Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 436

En la Casa de la familia Haro.

Farel empujó la puerta y entró, el salón estaba en silencio, sin rastro de gente.

Federico estaba sentado en el despacho, con una expresión serena que no dejaba traslucir ninguna emoción.

Farel entró y se sentó frente a él, con una sombra de preocupación en su rostro.

—¿Has vuelto? —

Federico no levantó la vista, su voz era de una calma extrema.

—¿Cuántas veces te han agarrado con las manos en la masa aquí? —

Farel fue directo al grano.

Federico apenas levantó la mirada. —Ya te diste cuenta. —

Farel cerró los ojos y respiró hondo.

—Están conspirando en tu contra, ¿no lo sabes? —

—El incidente en la Plaza de Plata no era contra Evrie, sino contra nosotros, y ese —círculo de influencias— en las redes sociales, también apunta a tu posición. —

Giselle y quienes están detrás de ella, en realidad tenían la mira puesta en la Familia Haro.

Evrie era solo un peón que habían escogido para usar.

Pero hasta ahora, habían estado enfocando su atención en el Triángulo Norte.

Federico levantó la mirada y lo observó.

—Entonces, ¿ya has descubierto quién está detrás de Giselle? —

—Tu antiguo colega, un competidor potencial, Gábor Marín. —

Farel no dudó ni un instante al decirle ese nombre.

Desde que manipuló el hospital psiquiátrico y borró las cámaras de seguridad con su propio poder, debería haber adivinado su identidad.

Lo único que no esperaba era que se uniera a Giselle.

Todo para crear una oleada de opinión pública y reemplazar a Federico.

—Eres tan inteligente, definitivamente deberías dedicarte a la política. —

Federico suspiró. —Lástima que yo, como padre, te haya frenado. —

Farel lo miró con calma. —Dijiste una vez que mientras te mantuvieras con la conciencia tranquila y limpia, ya habías ganado. Pero aun así, tuviste algunas ambiciones, ¿verdad? —

—¿Quién no ha cometido algunos errores en esa posición? —

El tablero de ajedrez estaba decidido.

Un paso en falso y todo se pierde.

Federico sonrió, no era más que un error del pasado que el oponente había aprovechado, amplificándolo paso a paso, forzándolo a renunciar y a no poder levantarse de nuevo.

Si él era investigado, Farel tampoco podría escapar.

Incluso si Farel no había hecho nada, quién sabe qué clase de falsas acusaciones podría hacer Marín.

Ahora estaban demasiado a la defensiva.

Federico se masajeó la frente. —¿Estás seguro de que no quieres irte? —

Farel esbozó una sonrisa burlona. —Evrie es una arquitecta, su carrera apenas está comenzando. ¿Me pides que la lleve al extranjero a esconderse? Eso no es posible. —

Se levantó y dejó de mirar a Federico.

—Papá, si me llamaste hoy por lo del viaje al extranjero, entonces no tenemos nada de qué hablar. Dejemos que las cosas sigan su curso natural. —

Después de hablar, Farel abrió la puerta del despacho y salió.

Afuera, Victoria ya había vuelto.

Estaba sentada en el sofá, nerviosa, y al ver a Farel, se levantó para recibirlo.

—¿Qué acabas de hablar con tu papá? ¿Acaso nuestra familia realmente va a tener problemas? Escuché que estuviste a punto de ser suspendido, ¿es verdad? —

Farel asintió con la cabeza—Puede que sí, deberías prepararte para lo peor. —

Victoria se puso aún más pálida, pensó un momento y agarrando a Farel, le hizo una pregunta.

—Y Evrie, si te sucediera algo, ¿ella te abandonaría? —

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel