Jacinto se quedó sin palabras mientras la señora Serra le lanzaba una mirada significativa. —No te hagas el distraído, te vi echándole ojitos a esa chica. No pienses que no lo noté—, le dijo ella, tirando suavemente de la manga de su camisa, bajando la voz un par de tonos.
—Si no tomas la iniciativa, terminarás como ese Farel, que a sus treinta aún está soltero. Su madre está desesperada. ¿Acaso eso te parece algo de lo que estar orgulloso?
Jacinto solo pudo suspirar, su atención inevitablemente se desvió hacia Evrie.
Ella estaba sentada, concentrada en su trabajo, con los dedos moviéndose ágilmente sobre el celular. Desde su punto de vista, solo podía ver su rostro de perfil. Se veía tranquila, bonita, reconfortante. No era deslumbrante, pero había algo en ella que hacía imposible desviar la mirada. Evrie irradiaba una fuerza interna que emanaba desde su corazón.
Con una tos discreta, Jacinto intentó suprimir la ligera inquietud que se formaba dentro de él.
En otro rincón, Valerio se abría paso entre la multitud para acercarse a Rosana y preguntarle por Evrie.
—¿Cómo ha estado Evi estos días?
Rosana le respondió con una sonrisa—Está muy bien, nuestro proyecto va viento en popa. Ayer incluso nos invitó a beber café con leche y a comer bocadillos.
Valerio exhaló aliviado—Me alegro, ha progresado mucho desde entonces.
Rosana parpadeó curiosa—Entonces, Vale, ¿ya puedo ir a comerme un pastelito de la pastelería de lujo? Si espero más, se acabarán.
—Ve, ve—, le dijo Valerio, haciéndole un gesto con la mano.
Los ojos de Rosana brillaron y giró para irse, pero Valerio la detuvo—En el futuro, llámame por mi nombre completo, no me llames Vale.
—¿Por qué? Si todos te llaman así—, le replicó ella.
—Suena horrible, ¡prohibido llamarme así!
Rosana se fue y, como si hubiese aparecido de la nada, Félix chocó su hombro con el de Valerio.
—Otra vez preguntando por Evrie, ¿eh?
Valerio frunció el ceño—No es asunto tuyo.
Félix se encogió de hombros—Solo digo que es inútil si no haces nada. No vas a conquistarla, solo estás perdiendo el tiempo.
Valerio le dijo con convicción—Creo que es mejor que se mantenga soltera, al menos se concentra en su carrera y no en el amor. Mira lo bien que le va en los negocios.
Félix soltó una risita—¿En serio la amas? Está soltera y ni siquiera te atreves a dar el paso. Esperas que se mantenga así, no sientes amor verdadero.
—No sabes nada, el gusto es audaz, el amor es contención. Estoy siendo contundente—, se defendió Valerio.
Félix lo desenmascaró—No digas tonterías. Solo la ves como un objetivo para satisfacer tu sueño de rescatar a una mujer obsesionada con el amor.
Valerio lo miró con furia, queriendo replicarle, pero se quedó sin palabras.
Finalmente se dio media vuelta para irse—Encárgate tú del proyecto del centro de videojuegos en el oeste de la ciudad. Ya no juego más contigo.
Félix lo agarró rápidamente, su actitud se suavizó notablemente, mezclando súplicas con caricias.
—Valerio, me equivoqué, no diré más, lo que tú digas, no discutiré. Inclúyeme en tus proyectos de inversión, por favor, yo pongo el dinero, ¡vamos, yo invierto!
En los últimos años se había asociado con Valerio como socio, y juntos habían ganado mucho dinero. Sin embargo, cada vez que Félix invertía por su cuenta, terminaba perdiendo dinero. Tenía que admitir que Valerio siempre parecía tener mejor suerte.
Félix era flexible y se aferraba firmemente a esa ventaja.
Con su objetivo cumplido, Berto se alejó con su copa en mano.
A lo lejos, los dos se veía particularmente bien.
Justo cuando regresaba a la zona de descanso, Farel le bloqueó el paso.
—¿Qué pretendes? — le preguntó con rigidez. —¿Quieres montar un espectáculo delante de mí a propósito, emparejando a Jacinto con Evrie? —
Berto alzó una ceja. —Fuiste tú quien me provocó primero. —
Señaló hacia donde estaba Blanca, riéndose con Ion Hidalgo. Era una imagen particularmente irritante para él.
Farel mantuvo su expresión inalterable. —Interferir en el proyecto de Blanca y arruinar su carrera nunca estuvo bien. —
Berto se quedó sin palabras, pero luego se rio con sarcasmo. —Al final, le compensé con otro proyecto. Al final, ¿qué diferencia hace cuál edificio construya? —
—Es obvio que ella prefiere trabajar en los proyectos de Ion. Aunque te interpongas, tarde o temprano él la buscaría. No hay diferencia si es antes o después. —
Berto abrió la boca, pero no le pudo replicar.
Frustrado, soltó una carcajada. —Así que dejaste ir a tu propia esposa y ahora vienes a arruinar mis planes. —
Extendió las manos en señal de rendición. —Que ninguno juegue entonces, mejor quedémonos todos solteros. —
Farel se quedó en silencio...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...