Tomeo no pudo evitar lanzarle una mirada a Valerio.
—Todo ha caído en manos de criminales, ¿crees que podrás salir de esta? —
Valerio, despreocupado, le respondió: —¿Por qué tendría miedo? Yo no me he metido con ellos. El culpable tiene nombre y apellido. Primero quieren dinero, segundo te buscan a ti. Yo solo estaba en el lugar equivocado, si me matan, eso sí que sería un problema, ¿verdad? —
A pesar de su actitud despreocupada, Valerio veía las cosas con claridad.
Aunque no quería admitirlo, en el círculo de Alnorter todos lo reconocían como el hijo de un político poderoso.
¿Quién se atrevería a tocarlo en el territorio de Alnorter?
A menos que no quieran vivir en paz el resto de sus días.
—Pero, ¿qué relación tienen exactamente ustedes dos? ¿Por qué él heredaría tu fortuna? ¿Acaso él es tu hijo ilegítimo? —
Valerio, siempre hablador y curioso, apenas podía contenerse.
Al mencionar este tema, Tomeo guardó silencio.
Leandro se rio con sarcasmo: —¿Su hijo ilegítimo? Ojalá lo fuera. —
Miró a Tomeo con una sonrisa de autodesprecio: —El gran Sr. Rivera, conocido por su justicia y claridad, viviendo de manera transparente, pero ¿quién sabría que entre tus dos hijos legítimos, el adoptado es tan patético, como un perro abandonado? —
¿Hijo adoptado?
Valerio, con su espíritu de chismoso, aguzó el oído.
¿Acaso Evrie acertó?
¿Él es realmente el hijo de Tomeo?
Tomeo cerró los ojos y suspiró ligeramente.
—Te debo algo, y yo debería ser quien lo pague. Puedes tener la herencia, pero primero dime, después de todos estos años, ¿dónde está Giselle? —
¿Giselle?
¿La hija desaparecida de la Familia Rivera, Giselle Rivera?
¿Su desaparición estaba relacionada con Leandro?
Valerio volvió a erguir las orejas.
—¿Ella? Tal vez está muerta, tal vez sigue viva. — Leandro extendió las manos con indiferencia. —Ha pasado tanto tiempo que lo olvidé. —
Tomeo respiró profundamente, luchando por mantener la compostura, y finalmente le dijo: —Deberías decirme qué pasó exactamente ese día, ¿qué le hiciste? —
—Como se esperaba, un padre siempre ama a sus hijos. —
Leandro sonrió con desdén: —Pero yo, como hijo adoptivo, siempre seré diferente. —
—Habla. —
Tomeo tosió fuertemente, mostrando por primera vez su vulnerabilidad.
—Por los años que te crie, déjame morir sabiendo la verdad. —
Algo en esas palabras conmovió a Leandro.
Él comenzó a recordar con seriedad: —Está bien, déjame pensar. —
Sus recuerdos volaban sin cesar, como si pasara una película ante sus ojos.
Originalmente pensó en hacerlo uno por uno, primero secuestrar a Giselle, y hacer que Tomeo sintiera el dolor de perder a una hija.
Pero quién iba a imaginar que aquellos inútiles secuestraran a la persona equivocada, confundiendo a Giselle, que tan solo tenía cinco años, con una miembro de la familia Da Silva. Por un terrible error, Rebeca fue raptada.
Luego, asesinaron a la persona equivocada.
Después, cavaron un hoyo, enterraron el cuerpo y desaparecieron a Rebeca.
Con el pasar del tiempo, el escándalo creció tanto que Leandro tuvo que huir del país.
Tenía quien le ayudara, así que pensó que no sería difícil sacar a la pequeña Giselle del país, a pesar de su corta edad.
—¿Y después? ¿Qué pasó con la niña? —le preguntó Tomeo, impaciente.
—Se perdió. —Leandro lo dijo con una indiferencia espantosa.
—Sabes, en ese entonces yo apenas tenía quince años, y no podía ni cuidar de mí mismo. En lugares como el Triángulo Norte, si alguien quiere llevarse a una niña de cinco años y hacerle cosas que nadie más sabría, no hay mucho que yo pudiera haber hecho para detenerlo. —
Tomeo cerró los ojos, luchando por respirar.
—Tú...—
—¡Eres un monstruo! —Valerio le espetó en su lugar—. ¡No puedo creer que pudieras hacerle algo así a una niña tan pequeña, no es de extrañar lo que le hiciste a mi Evi, has sido un psicópata desde niño!
Leandro le lanzó una mirada asesina.
Valerio le devolvió la mirada desde su jaula.
Tomeo respiró hondo y le dijo—: Criarte fue el mayor error de mi vida, Leandro. —
—No hables solo de él, tú tampoco eres ninguna maravilla. —Valerio lo atacó sin distinción—. Deshacerte de tu hijo adoptivo tan pronto como tuviste a tus propios hijos, y todavía te las das de hombre culto y ceremonioso, sin corazón. El hijo que criaste tampoco tiene corazón. Todo es cuestión de karma, ¿con qué derecho te crees con la autoridad para juzgarlo? —
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...