Receta para robarle el corazón al Dr. Farel romance Capítulo 470

Mientras tanto, la capilla ardiente de Tomeo también se prendió.

Las llamas se alzaban con el viento, envolviendo rápidamente las coronas funerarias y las banderas blancas en una espesa humareda negra sobre el césped.

El lugar se convirtió en un caos.

—¡Se está incendiando, rápido, apaguen el fuego! —

—¡Llamen a los bomberos, rápido! —

Giselle salió de la habitación secreta, seguida por el fuego que consumía todo a su paso.

Mientras caminaba, se desabrochaba la ropa.

Se quitó la amplia vestimenta de luto para revelar un traje ajustado completamente negro, frío como el acero, seco y tajante.

Rodeó la capilla ardiente y se dirigió directamente al garaje.

Una sombra oscura corría hacia el jardín trasero, llevando en brazos a una niña con la boca sellada con cinta adhesiva.

—Jefa, aquí tienes a la niña. —

—Bien, escapa, lo que sigue me toca a mí. —

Giselle tomó a la niña y la metió de un empujón en el Maserati de Félix, luego se sentó en el asiento del conductor y arrancó el motor con habilidad.

El Maserati rugía mientras se lanzaba hacia adelante.

Al pasar por la capilla ardiente, Félix, con ojo avizor, la vio y gritó en medio del caos.

—¡Giselle, adónde vas! —

Giselle no le prestó atención y aceleró.

Su grito atrajo la atención de Farel, quien giró la cabeza y vio justo a tiempo a una niña en el asiento del copiloto pasar velozmente.

Esa mirada...

El corazón de Farel se hundió rápidamente.

Arrancó con fuerza y se lanzó tras ella, saltando a su Range Rover y pisando el acelerador para seguir a Giselle.

Joan se quedó aturdido en el lugar.

¿Qué estaba pasando?

¿Cómo habían desaparecido en un abrir y cerrar de ojos?

—¿Qué está sucediendo? —

Yolia llegó corriendo y tomó a Joan del brazo para preguntarle.

—No lo sé. — Joan negó con la cabeza, —Fue tan rápido como un relámpago, no entiendo nada.—

En ese momento, el teléfono de Yolia sonó.

Contestó sin tiempo para hablar, y a través del teléfono se escuchó el llanto angustiado de Victoria.

—¡Ay, Yolia, Irene fue secuestrada en la puerta de la casa! —

En el hospital.

Fuera de la habitación, dos guardaespaldas conversaban con rostros ansiosos.

Evrie percibió que algo andaba mal, abrió la puerta y salió.

—¿Qué sucede? ¿Qué ha pasado? —

Uno de los guardaespaldas exclamó sin pensar —La Srta. Irene ha sido secuestrada. —

—¿Qué? —

Evrie se quedó atónita, su corazón latiendo más rápido.

—Conozco un atajo, a través de una zona residencial, que nos llevará directamente debajo del gran puente, ahorraremos la mitad del tiempo. — Les Evrie, —No hay tiempo que perder, no duden tanto y vámonos ya.—

Después de pensarlo, los guardaespaldas no tuvieron más opción.

La llevaron con ellos.

—Señorita Evrie, manténgase a salvo y no salga del coche a menos que sea absolutamente necesario. —

Evrie, acariciando su vientre, asintió con calma —No necesitan decírmelo, lo entiendo. —

...

El Maserati aceleró hacia el puente y se detuvo con un derrape espectacular al lado.

La puerta del coche se abrió y Giselle, agarrando a Irene, saltó fuera.

Farel les siguió rápidamente, corriendo hacia ellas.

Al instante, Giselle apuntó con una pistola a la pequeña cabeza de Irene.

Giselle inclinó la cabeza y sonrió con inocencia: —Farel, este día finalmente llegó, por fin puedo saldar cuentas contigo. —

Irene, aterrorizada, empezó a llorar sin poder emitir sonido alguno, mientras sus pequeñas manos intentaban tocar a Farel en el aire.

Los pasos de Farel se detuvieron bruscamente.

Al ver su reacción, Giselle sonrió aún más tranquilamente: —Sabía que mantienes a Evrie bajo estricta protección, nadie puede acercarse a ella, así que, ¿qué te parece si cambio la persona a amenazar? —

La mirada de Farel se volvió gélida y las venas de su frente se hicieron más evidentes.

—Suéltala, tu objetivo soy yo. —

—¿Qué tal si hacemos un trato? — Giselle levantó una ceja, —Hay una bomba escondida en el pilar de piedra del puente. Sácala, actívala, y salta del puente. Si mueres, liberaré a tu sobrina. —

La tensión entre ellos era palpable, un juego de poder y miedo que se desarrollaba en la luz tenue del crepúsculo. Farel sabía que no tenía otra opción, cada segundo era crucial, y la vida de Irene pendía de un hilo.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel