la casa? — preguntó Farel.
—Es que una muchacha de la empresa tuvo un problema anoche y necesita mudarse. El barrio donde vivía es muy peligroso, y no me gusta que esté allí. Estaba pensando en armar unos cuartos para los empleados, para que se venga al Barrio El Magnético. —
—¿Evrie? — Farel le preguntó con indiferencia.
—¿Tan rápido lo adivinaste? Veo que no se te escapa nada. Después de todo, ella es mi aprendiz y siento que debo cuidarla. Pero si no quieres alquilarme la casa, no hay lío, buscaré otro lugar. —
Leandro conocía su carácter, ser médico le hacía tener cierto gusto por la limpieza y no le gustaba que tocaran sus cosas.
Lo entendía.
Farel se quedó callado un momento y luego soltó de repente—Puedo alquilártela, pero no me gusta la idea de tener mucha gente allí. Solo te dejaré que alojes a una persona, nada de convertirlo en una residencia para empleados. —
Leandro aceptó al instante—Claro, no hay problema. —
Con tal de que Evrie se mudara, esos eran detalles menores.
Farel colgó y rápidamente envió una serie de números y una contraseña para la puerta.
Leandro le ofreció más dinero para compensar su favor, pero Farel no lo aceptó
Ese tipo de propinas nunca le habían interesado a Farel. Leandro ya estaba acostumbrado, luego lo invitaría a comer algo rico, entre compadres no había que hacerse de rogar.
Leandro le pasó la información a Recursos Humanos, pidiendo discreción sobre el asunto.
...
Evrie rápidamente completó los trámites necesarios y le asignaron la casa enseguida. Antes de media hora, Leandro ya estaba preparando el coche para buscarla.
—Evi, vamos, aprovechando que la tarde está libre te ayudo a mudarte. —
Evrie se sintió apenada—Maestro, puedo hacerlo yo sola, no tengo muchas cosas. —
—Aunque sea poco, eres una mujer y sola tendrías que hacer varios viajes en el metro. Yo en el coche lo soluciono en uno, vamos. —
Leandro no le dio espacio para rechazarla y salió primero.
Evrie no tuvo más opción que seguirlo.
Se sentía cargosa, pero en su posición de pasante no tenía nada con qué pagarle.
Solo podía guardar ese agradecimiento en su corazón.
Leandro le cargó su maleta vieja escaleras abajo, mientras Evrie seguía con la caja, sin mirar atrás.
En el coche, habló con el propietario.
El contrato de arrendamiento aún estaba vigente, por lo que no le devolverían la fianza, pero le reembolsaron el tiempo de alquiler que ya no iba a ocupar.
Sentada en el asiento del copiloto, Evrie recordó algo importante y se giró hacia Leandro.
—Maestro, aún no me has dicho, ¿en qué edificio está el alojamiento de empleados en el Barrio El Magnético? —
—Cuando lleguemos, lo sabrás. —
Leandro sonrió con misterio, dejándola en suspenso.
Evrie solo pudo mirar por la ventana, rezando en silencio.
En el Barrio El Magnético había tantos edificios que era casi imposible toparse con el de Farel, ¿o no? No podían existir tantas coincidencias en este mundo.
Media hora más tarde, Evrie estaba parado frente al apartamento justo enfrente del de Farel.
Quedó totalmente boquiabierta.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...