Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 444

Evrie parpadeó y asintió con la cabeza.

—Te ves guapo.—

—Entonces vámonos, para complacerte. —

Farel sujetó su hombro y juntos salieron del hotel.

Se veían como una pareja atractiva, un verdadero deleite para la vista, atrayendo un montón de miradas curiosas.

El desayuno en el restaurante del hotel era exquisito en cada detalle.

Después de desayunar, se dirigieron directamente al mar.

No muy lejos del hotel había una amplia playa de arena, un lugar tropical con pocos visitantes y hermosas vistas, un entorno completamente natural.

Las aguas eran cristalinas.

Evrie se quitó los zapatos y levantando su vestido pisó la arena.

La arena era fina y suave, fría y refrescante donde las olas la habían bañado.

Ella estaba cada vez más emocionada.

Estaba jugando en las olas, chapoteando en el agua.

Farel la observaba desde la distancia, su sonrisa era apenas perceptible tras las gafas de sol.

No le interesaba el mar, pero le gustaba verla feliz.

Evrie volvió de jugar y se sentó bajo la sombrilla, donde Farel descansaba con las piernas cruzadas, con una camisa estampada y gafas de sol, se veía deslumbrantemente atractivo.

A su lado había un jugo de frutas frío que habían comprado antes.

Evrie lo tomó y se lo ofreció.

—¿Quieres agua? Blanca me recomendó este jugo de limón para aliviar el calor, dicen que es muy bueno. —

Farel alzó la barbilla—Tú bebe primero. —

Evrie puso una pajita y obedientemente tomó un sorbo, tenía un sabor fresco y delicioso, era realmente bueno.

Sus ojos brillaron y le pasó el vaso.

—¿Quieres probar? —

Farel se quitó las gafas de sol y la atrajo hacia sí, besándola en los labios.

El sutil sabor del jugo se esparció con el contacto de sus bocas.

Él saboreó sus labios por un buen rato antes de soltarla y darle su opinión.

—Mmm, es dulce. —

Evrie—…—

Cuando él se inclinó para besarla otra vez, Evrie rápidamente puso sus manos en su pecho.

—¿Sabes surfear? —le preguntó, señalando las tablas de surf en la arena, —Quiero intentarlo. —

Farel levantó una ceja—No soy un experto, pero podemos probar. —

Diciendo esto, recogió las dos tablas y llevó a Evrie hacia la orilla.

—Sube a la tabla, separa las piernas, baja el centro de gravedad, mantén el equilibrio. —

Mientras hablaba, le mostraba a Evrie cómo hacerlo.

En el momento en que soltó la tabla, una gran ola se abalanzó sobre ellos y Evrie fue completamente sumergida por la espuma.

—¿No lo disfrutaste? —

Evrie—¿? —

Farel bajó la mirada hacia ella—Hemos hecho esto tantas veces y ¿todavía no has sentido placer? —

Evrie—¡!—

Su rostro se enrojeció al instante.

Levantó la mano para cubrirle la boca.

—Deja de hablar de eso, mejor ponte algo de ropa...—

Farel frunció el ceño, con su voz amortiguada—Cada vez que te resistes así, me haces dudar de mis habilidades. —

Las orejas de Evrie también se enrojecieron.

Le tapó los labios con más fuerza.

—Cállate ya. —

Las olas seguían llegando, y ella, con la cara todavía sonrojada, saltó de los brazos de Farel y pisó la suave arena.

Estaba con la mente llena de sus palabras atrevidas.

Se sentía excitada, sí.

Pero cada vez, al final, su resistencia y persistencia la dejaban exhausta y fatigada.

No quería hacer nada más que quedarse tumbada y dormir.

Simplemente no podía más.