Blanca estaba furiosa.
Intentó empujarlo, pero él le sujetó las manos detrás de la espalda.
Sus besos de hoy eran inusuales, cargados de una rabia oculta y dominante, nada parecidos a los de antes.
Blanca forcejeó varias veces sin poder liberarse.
Cuando terminó de besarla, ambos estaban jadeando, como si hubieran estado peleando.
—Esa es la razón. —
Berto respiraba entrecortadamente, estaban muy cerca y su aliento rozaba su rostro.
—Si no me desbloqueas, seguiré besándote así. —
Blanca apretó los dientes furiosamente —Berto, no te pases. —
—Mmm...—
Berto no dijo más y, sujetando su cara, volvió a besarla.
Blanca sentía que hoy él estaba loco, como un perro rabioso, incansable.
Y era excepcionalmente dominante.
Había una gran diferencia de fuerza entre los dos, y ella, a pesar de todo su esfuerzo, no pudo empujarlo, dejándolo besándola a su voluntad.
Hasta que estuvo tan cansada que casi se desmayó, él la cargó a su habitación y la tiró en la cama.
—Te pregunto de nuevo, ¿me vas a desbloquear? —
Blanca, ya harta, exclamó —¡Bastardo, no! —
—Parece que tu mal genio ha crecido después de unos días, ¿eh? —
Blanca lo insultó —¡Eres un imbécil! —
Berto le tapó la boca con su mano —Voy a morderte, y puedo ser aún peor. —
Al instante, Blanca gritó de dolor.
—Ay... Berto, estás loco, no quiero pelear contigo, ¡suéltame! —
Berto la miró fijamente —¿Prefieres pelear así con Ion? —
Blanca abrió los ojos sorprendida —¿Estás enfermo? Él es mi cliente. —
—¿No te has dado cuenta de que tu cliente te tiene en la mira? —
—Eso no es asunto tuyo. —
Apenas terminó de hablar, fue mordida de nuevo por él.
Las lágrimas de Blanca estaban a punto de brotar.
En sus oídos resonaba la voz baja, jadeante y resentida de Berto.
—Desalmada, me has llamado donjuán durante cuatro años, veamos quién es el verdadero donjuán aquí. —
Pero ella parecía aún más solitaria.
Con su bastón, Nieve se acercó, colocando su mano en el hombro de Evrie.
Evrie levantó la cabeza instintivamente, con los ojos ligeramente enrojecidos.
—Nieve. —
Nieve sonrió y acarició su cabeza —Es tarde, ven a casa conmigo. —
Evrie sintió un nudo en la garganta y abrazó a Nieve.
—Nieve, ¿la vida siempre es así, con la pena impidiendo la plenitud? —
Nieve la consoló, con un destello de compasión en sus ojos —Sigue luchando, cuando seas lo suficientemente fuerte, las cosas podrían dar un giro inesperado. —
Fuera del salón de banquetes.
En el Range Rover.
Estaba tan silencioso que casi se podía sentir el ahogo.
Joan se sentó al volante y miró a Farel a través del espejo retrovisor.
Él reposaba en el asiento trasero, inmóvil, con el brazo cubriendo sus ojos, sin decir nada, en un silencio que parecía eterno.
Joan movió los labios, preguntándole en un susurro:
—Sr. Haro, ¿se siente... arrepentido? —
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...