Evrie se quedó pasmada por un momento.
Brindó con ella sin mostrar sus emociones.
—Gracias, Srta. Rivera.—
Giselle sacó una pequeña caja, la abrió, y dentro yacía un broche, tallado con un rubí de primera calidad.
El diseño era intrincado, casi cobrando vida.
—Esta es mi piedra favorita, mandé a tallarla especialmente, es un pequeño detalle de mi parte, espero que te guste.—
Giselle habló con sinceridad.
El regalo también fue pensado con cariño.
En un día tan feliz, Evrie no quería rechazarlo, así que lo aceptó en silencio.
—Muchas gracias, que detalle de tu parte.—
—No te preocupes, me has enseñado tanto sobre arquitectura y has cuidado de mí, es lo menos que puedo hacer.—
Giselle sonrió con gracia y desenfado.
A pesar de ser una chica dulce y encantadora, por alguna razón, Evrie no podía sacudirse una sensación de inquietud.
Desde el primer encuentro con Giselle, había sentido eso.
Quizá era la misteriosa sexta sensación femenina.
Una mano grande se posó en su cintura, y Farel la rodeó con un solo brazo.
—Entonces, muchas gracias, Srta. Rivera, por preocuparte tanto por mi Evi, tenemos cosas que hacer, así que nos disculpamos.—
Dicho esto, se llevó a Evrie a otra mesa.
Después de alejarse, Evrie seguía sintiéndose extraña.
Mientras Farel socializaba, se acercó a su oído y susurró:
—No temas, la investigaré.—
¿Él también encontraba extraña a Giselle?
Evrie lo miró a los ojos y soltó un suspiro de alivio.
Al parecer, uno de los proyectos post-boda era encontrar una forma de deshacerse de Giselle.
Mejor cortar por lo sano que vivir con dudas.
El resto de los brindis los hizo Berto en su lugar.
Blanca no bebía alcohol, y los novios no podían excederse, así que él, como un sacrificado, se encargó de las más de diez mesas.
Como si fuera su propia boda.
…
Al caer la noche.
—No hace falta, no necesito tu dinero.—
—Tranquila, no intento extorsionarte ni sacarte provecho. —Óscar se mofó a sí mismo— Al fin y al cabo, eres mi hermana.—
—Aquello que pasó en el Triángulo Norte, admito que fue culpa mía.—
Desde que tuvo a su hija, había sentido un ligero remordimiento hacia Evrie.
Y sabiendo lo que había hecho Pablo, se sentía un poco culpable.
—Bueno, eso es todo, ahora que te casas en una familia acomodada, no me mezclaré más contigo. Nuestra familia no es algo de lo que presumir, no quiero avergonzarte, así que esto es un adiós.—
Óscar colgó después de hablar.
Evrie sujetó el teléfono, aún sonando con el tono de llamada finalizado, con una expresión indescifrable.
El sol se ponía en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos de rojo y naranja.
Allí, bajo el cielo ardiente, se mantuvo erguida, con una postura firme y solitaria.
En un hotel al otro lado del río.
Una figura delgada se paró frente a la ventana panorámica, sosteniendo unos binoculares, observando la boda en el césped durante mucho, mucho tiempo.
Hasta que la oscuridad envolvió completamente el cielo, finalmente dejó de lado los binoculares.
En el fresco clima de mayo, vestía un largo abrigo negro, un sombrero grande, y una máscara que cubría su rostro por completo, sin dejar nada a la vista.
Solo se veían sus ojos llenos de resentimiento.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...