Los gritos desgarradores resonaban por toda la sala privada hasta que se apagaron por completo.
No fue hasta que la cafetera se vaciaba que Farel finalmente se detuvo.
Todos en el lugar se quedaron petrificados.
Reinaba un silencio sepulcral.
Farel dejó la tetera a un lado, masajeando su muñeca.
—Disculpen, fue un error de mi parte— le dijo con una calma desconcertante.
¿Un error? ¿Había vertido todo el café en su mano y lo llamaba un error?
Era más bien una advertencia abierta, ¿no?
Los presentes ni siquiera se atrevían a decir nada.
Marín permanecía sentado con una sonrisa ambigua: —Parece que el Sr. Haro es un hombre de profundos sentimientos, incluso los héroes tienen su talón de Aquiles frente a una dama.
Farel limpiaba sus manos con una toallita húmeda con toda la calma del mundo.
—Es solo el instinto posesivo de un hombre. Al fin y al cabo, es mi ex esposa, aunque la haya dejado ir, no puedo soportar verla ser acosada de esa forma.
Tiró la toallita, se levantó y caminó hacia la salida.
—Disfruten su comida, la cuenta corre por mi cuenta hoy. Mi hospital está justo al lado, les abrimos las puertas gratis.
……
Evrie salió del baño, pensando en pasar un rato fuera para matar el tiempo.
—¡Tía Evi! — Una voz aguda y tierna la llamó.
Levantó la mirada instintivamente y vio a dos personas, una grande y una pequeña, acercándose con sonrisas.
—¿Yolia, Irene? — Evrie las reconoció al instante.
Habían pasado años y la pequeña Irene ya no era la niña de entonces. Había crecido, su cabello estaba recogido en una cola de caballo.
Se había vuelto aún más bonita, con sus rasgos más definidos.
Yolia parecía no haber cambiado, seguía siendo tan impresionante y hermosa como siempre.
—Evi, eres tú, ¡qué alegría verte después de tanto tiempo! Has cambiado mucho— le dijo Yolia con una sonrisa cálida y acogedora.
Evrie siempre tuvo una buena impresión de ella y se alegró de volver a verla.
—Tía Evi, ¡te extrañé tanto! — Irene, siempre tan afectuosa, corrió a abrazar a Evrie con un gran abrazo.
Evrie la atrapó instintivamente, corrigiéndola suavemente.
—Mejor llámame Evrie, ahora ya no soy tu...
No pudo terminar la frase.
Pero Irene, perspicaz, ya lo había adivinado.
Los pasos de Evrie se detuvieron abruptamente.
¿Farel?
¿Alguien quería matar a Farel?
Un escalofrío recorrió su espalda y giró para tomar otro camino.
Pero, por desgracia, los hombres delante de ella la vieron.
—¡Eh, tú! ¡Detente! —
Los hombres nerviosos empezaron a perseguirla.
Evrie aceleró el paso, corriendo hacia un pasillo oscuro.
No podía dirigirse directamente al salón principal, eso revelaría su identidad.
Los pasos detrás de ella la seguían incansablemente.
Evrie corría sin mirar atrás, decidida a perder a sus perseguidores.
Al doblar una esquina, una mano emergió de la oscuridad, arrastrándola a un cuarto de almacenamiento.
Evrie forcejeó por instinto, pero una mano grande le cubrió la boca.
—Silencio— escuchó una voz familiar cerca de su oído.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Receta para robarle el corazón al Dr. Farel
Hola ya no hay más capitulos...
Llevo mucho tiempo revisando dia a dia para ver si actualizaron y nada😪😪...
Muchos dias sin subir capituños y nos vamos a quedar sin saber que pasa con los protagonista. Que pereza....
Para el buen lector es de muy mal gusto esperar por alguien para darle continuidad a una buena e interesante lectura, son muchos días de espera....
Por favor más capitulos😢😢...
Hola por favor que pasa capitulo...
Quiero más capítulos por favor me tiene triste ver como esta berto😔😔...
Hola amiga más capítulos...
Más capitulos vale...
Quiero más capítulos para ver que pasa con la salud de berro...